No fui candidata a la Presidencia porque no quise, afirma Marta Sahagún
GUANAJUATO, Gto. (proceso.com.mx).- “No fui (candidata a la Presidencia) porque no quise”, afirmó Marta Sahagún de Fox ante el auditorio que presenció su conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer en el Instituto Electoral del estado (IEEG), donde además afirmó que hacen falta más mujeres en los cargos públicos de alto nivel para que puedan tomar las decisiones “no sólo con la cabeza, sino también con el corazón”.
También aconsejó a Angélica Rivera, actual ocupante de Los Pinos como esposa de Enrique Peña Nieto, que tenga mucha fortaleza porque “se necesita”.
“Sé lo difícil que es estar ahí, vivir ahí”, comentó a los reporteros que la abordaron.
En su charla, Sahagún se preguntó y se respondió sobre sus aspiraciones:
“Ahora me pregunto, si hubiera querido ¿por qué no?; ¿qué acaso las mujeres no tenemos el derecho de votar desde 1953 y ser votadas? ¿Acaso ser esposa del presidente de México te quita el derecho que tienes como ciudadana plenamente? Pues no”.
Sin embargo, aseguró que en realidad ella había renunciado a su proyecto político al casarse con Vicente Fox, “pese a todo lo que después se dijo: Marta busca la presidencia de la república. Se comenzaron a decir muchas cosas”.
“Mi vida política ha sido una de mis grandes renuncias, porque en la vida no se tiene todo. Todo tiene un costo y un beneficio y todo beneficio tiene un costo, y cuando yo me casé con Vicente Fox” lo asumí, dijo.
Además de confesar, según ella por primera vez, que desde 10 días antes del 2 de julio del 2001 Vicente Fox le dijo que se casarían en esa fecha pero “le pidió prudencia”, Sahagún insistió en que en ese momento renunció a la actividad política y partidaria para dedicarse a la labor social, a través de la Fundación Vamos México, así como a escribir su propia historia.
“Y la escribí, con todos los blanco oscuros que se tienen en historia de vida como las suyas, como la mía, con todos los aciertos y todos los desaciertos, con toda la ilusión, todas las tristezas y todas las alegrías; esa es una historia de vida”, señaló.
En esta conferencia por el Día de la Mujer, el consejo del IEEG, que se encarga del proceso en el que contenderá su hijo Fernando Bribiesca como candidato a la presidencia municipal de Celaya, le dio voz a Sahagún de Fox para hablar, en calidad de experta, sobre “la violencia contra las mujeres en la política”.
Sahagún de Fox llegó con una ponencia, pero prefirió hacerla a un lado y comenzó disculpándose porque no había llegado al foro desde temprano –la antecedieron varios ponentes que hablaron sobre la mujer migrante y el papel de la mujer en la educación– debido a que les llegó “una visita muy importante, de un gran personaje del cine internacional” al Centro Fox.
“El actor Eduardo Verástegui… ustedes lo podrán saludar mañana en el Centro Fox, y perdonen el comercial”, precisó.
Luego, dijo coincidir con otros participantes en que las mujeres deben contar con independencia económica, intelectual y emocional.
En el ámbito de la independencia intelectual, dijo, “debemos tener absoluta claridad de que por supuesto lo tenemos; es uno de nuestros valores y sobre todo cuando se trata de violencia política, no se reconoce que las mujeres tenemos talento, inteligencia, la misma capacidad de un varón, la misma dignidad por el simple hecho que al momento de nacer somos iguales, al momento de nacer somos exactamente iguales, no hay diferencia alguna”.
En cuanto a la independencia emocional, en su conferencia Sahagún afirmó que la educación que se imparte en el hogar y en las escuelas enseña a las y los mexicanos a tenerle mucho miedo a los sentimientos y a las emociones, “y tan importante es el corazón, lo único capaz de sentir, de gritar, de llorar y de entender la necesidad y el sufrimiento del otro…”.
En eso, sostuvo, “las mujeres nos pintamos solas, no tenemos que tenerle miedo a las emociones, y debemos sentirnos muy orgullosas de que somos esa parte de la población, 52 por ciento de la población, afortunadamente más educadas, afortunadamente cada vez yendo más jóvenes a las universidades, cada vez sacando las mejores calificaciones, pero afortunadamente más deseosas y más dispuestas a que nuestro corazón florezca en todas aquellas responsabilidades que de manera voluntaria vamos asumiendo en nuestras vidas”.
