No soy político, pero sé hacer política… y no soy influenciable: Gutiérrez Candiani

viernes, 22 de enero de 2016 · 21:54
OAXACA, Oax. (apro).- El aspirante externo del PRI a la gubernatura del estado, Gerardo Gutiérrez Candiani, asegura que él no tiene padrinos y, por tanto, “en mi no influye ningún exgobernador, ni caciques, ni grupos, ni nadie”. Subraya: “Toda mi vida he decidido por mi, yo he hecho mis cosas solo, el que me conoce sabe que todo lo que he ido construyendo lo he hecho a base del esfuerzo, entonces no soy influenciable”. En entrevista con Apro, el expresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) destaca que su carta de presentación es que realmente es un ciudadano oaxaqueño y otros (como Alejandro Murat o Benjamín Robles) no lo son. “Mi visión es muy ciudadana, mi compromiso mayor es con la sociedad y el pueblo de Oaxaca, mi trayectoria es pública y no soy político, aunque sí sé hacer política”. Luego habla de su relación con el presidente Enrique Peña Nieto, quien públicamente le deseó éxito, aunque rechaza que eso sea una señal política, bendición o ‘dedazo’. Sobre su relación con el actual gobernador de Oaxaca, puntualiza: “Mi amistad con Gabino (Cué) ha sido de amistad, nunca ha sido de complicidad. Además, él esta por un lado y yo por el otro, entonces simplemente es de amistad y no de complicidad, y eso te da margen amplio para que cada quien esté en su cancha”. Y afirma que de llegar al gobierno de Oaxaca, quien gobernará sería él y no otros, en clara referencia a los “Cocos”: Jorge Franco Vargas, operador de Ulises Ruiz Ortiz, y Jorge Enrique Castillo Díaz, operador de Gabino Cué, porque yo “no tengo ni cocos, ni cucus”. Señala, asimismo, que los grupos caciquiles de los exgobernadores Ulises Ruiz Ortiz, José Murat y Diódoro Carrasco “creen que el estado es de ellos o que es de su propiedad”. Gutiérrez Candiani advierte que si el PRI no lo abandera como candidato, no irá como independiente, porque “yo no estoy buscando el poder por el poder, ni busco chamba. He sido muy congruente. Si no se puede ahí, punto, a lo que sigue”. Al recordarle que al único aspirante priista al que Peña Nieto le deseo éxito públicamente fue a él, justifica: “Lo que pasa es que al final construimos mucho, yo representaba a un sector muy importante de la sociedad mexicana y en esa relación antepusimos los intereses del país. Hubo diferencias (pero) también hubo grandes acuerdos y siempre traté de construir a favor de México, entonces yo le deseo suerte al presidente como seguramente él a mi, como le deseo a todos (los aspirantes), porque yo lo no le deseo mal a nadie”. Añade: “Yo no creo que haya sido tema de mandar una señal política, yo creo que fue por un tema de que trabajamos durante mucho tiempo, compartimos muchas cosas. Hubo diferencias, por supuesto, pero enmarcadas en la institucionalidad y lo que queríamos nosotros como país. Yo creo que fue un acto generoso (del Presidente) mandar buenos deseos, pero mas allá no lo vi como un dedazo, está muy alejado de eso, no creo que sea por ahí”. Al preguntarle por qué se decidió ir por el PRI, el empresario aclara que habló con todos los representantes de los partidos políticos, pero “por un asunto de congruencia” se decidió por el Revolucionario Institucional. Sobre Oaxaca, el expresidente del CCE subraya: “Veo un estado con mucho rezago y con grandes oportunidades, y lo que estamos promoviendo es pasar del estado paternalista terrible que han hecho que Oaxaca esté en la pobreza, y sacudirnos de estos grupos caciquiles y de poder que creen que el estado es de ellos y es de su propiedad”. Para ello propone crear “un estado mas solidario donde se esté más cercano a la gente y se le den respuesta no con dádivas, ni prebendas, ni limosnas, sino generar condiciones para el progreso y un estado subsidiario donde todos entiendan que tenemos que poner de nuestra parte y entiendan que a base del trabajo, del compromiso, del esfuerzo, ellos (los oaxaqueños) van a mejorar sus condiciones, las de sus familias y van a ayudar al estado”. Y rechaza que vea a la entidad como una empresa, porque con cuatro millones de personas y 65% de pobres hay que tener una gran sensibilidad para