La jerarquía católica da la espalda al Papa Francisco

sábado, 19 de marzo de 2016 · 20:26
Aliada con el poder desde hace décadas, la cúpula eclesiástica mexicana está por renovar su dirigencia. Pero los analistas no atisban cambio alguno, pues se prevé la reelección de los mismos jefes del CEM, más preocupados por lograr reformas que les permitan a los clérigos ocupar cargos de elección popular, manejar medios de comunicación o dar educación religiosa en escuelas públicas. A esa casta se refirió el Papa Francisco en su reciente visita a México, cuando la tildó de estar ligada a los “carros y caballos de los faraones actuales”. Sin embargo, el regaño de Bergoglio parece haber caído en oídos sordos, en los de los sacerdotes que eligieron la opción preferencial por los ricos. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En breve la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) renovará su dirigencia, en un proceso del cual no se espera ningún cambio sustantivo en la alianza entre la jerarquía católica y el gobierno mexicano; alianza severamente censurada por el Papa Francisco hace casi dos meses, cuando les dijo a los obispos mexicanos que viven como “príncipes”, ligados a los “carros y caballos de los faraones actuales” y sumergidos en luchas internas de poder. Tampoco se esperan cambios en la línea conservadora de la CEM, más preocupada por temas de moral sexual, o por conseguir prebendas y privilegios para beneficio propio, que por ajustarse realmente a los lineamientos de apoyo a los pobres, dictados por el pontífice jesuita. Además, la elección se dará en medio de una ostensible rebeldía contra el Papa protagonizada por el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, máximo representante de la llamada “opción preferencial por los ricos” y considerado el principal jerarca aliado a la clase político-empresarial del país. El investigador Rodolfo Soriano Núñez, uno de los más acuciosos analistas de episcopado mexicano, asegura: “No existe la mínima empatía entre la línea pastoral del Papa Francisco y lo que están haciendo los obispos mexicanos en sus diócesis. Y no creo que, a raíz de sus próximas elecciones, el episcopado se ponga en sintonía con Bergoglio. No. Seguirán por caminos distintos”. –¿A qué atribuye esta discordancia? –Básicamente a que los obispos mexicanos se convirtieron en socios del Estado. Ese es su problema principal. Están más preocupados en quedar bien con el gobierno federal, o con los gobernadores y alcaldes de sus respectivas entidades, que en implementar programas pastorales acordes con la línea de Bergoglio a favor de los marginados. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2055, ya en circulación

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