Toledo festejará este viernes su cumpleaños 75 con la familia y... un refresco
MÉXICO, D.F. (apro).- Museos y galerías y librerías de diferentes partes del mundo, exhiben sus obras; este año donó su colección personal integrada por 180 mil piezas al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y, a sus casi 75 años, el destacado artista Francisco Toledo, continúa la lucha por impedir la construcción de un Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín, un área protegida.
Este viernes 17 el artista oaxaqueño cumple 75 años y aunque no acostumbra festejarlo, esta vez dijo que aprovechará la ocasión para reunirse con la familia y tomar un refresco.
Renuente a los reconocimientos, el miércoles pasado, sin la presencia de Toledo, su hija Natalia, poeta y escritora, encabezó un homenaje por los 75 años de su padre en el Palacio de Bellas Artes.
A pesar de la ausencia de Toledo, el evento reunió a artistas e intelectuales como Araceli Mancilla, Francisco de la Cruz, Mardonio Carballo y Bernardo Recamier.
En la mesa “Francisco Toledo y los libros”, organizada por el INBA, se destacó no sólo su labor como escultor, grabador y pintor, sino también “su incansable trabajo como luchador social, ambientalista y promotor cultural”.
Toledo, quien nació el 17 de julio de 1940, dijo a “La Jornada” que si bien ha tenido deseos de retirarse, siempre hay algo que lo saca de su casa para trabajar más en su obra, por lo que sigue activo en la escena del arte nacional.
La inquietud la tuvo desde niño, mostró habilidades para el dibujo y su padre lo alentó al cederle las paredes de su casa para que desarrollara en ellas su creatividad.
Su abuelo, Benjamín Toledo, abonó a la imaginación del pintor pues juntos hacían recorridos campestres en busca de resina vegetal y le contaba relatos populares en los que los seres fantásticos se mezclaban con todo tipo de animales y personajes legendarios.
Tras concluir la secundaria, en la década de los 50, comenzó su formación artística profesional en la gráfica, en la capital de Oaxaca, en el taller de grabado de Arturo García Bustos (1926).
Luego se trasladó a la Ciudad de México, donde ingresó al Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías, del INBA.
Después de esa experiencia, con apenas 19 años, Toledo exhibió sus obras en la Galería Antonio Souza y en el Fort Worth Center, en Texas, Estados Unidos.
Desde entonces todo fue en ascenso. En la década de los 60, Toledo recibió una beca para viajar a Paris, Francia, para estudiar y trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter (1901-1988).
Así, logró exponer su obra en galerías de prestigio como Toulouse, en la Tate Gallery de Londres, con catálogo escrito por Henry Miller (1891-1980), y en Nueva York.
En Francia, André Pierre de Mandiargues (1909-1991), destacó en la obra del artista oaxaqueño su “desarrollo de lo mítico” y su “sentido sagrado de la vida”.
En 1965 Toledo regresó a México y se centró en la pintura, litografía, grabado, escultura, cerámica y diseñó tapices con los artesanos de Teotitlán del Valle, en Oaxaca. En 1977, vivió en Nueva York, y regresó en 1981 y 1982 para hacer cerámicas.
En los años siguientes, y hasta 1984, continuó produciendo en Cuernavaca, en la Ciudad de México y Oaxaca, luego se instaló en Barcelona, España, y en París, donde realizó pinturas, esculturas y grabados.
En todo ese trayecto el artista plástico se dedicó, y así continúa, a promover y difundir la cultura y las artes de su estado natal, Oaxaca, donde reside actualmente y desde hace un par de meses encabeza la lucha para impedir la construcción del Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín.
Así, en Oaxaca, el artista plástico, fundó Ediciones Toledo y creó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, que dirige actualmente y mediante el cual donó su colección personal este año al INBA.
Muchas de sus obras están diseminadas alrededor del mundo, en el Museo de Arte Moderno de México, París, Nueva York y Filadelfia; en la New York Public Library, la Tate Gallery de Londres y la Kunstnaneshus de Oslo, entre otros espacios.
También ha ilustrado libros, y participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales en ciudades como Nueva York, Londres, París, Ginebra y Oslo.