sacarlos de ese atraso, subraya. Asimismo, reconoce que los grupos políticos apoyados por sus respectivos partidos políticos tienen un acuerdo perverso donde utilizan a los pueblos originarios a los que les dan cemento, dinero o cualquier cosa, y los candidatos ya no regresan. “Hay tal miseria que se lucra con esa miseria, y en lugar de generar condiciones para el desarrollo les cumplen así, les dan cualquier cosa a cambio de vender su dignidad”. Relata que él inició sus negocios en 1991 y ha ido generando varias sociedades e inmobiliarias, “y de eso vivo y tengo todas mis declaraciones, todo es transparente, no necesito de padrinos políticos, yo no tengo complicidades”. Según el empresario, su deseo de gobernar Oaxaca es porque la entidad “tiene grandes carencias, grandes retos y grandes posibilidades, y la oportunidad de aplicar la trayectoria que hice en el sector empresarial puede ser valiosa en Oaxaca”. ¿En qué sentido?, se pregunta. Y responde: generando condiciones para que realmente Oaxaca pueda detonar en un estado con mayor crecimiento. Generar inversiones históricas, empleos, y apostarle al estado de derecho, a la seguridad, a la justicia, al combate a la corrupción y a la impunidad. Su apuesta, dice, es la reconciliación entre los maestros y la sociedad, la eficiencia, la eficacia, la administración pública ejemplar. La transparencia y la rendición de cuentas no es un tema a negociar, añade, por lo que propone generar un sistema estatal anticorrupción “con los dientes suficientes”, con una fiscalía autónoma para que pueda tener los elementos jurídicos para actuar por encima del gobernador. El empresario rechaza, asimismo, que le hayan cerrado las puertas en el PAN o el PRD. “Nadie me cerró las puertas. Yo platique con todos los partidos políticos y vi las opciones. Yo trabajé en el proyecto de país que está impulsando el presidente Peña. Es un proceso de modernización económica, un proceso de hacer un país más competitivo y productivo a través de las reformas (…) Es un tema de congruencia”. Pero ahora hay que enfrentarse a cacicazgos y grupos, se le inquiere. “Ahí estoy, en eso estoy. Espero que al final, que estoy seguro que así va a ser, se privilegie el bien común al bien de los grupos. Lo que requiere Oaxaca es gente nueva, más comprometida, más transparente, con mayor idea de cómo hacer las cosas, tener más herramientas y elementos para poder ayudar al estado, generar los niveles de inversión”. En referencia a Ruiz Ortiz y Murat Casab, sostiene que ellos “ya estuvieron (en el gobierno) y no pudieron”. Subraya: “Los oaxaqueños tenemos que cambiar esa visón del político que los hace casi Dios o semidioses, eso es lamentable, por eso los vuelven locos, ven a un funcionario publico al revés del concepto real. El funcionario se debe a la ciudadanía, no la ciudadanía se debe al funcionario. Es un mal muy mexicano, pero en Oaxaca se acentúa”. Por eso, apunta, es necesario romper ese contrato tan nocivo de que la gente esté esperando que le des algo a cambio del voto, “eso es terrible, lo he expresado, y bajo ningún motivo van a prevalecer ese tipo de contratos, primero porque no tengo el dinero, segundo porque no utilizo recursos públicos, y tercero porque es muy grave que vendan el voto o la dignidad”. Remata: “Yo no me voy a enfrentar a nadie porque yo no vine a pelear”. Y resalta que si él es ungido en el PRI, la decisión será de la ciudadanía, porque en Oaxaca se necesitan 850 mil votos para el próximo gobernador, y 500 van a venir desde la ciudadanía, no de los grupos de poder ni del voto duro. De ahí que, añade, haya optado por la fuerza de la ciudadanía, ya que la gente quiere alguien que emane de la sociedad, que tenga un compromiso mas profundo y que no haya sido político. “Yo no soy político, pero sí sé hacer política, que es muy diferente, y yo no voy a vivir de la política nunca”. Lo que sí haría, sostiene, “es cambiar la estructura gubernamental, porque tiene a los mismos personajes de hace 20 años, y ya sabemos que son malos, que no son eficientes, que no son buenos administradores, que no son buenos políticos y que aparte le meten uña, esos ya no pueden estar”.

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