"¡Cuidado con la lengua!"

lunes, 11 de mayo de 2015 · 22:49
MÉXICO, D.F. (apro).- Servidor de ustedes, responsable de la presente, se atreve a tanto al ver lo confundidos, desorientados y hasta desesperados que están por haber hecho un problema de la relación que existe entre el lenguaje y la libertad de expresión. ¿Qué quien son para cometer tal osadía? El autor de la misma ha sido y es conocido por no pocos de los que hoy se mueven en esa su globalización, así como del pasado… aunque escasas e inseguras son las noticias de su existir… por lo que hay historiadores que afirman y dan argumentos que pueden servir para demostrar que nunca ha existido… pese a ello, lo que de servidor se cuenta, de lo que hizo y escribió… sea cierto o no… me ha dado una presencia tan sólida en las vidas de los humanos, que prácticamente me han hecho inmortal… bueno, eso mientras exista la humanidad… ¿qué no soy más que una imaginación?... a los que así piensan les digo:… puede… pero insisto: reparen que tengo más larga vida, soy mucho más conocido y gozo de más fama que la de los millones que vivieron en mi época… y de otros más millones de humanos que han pasado por este mundo después de servidor… y de otros más que viven en la actualidad, todos los cuales, repito pasaron y están pasando por el planeta Tierra sin voz, en silencio, como sombras que se desvanecen en la oscura nada, sin ser percibidos por la historia… ¿adivinan quién escribe?... para facilitarles la respuesta, servidor les dará unos datos. Recuerden:… Platón, que desterró a Homero de su república, a servidor le dio en ella un lugar distinguido, aconsejando que los niños mamaran con la leche mis obras, ya que es mejor hacer buenas las costumbres cuando todavía son indiferentes al bien y al mal, que tener que trabajar después para corregirlos. Servidor fue aquel del cual dicen que, siendo esclavo, iba a ser castigado por el delito de haberse comido unos apetitosos higos destinados a su amo. Para demostrar mi inocencia, aseveran que bebí agua templada y después metí los dedos en mi garganta para provocarme el vómito… con lo que mi estómago demostró que no me había comido tales higos. También cuentan de servidor que, mi amo en turno, me mandó al mercado para que le consiguiera lo mejor en comida… y hablan de la extrañeza y enojo de los que fue presa al ver lo que había comprado, por lo que me dijo que “si no había encontrado nada mejor que lengua para su comida”, pues eso era lo que le había llevado. Más su enojo y extrañeza se convirtieron en risa cuando le expliqué que la lengua era fundamental y, por lo tanto, lo preferible, pues gracias a la misma, el humano puede hablar, es decir, que ella le otorga y hace posible la sublime cualidad que le ha hecho tan diferentes a todos los otros seres que existen y le permite poder expresar sus sentimientos y experiencias, así como defender y propagar sus sentimientos y experiencias, así como defender y propagar la virtud y las buenas costumbres, bases de toda convivencia… sin olvidar que, por medio del diálogo, transmitir, hacer partícipes de sus conocimientos a sus prójimos… con lo cual los saberes se socializan… y si mueran las personas, no se pierden ni sus experiencias ni sus conocimientos. Al día siguiente, mi amo mandó a servidor otra vez al mercado, ahora para que adquiriese lo peor que encontrara para comer… ¿y adivinaron que le llevé?... si pensaron que fue lo mismo: lengua… acertaron. Nuevamente mi amo se extrañó y volvió a enojarse, pero terminó por reír cuando le dije que la lengua era también lo peor del hombre, ya que la misma le sirve, en el mejor de los casos, para decir la verdad… que no a todos cae bien… e igualmente sirve para mentir, para engañar al prójimo, para atacar de manera indirecta o abierta a la virtud, a las buenas costumbres, para sembrar en la sociedad la intriga, que hace posible la manipulación… con lo cual se oculta e incluso se justifica y hasta se legalizan las ineptitudes de unos, las pillerías de otros… lo que produce el caos, el desaliento que hacen caer a los individuos en la desesperación que ciega e incapacita o en la apatía, en el conformismo… en dejarse llevar por los acontecimientos… quieran o no… como le pasa a los toros con anillo en las narices. Por lo que llevo escrito, respetados lectores de la presente, supongo que ya habrán adivinado quien es servidor… el cual, al ver a tantos millones de humanos, en todo el planeta, bien sea confundidos, desorientados, resentidos o bien atemorizados y hasta desesperados por la precariedad y disminución del precio de la única energía creadora de valores de uso y cambio: el trabajo… que es lo que tienen para vivir, servidor se pregunta si la causa de tan dramática situación… ¿no se deberá al mal uso que han hecho y están haciendo de la lengua… en particular las minorías selectas de sus sociedades… esas que con sus decisiones afectan todo y a todos… no será esa la causa de que hayan hecho un problema trágico y siniestro de la relación que existe entre el lenguaje y la libertad de expresión?... servidor considera que, si no lo han hecho, por su bien, sería conveniente que reflexionaran sobre el tema. Con el debido respeto que me merecen, queda de ustedes para lo que gusten y manden.

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