Dueños de hotel alteran inmuebles y entorno urbano en zona histórica de Guanajuato
GUANAJUATO, Gto. (proceso.com.mx).- Frente a la omisión de autoridades municipales y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), propietarios de un hotel boutique en la antigua avenida del Paseo de la Presa modifican no sólo varios inmuebles incluidos dentro de la zona del patrimonio histórico de la ciudad, sino también el entorno urbano, recorriendo a capricho postes de energía eléctrica para que no estorben la vista desde los balcones de su negocio.
[gallery type="rectangular" ids="387935,387936"]
Los inmuebles presentan características que datan por lo menos de fines del siglo XVIII. Tanto los propietarios como el arquitecto encargado de la ampliación son parientes políticos del alcalde Luis Fernando Gutiérrez Márquez, por lo que su administración ha dado todas las facilidades para las obras, la invasión a la vía pública por meses, e incluso el proyecto de abrir un portón en el frente de una de las casonas, que afecta el paso de otros vecinos.
El sábado, con la supuesta autorización del gobernador Miguel Márquez, empleados de la Comisión Federal de Electricidad y contratistas del hotel Villa María Cristina instalaron una torre para el cableado eléctrico, sin respetar un convenio establecido previamente para no perjudicar a los habitantes de las casas aledañas.
La instalación de la torre se efectuó con decenas de trabajadores y una grúa que se estacionó sobre la estrecha avenida, sin cerco de protección, ni la supervisión de Protección Civil Municipal o de personal de Tránsito Municipal, quienes simplemente nunca se aparecieron a pesar de los riesgos de las maniobras y la oposición de los vecinos.
Las obras de ampliación del hotel, cuyos propietarios adquirieron dos antiguos inmuebles vecinos al edificio original y los han remodelado completamente en su interior, han provocado quejas por la invasión de las banquetas, el tiradero de escombros y la pretensión de instalar un registro de drenaje y abrir una puerta desde los cimientos de uno de los inmuebles antiguos, en esta zona incluida dentro de la declaratoria de Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El encargado de las obras, Manuel Stein Velasco, es concuño del alcalde Gutiérrez Márquez, quien además ha trabajado para los dueños del hotel.
“No estamos en contra de las obras, sino de que se ha causado afectación a los vecinos y nadie los ha molestado, ninguna autoridad ha intervenido. Es sorprendente que tengan todas las facilidades por parte del gobierno municipal, cuando un ciudadano cualquiera no puede hacer un hoyito en una pared porque de inmediato se nos vienen encima”, señaló Raquel Rodríguez, una de las vecinas quejosas.
Gabriela Guerrero, propietaria de una de las casas cercanas a las obras, denunció que las autoridades municipales han sido omisas en responder a numerosos oficios en los que ha solicitado conocer los permisos o los argumentos para autorizar las modificaciones a los antiguos inmuebles y en la vía pública, y en contraparte, enviaron inspectores para revisar su negocio, lo que calificó como un acto de intimidación.
Informó que ante la actitud permisiva del delegado del INAH, Sergio Tovar, se recurrirá a otras instancias como la UNESCO, en virtud de que se han alterado inmuebles que, en su conjunto, forman parte del entorno que este organismo calificó para declarar a la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.