Continuó Sahagún su exposición afirmando que hoy en día se manifiestan tantos problemas por adicciones, consumo de alcohol y violencia debido a que “no dejamos que el corazón sienta y hable, y entonces se van por la puerta falsa”.
El mundo está lleno de violencia “porque hay corazones llenos de dolor y de violencia que no saben cómo canalizarlos”, y hace falta en las instituciones públicas y privadas, en los grandes niveles de responsabilidad, “más mujeres que tomen las decisiones con la cabeza y con el corazón”.
Estas mujeres, asumió la exprimera dama (“no me gustaba que me llamaran así”, alcanzó a comentar al público) en dichos cargos podrán entender que la pobreza “tiene rostro de mujer” y que las mujeres indígenas “sufren de unas tradiciones y de una cultura que si bien nos tenemos que sentir orgullosas, estar atada siempre a esas tradiciones y a esa cultura no les hacen nada más que un terrible retroceso”.
En esta serie de conceptos, “a las mujeres no nos da miedo la palabra amor y la palabra espiritualidad. ¿Por qué es bueno que los políticos y las políticas, no importando que estén en los grandes niveles, hablen de amor? Ese amor tiene que ser parte de nuestra historia” para ayudar a los demás.
Mencionó que aunque México sufre de muchas cosas, sería bueno que los mexicanos, y en particular las mujeres mexicanas, “hiciéramos un ánimo diferente en el país y decimos lo que se hace bien, nuestro gobierno y la sociedad”.
En cuanto a la participación de las mujeres en los cargos de elección a través de la paridad o cuota de género en los partidos políticos, Sahagún fue contrastante con su propio discurso, pues dijo creer que esto debe ser solo un camino inicial para abrir espacios, pero que no cree en la paridad.
“No me gustaría que me asignaran a un cargo por ser mujer”.
Incluso, detalló que con frecuencia las mujeres “ponemos mil excusas” para rechazar postulaciones por la casa, porque los hijos están pequeños y otras circunstancias. Así no es, porque además una de las habilidades de la mujer es que podemos manejar diez pelotas al mismo tiempo y las manejamos bien. Dejemos de ponernos excusas”.
También pidió más apoyo entre mujeres en este rubro.
“No se vale, eso no es nada más que falta de seguridad, y lo sufrí, cuando una mujer critica a otra mujer sin fundamento alguno…es un error garrafal sembrar tu éxito en la derrota o en evitar que otra mujer crezca”.
“Con la conciencia en paz”
Sahagún de Fox recordó cuando en 1994 fue candidata (del PAN) a la presidencia municipal de Celaya, el mismo cargo para el que ahora está postulado su hijo Fernando Bribiesca Sahagún por la alianza entre PRI-Partido Verde y Nueva Alianza, experiencia que calificó de maravillosa, donde escuchó y percibió el rechazo de sectores por ser mujer y en la que perdió.
“A Dios gracias perdí, porque entonces pude participar en la segunda campaña de Vicente como candidato a gobernador; en su gobierno como coordinadora de comunicación social. Tuve la fortuna -y en eso mujeres tenemos que sentirnos muy orgullosas, no tener falsa prudencia, hemos aprendido que calladitas más bonitas-, fui la primera mujer en dirigir una campaña a la presidencia de la república, y tuve también la fortuna, es una responsabilidad, tener la fortuna no es gratuito, de ser la primera vocera mujer en la presidencia”.
En esta actividad, dijo haber intentado implementar una vocería diaria “porque había una política de comunicación por primera vez en Los Pinos, informar todo aquello que la gente merece conocer”.
“Finalmente llegó aquel 2 de julio, 8 de la mañana, entonces el señor me dice: vamos a casarnos, diez días antes -es la primera vez que lo cuento-, nada más guardemos la prudencia. Ocho de la mañana… (son) tres celebraciones: él nació un 2 de julio, se ganó la presidencia, y nos casamos el 2 de julio, es mucho qué conmemorar para nosotros”, festinó.
Reacia a seguir la tradición de las esposas de los presidentes como presidentas honorarias del DIF, se creó para ella la Fundación Vamos México, recordó.
“Mi amor por México no ha cesado, es más allá de cualquier circunstancia que me toque vivir en cualquier momento de mi vida. La fundación sigue trabajando; me prestan una oficinita en Centro Fox, fundación donde también trabajo”.
Casi para concluir su intervención, se dijo convencida de una cosa:
“Las mujeres de trabajo tenemos que sentirnos orgullosas del trabajo que hacemos. Y las mujeres que sabemos lo que es la verdad y tenemos convicciones, sabemos lo que es caminar por la vida con una conciencia en paz”.