Raúl Cremoux, entre la censura y el tráfico de influencias

viernes, 2 de octubre de 2015 · 13:19
MÉXICO, D.F. (apro).- Envuelto en denuncias por censura y tráfico de influencias, debido a que otorgó contratos a empresas de familiares, el periodista Raúl Cremoux deja la dirección de Canal 22, la señal cultural dependiente de la Secretaría de Educación Pública. En su lugar llegaría Ernesto Velázquez, actual director de TV UNAM. La crisis en Canal 22 inició cuando Cremoux tomó represalias contra el área de Noticias dirigida por Juan Jacinto Silva, después de que se transmitió en el informativo el caso de Carmen Aristegui y su salida de MVS Radio, a finales de marzo de este año. En junio comenzaron los despidos injustificados, y en julio y agosto se denunció públicamente la censura a programas como ‘El Observador’ y ‘Global 22’, por estar en desacuerdo con el contenido de producciones que abordaban el tema de la violencia en México y donde se criticaba la inacción del gobierno federal. Cesaron a Juan Jacinto Silva, quien fue director del área de noticias durante varios años; a Guadalupe Pereyra, subdirectora de Información; a Irma Gallo y Alejandra Flores, y al editor Marcos Daniel Aguilar. El conductor Huemanzin Rodríguez y Alejandra Flores denunciaron su caso en un foro público en la UNAM. El colaborador Marco Lara Klhar y otro grupo de periodistas emplazaron a Raúl Cremoux a un debate público y a que se les otorgara el derecho de réplica. Cremoux negó que se tratara de casos de censura. Argumentó que era por recortes en el presupuesto de la emisora que se creó hace 22 años. En paralelo, trabajadores del Canal 22 también denunciaron públicamente que bajo la dirección de Cremoux se le otorgaron contratos por adjudicación directa a la empresa Calypso, donde es socio su yerno Hari Camino, esposo de Daniela Cremoux. También señalaron que su hijo Pablo Cremoux había participado en una serie de programas del canal. La crisis en la emisión cultural del Estado mexicano se agudizó justo en el año que cumple 22 de transmisiones. Canal 22 es un caso atípico, ya que se trata de una concesión, es decir, con posibilidades de comercializar sus espacios, aunque durante años se manejó como una estación permisionada.

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