'Tosca”, la última del año

martes, 8 de diciembre de 2015 · 14:51
MÉXICO, DF (apro).- Una tosca bienvenida ofreció la ópera Tosca a la excelente soprano, pero quién sabe qué tan buena administradora y organizadora Lourdes Ambriz, quien con esta muy gustada y conocida obra de Giacomo Puccini inició su gestión como nueva directora de la Ópera de Bellas Artes (OBA), sucediendo nada menos que al internacionalmente reconocido tenor Ramón Vargas. Con un tenor, Dante Alcalá, que acusó a la nueva administración de desaforarlo injustamente luego de, incluso, haber sido anunciado, y sin ninguna respuesta y menos explicación al respecto de parte de las autoridades, y con un barítono, Guillermo Ruiz, que al final tampoco se presentó, y con quejas subterráneas del coro y la orquesta, se llegó al final de la raquítica temporada de este año con cinco funciones de esta ópera. En el papel, dos elencos distintos, pero en la realidad con únicamente dos cambios, el de la protagonista Tosca encargada a la búlgara Svetla Vassileva y a nuestra Violeta Dávalos, y el del tenor encargado del pintor Mario Cavaradossi, amante de Tosca, que interpretaron dos mexicanos, Héctor Sandoval y Carlos Arturo Galván. La puesta en escena se encomendó a Luis Miguel Lombana y, la dirección musical al hoy titular, y qué bueno, de la Orquesta de la Ópera, Srba Dinic. Nos referiremos aquí a la primera función protagonizada por la Vassileva y Héctor Sandoval como Mario. El temido Barón Scarpia, jefe de la policía, fue siempre encarnado por Genaro Sulvarán. El resto de papeles subalternos fue también el mismo en todas las funciones. Lo primero a destacar es la nueva, funcional, elegante, adecuada, imaginativa, realmente bella producción de Tosca, digna de cualquier escenario internacional. A esto correspondió una muy buena puesta en escena que aligeró e hizo más lógicos algunos pasajes, aunque también tuvo desaciertos como el que Tosca, tratando de escapar de la habitación en donde acaba de matar a Scarpia, busca salida por una puerta que, sabe claramente, conduce a las mazmorras en donde estaban torturando a Mario y de donde lo acaban de sacar. O sea, por allí no hay salida. Empero, fuera de ese y un par de detalles más, es una buena dirección con sentido teatral como corresponde a la trama y su desarrollo. Vocalmente la cosa fue dispareja totalmente, Svetla Vassileva es una soprano de primera línea con una voz potente y ágil que se adecua muy bien a los requerimientos del personaje que ha interpretado más de una vez y al que, es evidente, conoce bien. Lo mejor de la noche fue ella sin duda. Héctor Sandoval (Mario Cavaradossi), por su parte, puso empeño en este que, me parece, es su debut en Bellas Artes con un papel de esta categoría; sin embargo, el solo empeño no bastó y más que potencialidades mostró debilidades. Una voz naturalmente más pequeña que la necesaria para el rol, de un timbre no especialmente bello, emisión no del todo adecuada y, en conclusión un personaje que aún le está grande. El Scarpia de Sulvarán fue visualmente, actoralmente, hermoso. Él conoce bien el papel y sabe sacarle el mucho partido que permite, y esto implica el manejo de la voz con todos los recovecos que el personaje posee y que van, entre otros, de las posturas de seductor y las insinuaciones maquiavélicas, hasta el abierto sadismo. Scarpia es, sin duda, un sueño de todos los barítonos. Con la atingencia acostumbrada el maestro Srba Dinic e igualmente adecuados los coros de la Ópera y el Ensamble México.

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