TOLUCA, Edomex. (apro).- La Diócesis de Toluca rechazó incurrir en discriminación al oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero acusó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rompió el federalismo con el fallo que reconoció este tipo de uniones jurídicas. Su posición cobra relevancia ante la existencia de dos iniciativas estatales para no restringir la unión civil sólo al matrimonio entre un hombre y una mujer. Sin embargo, éstas se encuentran varadas por falta de acuerdos. Alfonso Arana, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso mexiquense, advirtió en días pasados que la reforma al Código Civil del Estado de México sólo se aprobará con el consenso de los grupos parlamentarios, las organizaciones civiles y las instituciones religiosas. “La Iglesia tiene el gran reto de amar y respetar a todas las personas, valorarlas por lo que son, pero también llevar a cabo su misión siendo fiel al mensaje de Jesús”, refirió hoy el obispo Francisco Javier Chavolla Ramos en un comunicado de la Comisión Diocesana para las Comunicaciones Sociales de Toluca. La Diócesis aseguró que respeta a las personas que experimentan una atracción hacia el mismo sexo y las acoge con respeto y delicadeza: “Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”, afirmó con base en el Catecismo de la Iglesia Católica 2358. La Iglesia, insistió, no rechaza a quienes tienen preferencias diversas, sino “los invita a vivir el proyecto y designio original de Dios”. Ante el dictamen de la SCJN determinado el pasado 3 de junio, la Diócesis de Toluca manifestó su respeto a las autoridades civiles e instituciones. Sin embargo, recordó que “Dios creó al varón y mujer” en reciprocidad complementaria y fecunda, por lo que “la visión antropológica de la Iglesia se basa en la nupcialidad y la responsabilidad”. Continuó: “La naturaleza nupcial del ser humano consiste en tres elementos fundamentales: la diferencia sexual, la vocación y capacidad para el amor, la fecundidad y la fertilidad”. La responsabilidad, indicó, consiste en vivir el amor en forma de una donación total que incluye el cuerpo mismo de la persona. “Así, los esposos, por medio de la recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus personas, que implica el ejercicio de la facultad sexual y así se perfeccionan mutuamente para colaborar con Dios en la generación y educación de nuevas vidas, viviendo así el don de la paternidad y la maternidad” para participar de su mandato: “sean fecundos y multiplíquense” (Gn 1, 28). La representación manifestó su respaldo a la posición de la Conferencia del Episcopado Mexicano en el sentido de que, como ciudadanos, sus ministros consideran que la sentencia de la Corte, además de romper un sólida tradición jurídica y el bien social que custodia, contraviene los principios del federalismo y la razón de ser de los diversos códigos civiles que pretenden responder a la realidad concreta de cada entidad y su pluralidad, lo que debe reflejarse en las acciones de los jueces. “No corresponde al Estado crear nuevas formas de matrimonio, porque ya no sería matrimonio, sino otro tipo de unión. Si bien valoramos que nadie deba ser objeto de discriminación, esto no significa que deba modificarse la esencia del matrimonio, ni que se olvide el espíritu del Constituyente que en el artículo cuarto, primer párrafo, reconoce la igualdad del varón y la mujer y establece el deber legal de proteger el desarrollo y organización de la familia”, justificó.