MÉXICO, DF (apro).- 007: Spectre (Spectre, Reino Unido-2015) es la última cinta de Bond que dirigirá Sam Mendes, y probablemente sea la última de Daniel Craig. Y ojalá así sea, porque en esta cinta veremos a nuestro héroe enfrentar encrucijadas fabulosas que permitirán cambiar su destino. De tal manera que si Craig decidiera no regresar, Spectre sería el fin de una era, bueno, de la era iniciada por Daniel Craig. Aunque en el universo Bond todo puede pasar, pero en fin… Spectre comienza en la Ciudad de México durante el Día de Muertos, en un espectacular desfile que poco tiene que ver con lo que se hace en nuestro país, pero que resulta fascinante: Calaveras enormes desfilan por las calles, seguidas por mujeres personificadas como catrinas y hombres en como… catrines. Las calles del centro de la ciudad se llenan de muertos vivientes, y entre ellos se encuentra James Bond con una máscara de calaca, quien entra en la habitación de un hotel acompañado de una bella mujer (Stephanie Sigman); parece que ambos se entregarán a la pasión; sin embargo Bond ha de cumplir con su deber, por lo que en un abrir y cerrar de ojos desaparece para matar a un villano llamado Sciarra (Alessandro Cremona). Las cosas se ponen complicadas con el susodicho: Bond destruye media cuadra del Centro Histórico y lucha por los aires dentro de un helicóptero, creando caos entre los asistentes del desfile que pasean por el Zócalo. El asesinato de Sciarra es el principio de una aventura peligrosa del 007, que lo llevará por diversos lugares de Europa (principalmente) para encontrarse con una organización poderosa que planea apoderarse del mundo, llamada Spectre, y encabezada por Ernst Stavro Blofeld. Por otro lado, la sección de inteligencia a la que pertenece el MI6, está teniendo una restructuración importante, de tal manera que M (Ralph Fiennes), no podrá apoyarlo del todo. Sin embargo, contará con Money Penny (Naomie Harris) y Q (Ben Wishaw). En el transcurso, el 007 se topará con par de chicas que sazonarán la aventura e inyectarán la adrenalina necesaria. Una de ellas es Lucia (Mónica Belucci), la esposa de Sciarra, y la otra es Madeleine Swann (Léa Seydoux), pieza clave en la investigación de Bond para acabar con los villanos. Acción y emoción, paisajes y diálogos estupendos, y hermosas pinceladas con comentarios políticos y existenciales son los elementos que conforman esta estupenda cinta. Por supuesto no es un clásico de la cinematografía, es una cinta de James Bond, pero eso no le quita lo genial.