Gran Bretaña: Las ollas populares

viernes, 29 de mayo de 2015 · 20:40
LONDRES (apro).- El número de personas en Gran Bretaña que dependerá de las ollas populares para subsistir se duplicará a más de dos millones por año debido a los polémicos planes del gobierno conservador de reducir los subsidios públicos en 12 mil millones de libras esterlinas, unos 20 mil millones de dólares. De acuerdo con un informe de la doctora Rachel Loopstra, investigadora de la Universidad de Oxford, titulado “Austeridad, sanciones y el aumento de las ollas populares en el Reino Unido”, los planes de austeridad que busca implementar la administración de David Cameron tendrán un “efecto nefasto” principalmente en el presupuesto de las familias trabajadoras y de bajos recursos. El documento examinó la relación entre los recortes a los subsidios públicos, en particular a aquellos de manutención por hijo, y la demanda de ollas populares en el país. La conclusión fue que la distribución de parcelas de alimentos per cápita en Gran Bretaña aumentará en un 0.16% por cada 1% anual de recortes al gasto para los subsidios públicos. Según Loopstra, si se mantiene el nivel de austeridad como tiene planeado el gobierno actual para el período fiscal de 2017-2018, habrá al menos 2.1 millones de británicos que dependerán de parcelas de alimentos y ollas populares para subsistir, el doble que la cifra actual. Ese documento coincide con un informe difundido el pasado 20 de mayo por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el cual indica que un tercio de la población británica cobró salarios paupérrimos en al menos uno de los años entre 2010 y 2013. El reporte destaca también que cerca de 19.3 millones de personas cuenta con ingresos que son 60% más bajos que el promedio en el Reino Unido. La proporción de la población británica que cobró salarios pobres fue mucho mayor que en toda la Unión Europea (UE) en su conjunto, donde es de 25%. En abril pasado el grupo benéfico Trussell Trust que provee parcelas de alimentos a personas necesitadas en el Reino Unido, reveló que el número de ollas populares en el país aumentó el año pasado a un millón anualmente por primera vez en la historia del país. Chris Mould, presidente de la Trussell Trust, sostuvo que las diferencias entre los promedios salariales del Reino Unido y la UE explican por qué se está dando el fenómeno de las ollas populares en suelo británico. “Esto refuerza nuestra teoría de que las intervenciones de corto plazo siguen siendo válidas y ayudan verdaderamente a aquellos que padecen de pobreza”, agregó. La proporción de personas en el Reino Unido con ingresos bajos y frecuentes durante 2013 fue del 7.8%, equivalente a 4.6 millones de individuos. “Aunque esto significa que la pobreza persiste sólo en una minoría relativamente pequeña, debido a que el peso de la pobreza es compartido entre una gran proporción de la población, la evidencia sugiere que aquellos que sufrieron de pobreza tienen más posibilidades de padecerla nuevamente en el futuro que aquellos que nunca la sufrieron”, indicó un portavoz de la ONS. El organismo concluyó además que durante el período fiscal de 2009-2012, el Reino Unido registró el mayor índice de “salida de pobreza” para muchas personas, aunque también uno de los mayores índices de “ingreso a la pobreza”. El gobierno conservador de Cameron, que en 2010 conformó una coalición con los liberales democráticos y que a comienzos del mes ganó por una escasa mayoría el mandato necesario para conducir al país en solitario, fue acusado de contribuir al aumento de la pobreza en Gran Bretaña, al reducir los subsidios públicos justamente a aquellos que más lo necesitan. Un 40% de la población en el Reino Unido de más de 65 años sufrió de pobreza entre 2010 y 2013, comparado con el 30% de aquellos menores de 65 años, mientras que tres de cada cinco británicos que viven en familias con madres solteras o padres solos experimentó pobreza, de acuerdo con la ONS. Rachael Orr, jefa del programa contra la pobreza del grupo benéfico Oxfam, sostuvo que los últimos informes sobre el tema “son evidencia de que millones de personas en el Reino Unido han sido empujadas a la pobreza por la crisis económica, mientras que aquellos más ricos siguen prosperando”. “Estas cifras demuestran que para muchas personas, la pobreza no es un estado permanente sino una amenaza constante. Sabemos por experiencia que un golpe inesperado puede forzar a muchas personas a caer en la pobreza, depender de la ayuda de amigos, familiares o de ollas populares. “Es por ello que necesitamos de un sistema de Bienestar fuerte y que responda a las necesidades de la gente, junto con una ruta clara para lograr que salgan de la pobreza”, destacó Orr. Megan Blake, directora del departamento de seguridad alimenticia de la Universidad de Sheffield, en el norte de Inglaterra, indicó por su parte que la victoria de los conservadores en las elecciones generales del pasado 7 de mayo, “le han dado rienda suelta a las políticas neoliberales, una ideología que llevará inevitablemente a más pobreza. “Esto significa que seguirá creciendo de forma exponencial el número de personas que precisa de ayuda alimenticia de emergencia, como también el número de niños y ancianos que no se alimentan de manera suficiente”, afirmó la