VILLAHERMOSA, Tab. (apro).- La Fiscalía General del Estado (FGE) desarticuló una red de trata de personas que “vendía” niñas en hoteles, moteles y domicilios particulares, luego de reclutarlas y prostituirlas en una casa de citas de la colonia Las Gaviotas de esta capital. El fiscal Fernando Valenzuela Pernas informó que mediante dos operativos realizados los días 12 y 13 de noviembre se logró la captura de tres sujetos, entre ellos una mujer: Armando Rodríguez Méndez, Javier Tosca Montero y Alexis Osorio Romero. Esta última y Rodríguez Méndez contactaban a las menores, mientras que Javier Tosca las trasladaba en taxis a domicilios particulares, moteles y hoteles para ofrecer servicios sexuales. Los tres están acusados del delito de trata de personas en su modalidad de explotación sexual y prostitución, manifestó el fiscal. Detalló que el jueves 12, mediante orden de cateo, se revisó la casa número 1205 ubicada en el malecón Leandro Rovirosa Wade de la colonia Las Gaviotas, donde se rescató a cuatro mujeres que eran explotadas sexualmente, entre ellas dos menores. Ese día fue capturado Javier Tosca, cuya confesión permitió arrestar al día siguiente a las otras dos personas en la colonia Nueva Pensiones. De acuerdo con Valenzuela Pernas, hay más integrantes de esa red de trata de blancas y la FGE anda tras ellos. En abril de 2014, la entonces Procuraduría General de Justicia del estado (hoy FGE) desmanteló otra banda dedicada a la trata de personas que trabajaba en el municipio Balancán y ofrecía servicios sexuales de las niñas a funcionarios del ayuntamiento. Luego de denuncia de una madre y de cuatro menores prostituidas se detuvo al jefe de la banda, Alberto Jiménez González, quien era encargado del área de limpieza del DIF municipal. También fueron aprehendidos Lenin Bonfil Loria, coordinador de Reglamento municipal y Raúl Baños Avendaño, padre de una de las menores, quien además fue acusado de violar a su propia hija. De las ganancias obtenidas, 50% iba directamente al bolsillo de Bonfil Loria, y las menores recibían mil pesos por cada servicio sexual. A los tres implicados se les fincaron cargos de violación, corrupción de menores, lenocinio, atentado al pudor y pederastia.