HERMOSILLO, Son. (apro).- El líder yaqui Mario Luna abandonó el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 2, donde permaneció recluido durante un año y 12 días. A la salida del reclusorio lo esperaron sus dos hijas, el abogado, una tercia de amigos y unos pocos representantes de los medios de comunicación. “Namakasia (firmes), todo sigue igual... Se les debe juzgar a ellos, al gobierno que me encarceló”, dijo a la prensa local. Después, siguió un camino de unos 150 metros hasta el vehículo del abogado que ya lo esperaba y que tenía el objetivo de por fin sacarlo de la penitenciaría que le arrebató poco más de un año del amor de sus hijas y de transitar libre por los Ocho Pueblos Yaquis. El abogado defensor Francisco Javier Mejía Cisneros señaló que el juez Tercero de lo Penal, radicado en Hermosillo, no encontró elementos jurídicos para procesar a Luna. “Hubo un desvanecimiento de datos y está prevaleciendo el Estado de Derecho”, puntualizó. El vocero de la etnia junto a Fernando Jiménez (liberado el pasado 28 de agosto) y Tomás Rojo (prófugo desde hace un año) fueron perseguidos políticamente por el exgobenador panista Guillermo Padrés, por considerarlos los principales opositores a la operación del acueducto Independencia, obra insigne de la pasada administración estatal, que extrae agua de la cuenca del río Yaqui al Sonora en perjuicio hídrico de la etnia. El 27 de agosto anterior una comitiva de la tribu sonorense y representantes de Amnistía Internacional entregaron 15 mil firmas a la Secretaría de Gobernación, a fin de agilizar la liberación de los detenidos y exigir el debido proceso a estos casos. “Se hizo justicia” Por separado, la gobernadora Claudia Pavlovich afirmó que esta liberación está relacionada con la “justicia” que anhelan los ciudadanos. “Son actos de justicia que se irán dando poco a poco para ir restableciendo la confianza de la gente en las instituciones”, concluyó.