"Apocalipsis now"

martes, 8 de diciembre de 2015 · 15:01
PARÍS/LE BOURGET (apro).- “Tres de nuestras islas siguen inundadas por huracanes cada vez más intensos. Esto nos impide cultivar”, expresó Enele Sopoaga, primer ministro del archipiélago de Tuvalu, durante una mesa redonda con otros líderes de países del Pacífico en la Conferencia Climática en París Le Bourget (COP21). Entrevistado por la prensa internacional al finalizar el evento, el mandatario de esa pequeña nación isleña no escondía su indignación por la falta de ambición política de los países desarrollados: “El objetivo actual de limitar en dos grados centígrados y no en 1.5 grados (hacia 2100) el aumento de la temperatura global es sólo para salvar a las economías de los países ricos. El Pacífico no puede aceptar esto”, soltó. Las islas Tuvalu, así como Nauru, Kiribati, Fiyi o las islas Cook, ubicadas a pocos metros por encima del nivel del mar en el Pacífico, podrían quedar sumergidas por las aguas marinas en caso de que siga aumentando el nivel de los océanos como consecuencia directa de las actividades industriales. Pero el futuro de las islas Kiribati es aún más incierto. El jefe de ese Estado del Pacífico adelantó que su país no tendrá la capacidad de preservar su territorio ante la subida del nivel del mar y ha preparado a su población para una migración colectiva. “Dentro de 20 o 25 años no podremos permanecer por encima del nivel del mar”, declaró Anote Tong, presidente de las islas Kiribati en septiembre pasado. Y en la apertura de la COP21 que tiene lugar en París del 30 de noviembre y concluirá el 11 de diciembre, el presidente Tong dedicó sus tres minutos de discurso para agradecer a las islas Fiyi, un archipiélago vecino, por su propuesta de acoger a la población Kiribati en caso de que quede sumergida por las aguas. El fenómeno de la subida del nivel del mar ya es una realidad tangible, según han observado los expertos en clima del mundo entero. “Los estudios satelitales muestran que el nivel promedio de las aguas aumenta tres milímetros por año desde hace varias décadas”, dice Marie-Antoinette Mélières, climatóloga en el Centro nacional de investigaciones de Francia (CNRS). En entrevista con Apro, la climatóloga detalla que los dos tercios de este incremento del nivel de los mares se deben al derretimiento de los glaciares y del hielo de los polos desde el inicio del siglo XX. Y para los científicos ya no cabe duda de que “desde las últimas décadas, la principal causa del deshielo son los gases con efecto invernadero como el CO2”, puntualiza. Según las proyecciones de los científicos, si no se reducen las emisiones de gases contaminantes, se corre el riesgo de que en verano “el Ártico sea totalmente libre de hielo”. Los glaciares en las sierras también retroceden peligrosamente: “pierden 30 centímetros de grosor cada año en promedio desde los años 1980, y esto aporta mucha agua a los mares”, detalla Mélières. “En las islas Fiyi el gobierno ha tenido que reubicar 40 comunidades que estaban asentadas en la costa. El cambio climático aumenta su vulnerabilidad”, insiste Mahendra Kumar, asesor climático en el Foro de los Países Islas del Pacífico que agrupa a 14 países, y también oriundo del archipiélago de Fiyi. “Los líderes de algunas islas no quieren hablar de refugiados climáticos y prefieren preparase para una ‘migración con dignidad’”, dice Kumar a Apro, en alusión a la decisión del presidente de la isla Kiribati de preparar el traslado de su población, que cuenta con aproximadamente 100 mil habitantes. Un estudio del Instituto de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana (UNU-EHS en inglés), divulgado en el marco de la Cumbre Climática de París, revela que si la temperatura global aumenta en 6.2 grados para 2100 (comparado con las temperaturas de la era pre industrial), más de 70% de la población de Tuvalu y de las islas Kiribati (alrededor de 100 mil personas) podrían emigrar ante la intensificación de las inundaciones, la sequía y el aumento del nivel del mar. Y lo peor: algunos países que se encuentran a la orilla del Pacífico han padecido más gravemente la intensificación de las tormentas, otra consecuencia del calentamiento global. Los climatólogos advierten que el aumento de la temperatura de la superficie del mar favorece la formación y la frecuencia de las tormentas, como en Filipinas. Y precisamente para alertar a la comunidad internacional, representantes de la sociedad civil de este país asiático de 180 millones de habitantes acudieron a la COP21. “Junto con los Estados isleños del Pacífico, Filipinas está en primera fila en caso de tifones. Tenemos