"De la globalidad"

martes, 19 de mayo de 2015 · 13:02
México, D.F. (apro).- Estimado lector de la presente: ¿está usted seguro que no vive en la mentira? Esta pregunta, su servidor lo admite, puede pecar de impertinente, pero en modo alguno, es ociosa y gratuita. Recordemos que en los Evangelios está escrito: “la verdad os hará libres”, por lo que se puede pensar que vivir en o por, sobre o tras la mentira, es vivir en la esclavitud… ¿o no es así? Para ir aclarando puntos sobre la materia a tratar, bueno será recordar lo que significa la palabra en sí. Según la aceptación más corriente del término mentira, es lo contrario de la verdad, de la realidad; es una manifestación o expresión contraria a lo que se sabe, cree o se piensa, emitida bien por miedo, conformismo o por conveniencia. Si se medita sobre ella tenemos que si se dice personalmente, damos premeditadamente una versión falsa de la verdad; por el contrario, si se nos informa de manera embustera sobre una realidad, la que sea, nos encontraremos en la penosa situación de no poder interpretar correctamente esa realidad, sobre ese hecho determinado, por habérsenos presentado de manera incorrecta, sea a sabiendas o por error, lo mismo da. Esa falsedad de comunicación impedirá que se pueda actuar sobre ese hecho o realidad comunicada de una manera propia para rectificarlo si nos perjudica, y menos se podrá hacer si esa mentira se nos ha dicho por convenir así al que la emite, pues con ella nos está manipulando para llevarnos por el camino útil a los fines del emisor de la misma. Bien… una realidad innegable es que vivimos en una globalidad que no vemos y nos mueve… pero usted, estimado lector, ¿está consciente si es en verdad lo que dice ser o es otra cosa diferente?... examinémosla aunque sea sumariamente. Según estudiosos de la misma, esa globalidad es un sistema mundial único de relaciones económicas, políticas, sociales, etcétera, que corresponden al denominado sistema-mundo capitalista, el cual, según esos estudiosos, tuvo su nacimiento en el siglo XVI, con la expansión colonial y capitalista de las sociedades europeas… o sea que la realidad en que nos movemos y nos mueve no es más que la extensión… y en no pocos casos la imposición… del capitalismo sobre el planeta tierra. Esta globalidad está animada y regentada principalmente por Estados Unidos a la cabeza, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, y se no ha vendido y sigue vendiendo como una globalidad democrática, igualitaria, incluyente y respetuosa de las minorías, como la panacea de todos los problemas… y si tiene fallas, pues ni modo, ya que no hay de otra… y ella misma se encargará de rectificarlas… ¿pero todo eso es verdad o se trata de una falacia? Para aclararlo bueno será ir a los resultados de sus promesas. ¿En verdad es democrática? Veamos qué quiere decir esa palabra. Recordemos a este propósito que vivir en democracia, como dijo A. Lincoln, es vivir en un gobierno ejercido por el pueblo, que gobierna para y en beneficio del pueblo. Según su experiencia, estimado lector, ¿puede decirme si eso ocurre en la globalidad en la que vivimos?... ¿O es una mentira? No sé lo que piense, pero su servidor opina que es un engaño, pues de otra manera no se explica que en la realidad de nuestros días de globalidad en que vivimos, según datos de diversas instituciones, tanto internacionales como nacionales, la riqueza se esté concentrando cada vez en menos manos y que los ricos sean cada vez más ricos… y eso es lo natural en una globalidad capitalista, a pesar de los carteles que se le pongan, pues el capitalismo convierte todo en mercancía, incluso al hombre mismo… y el capitalista no busca más que la maximización del beneficio propio… y no pocas veces a cualquier precio… y esa intención y esa manera de obrar de antiguo le viene, no es de ahora. Al respecto, bueno es recordar que hace 126 años Grover Cleveland, presidente de Estados Unidos, país en el que más y mejor y de manera adelantada se ha desarrollado el capitalismo, advirtió: “Cuando examinamos la evolución de los capitales fusionados descubrimos la existencia de trusts, combinaciones y monopolios, en tanto que el ciudadano lucha detrás de la escena o se ve amenazado de muerte por un puño de hierro. Las corporaciones, que deberían ser hijas recatadas de la ley y servidoras del pueblo, se están convirtiendo rápidamente en dominadoras del pueblo”. Estimado lector de la presente: considero que lo expuesto en la misma muestra, demuestra y confirma que la globalidad en la que nos movemos y nos nueve, en modo alguno es como nos la han pintado y vendido, democrática, es una mentira, pues más bien es clasista y hasta elitista… y si en verdad respeta a las minorías, es la de los ricos… la de los que tienen casi todo… total que vivimos en una realidad mentirosa, con todo lo que eso supone… que Dios nos remedie, pues, según dice el refrán, “palo dado ni Dios lo quita”. De ustedes su seguro servidor. JUAN DE LAS PITAS

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