Dos Méxicos en el Parlamento Europeo

viernes, 23 de octubre de 2015 · 20:39
BRUSELAS (apro).- Mientras que el gobierno de Enrique Peña Nieto se empeña en presentar a México en el extranjero como "una potencia responsable con la paz y la prosperidad del mundo", defensores de derechos humanos y miembros del Parlamento Europeo aseguran que la situación es tal que únicamente la asistencia internacional podrá sacar al país de su profunda crisis humanitaria y descomposición institucional. El pasado lunes 19, el embajador mexicano en la Unión Europea (UE), Juan José Gómez Camacho, asistió a una sesión del Comité de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo con el objetivo de presentar con los representantes diplomáticos de Indonesia, Corea, Turquía y Australia al grupo de cooperación mutua que México y tales países conforman desde hace dos años (MIKTA por su acrónimo en inglés). "México es un país grande, un país emergente, un país que tiene uno de los vectores más importantes de crecimiento y de avance. Ese vector tiene que ver (con una) noción de responsabilidad global", presumió Gómez Camacho ante una sala con pocos asistentes, muchos de ellos funcionarios de los Estados MIKTA. El diplomático habló de México como un país "con una influencia creciente" en la comunidad internacional y, por tanto, obligado a "asumir más responsabilidad en los asuntos globales". Y declaró ufano: "Hoy es muy difícil llevar a cabo un debate global sobre muchos temas sin que estén sentados en esa mesa por sus méritos individuales los miembros de MIKTA". Encarrerado, Gómez Camacho expuso que el gobierno mexicano esperaba que el mundo valorara a MIKTA como "una fuerza combinada que trabaja a favor de aquello que está bien, que trabaja con fines nobles; porque nosotros --dijo--, también tenemos interés en una buena gobernanza mundial". Según el diplomático mexicano, el gobierno peñanietista decidió establecer MIKTA para "reforzar la capacidad de la comunidad internacional a la hora de enfrentar los problemas y desafíos actuales", y así crear "paz, seguridad y prosperidad para todos". Gómez Camacho incluso se dio el lujo de exhibir falsa modestia: "México entiende, porque es parte de su lógica fundamental, que esto sólo se puede crear en colaboración con otros (...) México es un país que se entiende a sí mismo como uno en el que recae una responsabilidad global y que, por ese motivo, tiene la obligación de asumir más en el trabajo que tenemos que hacer en la comunidad internacional para conseguir que el mundo sea mejor". Los contados eurodiputados expresaron el desconocimiento que tenían de tal agrupación de países y, por su insistencia en preguntar si ésta había establecido al menos un secretariado (cuya respuesta fue no), relució su escepticismo a la formalidad del MIKTA. No se escuchó ni una sola referencia a las violaciones a los derechos humanos en México. El otro México Dos días después, el miércoles 21, activistas y abogados de derechos humanos de México y Europa presentaron también en el Parlamento Europeo un país muy diferente al que presumió el embajador Gómez Camacho. Los activistas celebraron varios eventos con el propósito de alertar sobre la pésima situación que atraviesa el país en la materia, y en particular para acusar la ineficacia del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del gobierno mexicano. En una sesión auspiciada por el grupo de la Izquierda Unitaria, titulada “El contexto de la violencia en México y su impacto sobre los defensores de los derechos humanos”, las eurodiputadas españolas Tania González y María Albiol consideraron que la situación es de tal gravedad en el país que la UE debería hacer funcionar realmente los instrumentos de presión política, como la cláusula democrática del Acuerdo Global. Albiol se preguntó si la UE está haciendo lo suficiente en México. "No y no es porque carezca de instrumentos, sino por falta de voluntad política para que no continúe la situación actual", respondió. Los integrantes de las ONG presentes también solicitaron una intervención más activa de la UE frente a la crisis humanitaria que vive México, dada la "incapacidad de las autoridades mexicanas" para encontrar una solución, señaló Olga Guzmán, directora de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH). Se trata de una de las organizaciones mexicanas presentes junto con Serapaz/Espacio OSC y Familiares en Búsqueda de María Herrera. "El Mecanismo de Protección (para defensores de derechos humanos y periodistas) es incompleto e incapaz de cumplir con su propósito. Ante la impunidad y la debilidad del Estado mexicano es necesario el cobijo de la comunidad internacional", expresó el abogado de la CMDPDH, Axel García, quien coordinó el proyecto "Protección de los defensores de derechos humanos a través de su capacitación y visibilidad". Tal proyecto –implementado por la CMDPDH en asociación con las ONG Conexx-Europe y Brigadas Internacionales de Paz-Reino Unido-- es uno de los más importantes que ha financiado en México la Comisión Europea, con casi un millón de euros. Entre otras actividades incluyó talleres, una Misión de Observación Civil que visitó México del 9 al 14 de noviembre pasado, la realización de la campaña "Haz que se vean" y una exposición del fotógrafo argentino Fernando Cortiglia, con retratos de los rostros de 40 defensores mexicanos de derechos humanos en riesgo, la cual se exhibió en el Parlamento Europeo. García comentó que la realidad mexicana los obligó a acoger en el proyecto 70 casos de defensores en riesgo en lugar de 40, como se estipuló, además de haber tenido que apoyar el desplazamiento de 14 personas y la manutención temporal de 67. El cierre de tal proyecto que comenzó hace tres años también tuvo lugar el miércoles 21 de octubre en el Parlamento Europeo, en un evento patrocinado por la eurodiputada Eider Gardiazabal, del grupo de la Alianza Progresista de los Socialistas y los Demócratas. Al acto asistieron la ministra Francisca Méndez, jefa de cancillería de la embajada mexicana en Bruselas, y Ana Almeida, jefa de la Unidad para México del Servicio Europeo de Acción Exterior, el organismo encargado de las relaciones diplomáticas de toda la UE el gobierno mexicano. Miguel Zumalacárregui, coordinador de la Organización Mundial contra la Tortura, preguntó a la funcionaria Almeida porqué la UE sostenía una "diplomacia silenciosa" y no había reaccionado públicamente a lo que ocurre en México, como sí lo han hecho organismos de la ONU o la CIDH, que en ambos casos han reconocido la existencia de prácticas generalizadas de violaciones a esos derechos. --Cuando existe una situación tan crítica como en México, esos posicionamientos nos animan a las ONG a seguir trabajando juntos, le espetó el activista. Sentada a lado de Juan Carlos Trujillo, quien busca a cuatro hermanos desparecidos, Almeida contestó de inmediato que, en primer lugar, no había sido probada la responsabilidad del Estado mexicano en los hechos de Ayotzinapa; y, en segundo lugar, dijo, la cláusula democrática no tendría que ser activada sólo porque a las ONG no les gustaba la situación. "Nosotros --afirmó Almeida-- creemos que hay que ser constructivos, establecer un diálogo (con el gobierno mexicano), porque sin éste no se va a ningún lado. La idea es que la UE pueda ser un 'constructor de puentes' y que con soft power (poder blando que otorgan medios culturales o ideológicos de influencia internacional) podemos lograr cualquier cosa. La idea es construir, no criticar. Hay problemas que son más complicados y que no se van a resolver de un día a otro". "Mi opinión personal --añadió-- es que hemos llegado a un punto de nuestra relación con las autoridades mexicanas y las organizaciones mexicanas que es muy bueno (...) Es una pena limitarse solamente a una actitud de crítica, hay que ser constructivo". En su participación, la ministra Méndez se limitó a agradecer la invitación al "diálogo constructivo" y a exponer la estructura y funcionamiento del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, lo cual --según lo reconoció ella misma--, "aburrió" a los presentes. Reconoció que México tiene "desafíos", pero que "gracias a que no estamos en crisis los podemos enfrentar".

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