alrededor de seis o siete tifones destructivos al año. Y la formación de estos tifones resulta del aumento de la temperatura de los océanos”, asegura Efraim Tendero, responsable religioso filipino y líder de la Alianza Evangélica Mundial (WEA en inglés). Agrega: “Recientemente dos tifones destruyeron el sur de Filipinas, una región donde en los últimos 30 años no llegaban los tifones”. En 2013 el tifón ‘Hayan’, de categoría 5, causó la muerte de más de 6 mil personas en Filipinas. El país ha tenido que dedicar el equivalente de 2.5% de su riqueza anual para la reconstrucción de viviendas. Al igual que los representantes de las naciones isleñas, el clérigo filipino considera que ha llegado el tiempo de una “justicia climática’’ porque su “país emite menos del 1 % de las emisiones mundiales de gases contaminantes. Pero es uno de los más vulnerables”, recalca. Para mitigar los efectos del cambio climático, Filipinas trata de adaptarse. “Una de las herramientas de adaptación que tenemos es la constitución de manglares (limitan las inundaciones), tenemos un programa de reforestación de 1.6 millones de hectáreas en los próximos años y el gobierno promulgó una ley de energías renovables para desarrollar fuentes alternativas a las energías fósiles como la solar o hidroeléctricas”, dice Tendero a Apro, durante una entrevista en el marco de la COP21. En otras regiones donde las precipitaciones no son tan abundantes, el calentamiento global se traduce, contrariamente, con sequías más intensas. Un riesgo al que “México y la cuenca mediterránea están fuertemente expuestos si no se hace nada”, advierte la climatóloga francesa Marie-Antoinette Mélières. La otra región que es considerada la más afectada por el cambio climático es el sur del continente africano, donde “el aumento de las temperaturas y la reducción de las reservas de agua, así como la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los ecosistemas tienen un impacto en la agricultura”, han escrito Richard Munang y Jessica Andrews, dos expertos en cuestiones climáticas en la ONU. Según ellos, “las variedades de trigo se desarrollan bien con temperaturas de entre 15 y 20 grados, pero la temperatura promedia anual de África subsahariana ya rebasa esta banda”. Munang y Andrews advierten que si se confirman estas tendencias, la producción de trigo de África podría reducirse en un 10% o 20% de aquí a 2030. Una situación potencialmente explosiva si se toma en cuenta el aumento previsto de la demografía africana. “Ya desde los últimos 30 años vemos sequías importantes en sur de Madagascar, como en el Sahara”, alerta Toky Rasoloarimanana, delegada de la Comisión del Oceáno Indico, que agrupa a cinco países. En Madagascar los campesinos padecen la reducción de la temporada de lluvias y un descenso de alrededor de 30% de las precipitaciones desde los años 30, según el periódico francés ‘Le Monde’. La escasez de agua pone en peligro con frecuencia la seguridad alimentaria de decenas de miles de personas en esta isla, apunta. En octubre pasado la ONU evaluó que cerca de 1.9 millones de personas en Madagascar, casi la mitad de la población del país, enfrentaban dificultades para abastecerse en alimentos. Y para todos estos países vulnerables al aumento del nivel del mar y a la intensificación de los huracanes o la sequía, es urgente que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases con efecto invernadero. Los delegados de las naciones pobres o en vía de desarrollo consideran que sus poblaciones están padeciendo una situación de la que no son responsables, ya que “los 10% más ricos del planeta generan alrededor de la mitad de las emisiones de dióxido de carbono”, según un informe que la organización no gubernamental británica de lucha contra la pobreza, OXFAM, publicó durante la Conferencia climática de París. “Con el aumento ya constatado de las temperaturas de un grado, ya estamos viendo las consecuencias del cambio climático”, recuerda Mahendra Kumar, asesor climático en el Foro de los Países Islas del Pacífico. Las naciones que representa consideran que “limitar sólo en dos grados el aumento de las temperaturas globales no es suficiente. Ya estamos constatando la acidificación de las aguas (que impacta a los corales y los pescados por ejemplo)”, dice. Concluye: “El acuerdo final de esta COP21 nos dirá si los grandes contaminadores de este planeta nos han escuchado o no”. Los representantes de 195 países reunidos en París tienen hasta el próximo viernes 11 para ponerse de acuerdo sobre un plan global de reducción de las emisiones de gases contaminantes.

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