CUERNAVACA, Mor. (apro).- La falta de lluvias en la entidad provocó que 60% de las 42 mil hectáreas de cultivo de sorgo sembradas en la zona oriente del estado resultaran afectadas con la plaga conocida como pulgón amarillo, lo que afectó a unos 10 mil productores. La plaga fue combatida con apoyo del gobierno mediante la aplicación “indiscriminada” de un insecticida llamado Imidacloprid, que resultó dañino para las abejas, prioritarias para el equilibrio de los ecosistemas, denuncia Nabor Guzmán Vázquez, experto veterinario zootecnista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Las autoridades apoyaron a los agricultores para conseguir el insecticida a mitad de precio pero con todo y la aplicación las cosechas resultaron seriamente afectadas a tal grado que debió aplicarse el seguro de contingencias estatal y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) emitió una declaratoria de desastre natural en 23 municipios afectados. Según el experto de la UNAM, el Imidacloprid se aplicó de manera indiscriminada y ello pone en riesgo a las abejas y a todos los seres vivos. Además, señala Guzmán Vázquez se trata de un pesticida que al igual que la Clotianidina y Tiametoxam, fue prohibido en varios países de Europa desde 2013, luego de que se asociaran con el exterminio de abejas. De acuerdo con un informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), la sustancia puede afectar al sistema nervioso de los insectos, causándoles parálisis y hasta la muerte. Sin embargo autoridades de la Sagarpa en Morelos niegan que esto sea así. El jefe del Programa de Sanidad Vegetal de la dependencia, Pablo Espinoza Elizalde, aseguró que en los registros de los sistemas de salud a escala mundial la sustancia no está prohibida. Además, dijo, en México la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), autorizó su uso debido a que su nivel de toxicidad es muy bajo para los humanos aunque reconoció que sí puede ser tóxico para los insectos si ingieren el insecticida a través de la savia, que chupan de las plantas”. El titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) del gobierno de Morelos, Pedro Pimentel Rivas, admitió que el uso del Imidacloprid provocó la muerte de abejas en la entidad, aunque en cantidades “no considerables”. Además aseveró que los reportes por la pérdida de las abejas fueron canalizados al área de Sanidad Vegetal cuyo titular, Pablo Espinosa Elizalde afirmó que la plaga “tomó por sorpresa” a productores y autoridades. Y a pesar de los esfuerzos el insecticida afectó a las abejas y a las cosechas. Lo peor es que el seguro de la Sedagro sólo alcanzó para entregar mil 500 pesos por hectárea siniestrada, cuando lo mínimo que invierten los productores son ocho mil pesos. Ante las pérdidas los productores realizaron dos bloqueos carreteros en las autopistas del Sol y Siglo XXI el 9 y el 10 de noviembre pasado y exigieron ampliar a 150 millones de pesos el presupuesto de este año, para poder rescatar a los productores de sorgo. En medio de las protestas, e martes 10 de noviembre fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la declaratoria de desastre natural en el sector agropecuario en 23 municipios de Morelos: Tlaquiltenango, Jojutla, Amacuzac, Cuautla, Ayala, Yautepec, Axochiapan, Tepalcingo, Jonacatepec, Jantetelco, Zacualpan, Tlaltizapan, Miacatlán, Puente de Ixtla, Mazatepec, Tetecala, Coatlán del Río, Temixco, Xochitepec, Emiliano Zapata, Yecapixtla, Temoac y Zacatepec. Además en la mesa de negociación que se estableció se acordó realizar un estudio completo para definir la dimensión de los daños en las parcelas causados por la sequía en esos 23 municipios.