Las traiciones a Kate del Castillo

miércoles, 27 de enero de 2016 · 10:21
Definida como una persona cercana a Kate del Castillo, la periodista y activista social Lydia Cacho escribió la semana pasada para la página web de Proceso y para la agencia Apro un artículo en el que relató pormenores de la situación en la que se encuentra la actriz después del escándalo que provocó la publicación del encuentro del actor estadunidense Sean Penn con Joaquín Guzmán Loera. El viernes 22, la propia periodista entregó a Proceso esta nueva versión, con elementos adicionales, para su publicación en la revista. MÉXICO, DF (Proceso).- El caso de Joaquín Guzmán Loera ha desatado la rabia de la Procuraduría General de la República y de los medios de comunicación: el resultado es el escarnio, la ridiculización de una situación por demás grave, sumada a la estrategia de la PGR y de la Secretaría de Gobernación para denostar a la actriz y productora Kate del Castillo en todas las formas posibles. Kate del Castillo, quien ha participado en más de 23 películas y en algunas telenovelas y series televisivas estadunidenses, se jugó la suerte mudándose a Los Ángeles hace 14 años en pos de fortalecer su carrera. Ha trabajado como productora de series y películas y lleva años incursionando en el mundo del cine desde diferentes ámbitos, de allí que no sea una casualidad que ella, como Oliver Stone, Sean Penn, Leonardo DiCaprio y otro puñado de gente de cine, hayan pensado en buscar que el líder del Cártel de Sinaloa contara su versión para unirla a las muchas otras voces de víctimas y autoridades mexicanas. Sabemos que Del Castillo escribió en 2012 un tuit con su reflexión personal de cómo ella ve y siente a su país. Criticó las formas en que se construyen la injusticia y la desigualdad, aseguró que cree más en El Chapo Guzmán que en los políticos, porque al menos él se muestra tal como es y los políticos, en cambio, viven de la impostura y el engaño. Kate invitó al capo a traficar con amor en lugar de con drogas y personas, le pidió que transporte medicamentos y las curas contra el cáncer y el VIH-sida, que los gobiernos nos ocultan o cuyo acceso se limita a las personas con recursos. Su opinión recibió lo mismo aplausos que críticas y burlas. Su lenguaje es directo, simple, transparente; muestra la ingenuidad real de Kate, esa que ha trabajado durante 10 años con organizaciones contra la trata de personas y como activista contra la violencia hacia las mujeres; que es activamente la Embajadora Corazón Azul de la ONU contra esos crímenes. Ha trabajado con PETA por los derechos de los animales y pasó un mes en Bolivia infiltrada con activistas en el ambiente de la explotación sexual de adolescentes para hacer una película sobre el tema. Kate del Castillo es claramente una gran actriz, pues convenció al mundo de ser una despiadada narcotraficante, tal como le sucedió a Michael C. Hall, el actor de Dexter –la serie de un asesino–, a quien la gente en el supermercado le huía confundiendo al actor con su personaje. La PGR juega con el imaginario colectivo eliminando las fronteras entre el personaje Teresa Mendoza y la ciudadana Kate del Castillo. Guzmán Loera es afecto a las redes sociales, leyó el tuit y quiso encontrarla. El Chapo, como han revelado la PGR y el ar­tículo de Sean Penn, buscó a Kate para pedirle que fuese ella quien contara su vida en una película. Sean mintió en su texto, pues el capo nunca le envió flores; los abogados le contaron a ella que él tuvo algún día la intención de hacerlo. Gracias a las conversaciones reveladas por la autoridad sabemos que el líder del Cártel de Sinaloa era uno entre millones de fans encantados con el personaje de Teresa Mendoza de la narconovela La Reina del Sur. Kate, ingenua o estúpidamente, creyó que el capo tendría un lado humano, leyó el tuit y reflexionó sobre lo que ella le pide: “Sea el héroe, use su poder para el bien”. Ella creyó que él en verdad querría contar su historia ya que estaba preso, aparentemente retirado de la operación cotidiana del cártel y no tendría mucho que perder. No sería el primer caso en que un mafioso encarcelado decide contar su historia. Sabemos que luego de que sus abogados contactaron a Kate del Castillo pidiendo sus datos en la ANDA, ella tardó semanas en responderles, pues estaba filmando Dueños del paraíso, otra narconovela... Fragmento del texto que se publica en la edición 2047 de la revista Proceso, actualmente en circulación.

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