"Sobre y tras la violencia"

martes, 29 de septiembre de 2015 · 13:25
MÉXICO, D.F. (apro).- Atribulados humanos: perdón, pero así los ve servidor... ya que así muestran y demuestran que se sienten… al ser movidos por ese ambiguo impulso: la violencia, acto último y supremo de su agresividad… la cual tiene tantas formas como puede adoptar, según mi voluntad o conveniencia, servidor de ustedes. Entre los que de ustedes, los humanos, se han dedicado y se dedican a estudiar el tema, han puesto en claro que la violencia no existe nada más como agresión física, como generalmente se cree… existen otras formas de la misma… como puede ser violencia psicológica, la violencia sexual, la violencia espiritual… e incluso la violencia económica… esos mismos estudiosos del tema, definen a la agresividad como un tipo de conducta caracterizado más por la disposición a atacar que por la tendencia a eludir peligros y dificultades… y que todos los tipos de violencia tienen en común el que las personas que son víctimas de las mismas, la sufren a los mismos niveles de intensidad que ésta se ejerce, bien sea en su cuerpo, en su identidad personal, en sus creencias… o en sus necesidades materiales y, en todos los casos, no desean la violencia, y , si la reciben, sufren un grave perjuicio físico y mental. Por supuesto, hay excepciones que confirman la regla, como puede ser el denominado “Síndrome de Estocolmo”… o las relaciones sado-masoquistas, que pueden ser personales, como la refleja el dicho popular atribuido a la mujer que dice: “me pega porque me quiere”… pero igualmente puede ser de tipo colectivo… como la que se da en no pocas ocasiones entre gobernantes y gobernados, relaciones sado-masoquistas en que las mayorías, la masa, no hace más que corear lo que les han inducido o incluso mandado, la élite en el poder. Los estudiosos del tema coinciden es que la agresividad está en la sangre de la familia humana… pero que es buena en unos casos… y mala otros… buena cuando se ejerce para la sobrevivencia de la humanidad, en su beneficio, en su progreso… como por ejemplo la que usaron los primeros humanos para defenderse en el ambiente hostil que les rodeaba, agresividad y violencia que, en cierta medida contribuyó no poco a fomentar la cooperación y otros lazos de afecto entre los humanos… mala agresividad y mala violencia es la que ejercen unos individuos sobre sus congéneres para beneficio de sus particulares intereses y privilegios… estas distintas visiones de la agresión y su resolución en la violencia, han llevado a los estudiosos de la misma a don teorías opuestas. Está la que asegura que los hombres son bueno por naturaleza y que si el humano ha sido y es capaz de grados tan extremos de violencia tan brutales y crueles como la guerra, los campos de concentración, o el genocidio, esa persecución sistemática y destrucción total o parcial de grandes grupos humanos por motivos de nacionalidad, de raza, de religión o diferencias políticas, se debe a los factores sociales, a la relación que establece la producción de bienes y servicios, así como la propiedad privada de los mismos, que determinan la cantidad, la naturaleza y, en gran parte, la existencia misma de la agresividad. Sus contrarios afirman que la criatura humana es mala en esencia… como lo creen las religiones que hoy tienen en vilo ese su mundo global y globalizador en el que viven: la judía , la cristiana y la mahometana… esas dos teorías son las más importantes, otras hay que, de manera menos directa y más sesgada ven y explican la bondad y la maldad en los humanos; ejemplos: la teoría de los ídolos, de F. Bacon, la que critica los fantasmas de los prejuicios, de los convencionalismos que se interponen entre la naturaleza humana y la realidad del exterior, lo que de manera indirecta, da la razón a la creencia socrática de que el mal es debido a la ignorancia… está también la denominada teoría de “El Principio de Peter”, que en clave de humor, da razones suficientes de por qué está naufragando el ser humano en un cenagal de ineficiencia profesional, académica y administrativa… y eso se debe, según esa teoría, a que tanto las personas como las naciones, en el progreso de sus saberes y hacer las cosas según los mismos, llegan al nivel de la incompetencia, lo que acerca a la otra teoría de la decadencia de las culturas, de Oswald Spengler. Ante esa ambigüedad, ante las variadas formas de la agresividad y su resolución en la violencia, servidor comprende y se explica que ustedes, los humanos, sean seres de y para la tribulación, es decir, seres destinados a causar, congoja, pena, aflicción o tormento que inquieta o turba el ánimo, así como a ser las victimas de lo mismo. La tienen difícil, sí, por lo que al contrario de lo que le sucede a servidor, al que el cambio de formas le beneficia, tengo la duda de que la forma de agresión que adopten, les sirva de algo… ¿O me equivoco? ¿Qué me responden? Sin más por el momento. PROMETEO

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