experta. Blake explicó también que entre los muchos problemas que generará esta crisis, está el alto nivel de obesidad, de enfermedades vinculadas con la dieta pobre y la desnutrición. En 2014, más de 20 millones de comidas fueron suministradas a personas sin posibilidades de acceder a alimentos básicos. Blake indicó que en el país hay actualmente cerca de cinco millones de personas que padecen de “inseguridades alimenticias”, definidos como aquellos que no pueden adquirir o consumir cantidades adecuadas o suficientes de alimentos básicos. “Desde 2010 hubo un aumento exponencial en el número de familias que dependen de ayuda alimenticia. En el período 2009-2010 cerca de 50 mil familias recibieron tres días de ayuda alimenticia a través de ollas populares, y para 2015 la cifra superará ampliamente el millón”, advirtió. Gran Bretaña es, según la entidad bancaria internacional Credit Suisse, la quinta potencia mundial en cuanto a bienes y riquezas, sólo detrás de Estados Unidos, Japón, China y Francia. De acuerdo con el censo nacional de 2010, la riqueza per cápita en el Reino Unido es de 182.825 dólares, aunque ese dinero no es distribuido equitativamente en el resto de la población. “Mientras que un quinto de la población más rica controla cerca del 41% de las riquezas, el quinto de la población más pobre sólo controla el 8%. Y aunque los índices de desempleo han aumentado en los últimos años, el nivel de aumentos salariales no se mantuvo en línea con ese incremento”, señaló Blake. El nuevo gobierno de Cameron prometió recortes al gasto público por al menos 55 mil millones de libras esterlinas para 2019 (sumados a los 53 mil millones que ya recortó en los últimos cinco años). Esos ajustes presupuestarios afectarán no sólo a refugiados e inmigrantes, sino también a las familias británicas más vulnerables que viven en el país. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, que aconseja al gobierno en materia de finanzas, pronosticó que si se mantiene el nivel actual de ajustes como pauta el plan de austeridad, para 2020 se habrá perdido otro millón de puestos de trabajo del sector púbico. “Sólo podemos deducir de esto que la desigualdad social se ampliará, y hará que uno de los países que más divisiones sociales ya tiene dentro de la UE se convierta en el de mayor brecha entre ricos y pobres, sólo por detrás de Turquía y Portugal”, indicó la investigadora de Sheffield. Para aquellas familias que viven por debajo de la línea de pobreza en Gran Bretaña, la cantidad de dinero disponible por semana no supera los 200 dólares por semana, insuficiente para hacer frente a gastos de alimentos, manutención de hijos, escolaridad, indumentaria, calefacción, etc. “Para muchas familias, el factor más flexible de su presupuesto es el gasto de alimentos. Si el presupuesto se ve afectado, lo primero que sufre es la alimentación, con consecuencias terribles para los más pequeños y los ancianos”, agregó Blake. “Y debido a que ahora es menos costoso alimentar a la familia con alimentos procesados (que tienen más contenido de sal, azúcar y grasas) que con alimentos frescos, aumentarán los problemas dietarios y de salud, como la obesidad, la diabetes y la desnutrición. Estas implicaciones tendrán un peso muy grande en el presupuesto del ya ajustado Servicio Nacional Sanitario (NHS)”, advirtió. Según Blake, el gobierno “tiene la obligación de asegurarse cumplir con el derecho de que todas las personas no padezcan hambre, inseguridad alimenticia o desnutrición, como especifica la ONU”. El Reino Unido es firmante de la Convención de la ONU para los Derechos del Niño, que establece la responsabilidad del Estado de proveer de asistencia material y programas de apoyo, en particular en materia de nutrición. En la actualidad, la reducción de los servicios sociales, el decline de los salarios, el aumento del costo de alimentos, sumado al énfasis del gobierno conservador de desarrollar la producción de alimentos para exportar (en lugar de para consumo interno) indican que esa obligación básica “no está siendo tomada seriamente” por la administración de Cameron. “Las ollas populares y la ayuda de grupos benéficos no son la solución a largo plazo, ni tampoco una solución adecuada al problema. Sabemos que las ollas populares son una forma insegura de ayuda ya que dependen de partidas y gestos de solidaridad que pueden mermar en cualquier momento”, explicó Blake. Otro de los problemas que se suman es que las partidas de alimentos suelen ser distribuidas más en ciudades y centros urbanos, que en zonas rurales, las cuales quedan en una posición mucho más precaria. “Como país tenemos que comprender mejor los recursos disponibles de las autoridades locales, las cuales tienen la responsabilidad de resolver las desigualdades alimenticias, y ayudar a los más pobres y necesitados”, subrayó la experta. Blake concluyó que aunque el Reino Unido cuenta con subsidios para calefaccionar casas, para las áreas de transporte y vivienda “no cuenta con subsidios para combatir la emergencia alimentaria”. “Precisamos de un organismo gubernamental multi-departamental dirigido por un ministro de Alimentos, que debería asegurarse que los alimentos saludables sean accesibles a todos, y no sólo a los más ricos”, concluyó.

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