Sobre Detienen en España a empresario ligado al caso Moreira

lunes, 4 de abril de 2016 · 22:07
Señor director: Me dirijo a usted y a los demás miembros responsables de dicha empresa, de manera muy respetuosa y atenta, para hacer unas aclaraciones y exigir se hagan las mismas en sus publicaciones: Me refiero a la nota publicada por ustedes en fecha 18 de marzo de 2016, la cual se encuentra bajo el título: Detienen en España a empresario ligado al caso Moreira, escrita por el reportero Alejandro Gutiérrez y cuya liga o link en internet es: http://www.proceso.com.mx/433919/detienen-en-espana-a-empresario-ligado-al-caso-moreira En dicha nota se lee claramente en su párrafo 10: "...También se publicó que Muñoz era el principal enlace entre Los Zetas y Humberto Torres Charles, hermano del exprocurador coahuilense Jesús Torres Charles, prófugo por presuntamente proteger a ese grupo criminal a cambio de 300 mil pesos mensuales...". Al respecto me permito manifestar que: Lo que ustedes ahora publican es totalmente FALSO E INEXACTO respecto a mí persona, ya que desde finales del 2012 el asunto fue aclarado. No estoy prófugo ni se determinó relación alguna del suscrito con algún grupo delincuencial, además de que la persona que era señalada por los testigos era otra, distinta al suscrito y tiempo después, surgió a la luz pública que esas acusaciones eran falsas, lo cual ustedes mismos corroboraron y publicaron en la edición 1945 del semanario Proceso del 9 de febrero de 2014. En ese artículo titulado: "La PGR de Calderón: torturas y acusados por consigna", firmado por el reportero Arturo Rodríguez García y cuyo link o liga en internet es: http://www.proceso.com.mx/?p=364668 se narra todo lo relacionado a la elaboración de una averiguación manipulada, con acusaciones falsas, soportada como era costumbre en aquel entonces, con solo el dicho de "testigos protegidos", sin ninguna otra prueba o investigación , declaraciones que además, esos mismos "testigos protegidos" negaron con posterioridad, manifestando que fueron obligados a declarar bajo tortura y que dichas acusaciones fueron con tintes políticos, para perjudicar a diversas personas, entre ellas al suscrito. En mi caso, incluso esos "testigos protegidos" en la averiguación reconocieron a otra persona que no soy yo, sino a otro sujeto, que la PGR le atribuía mi nombre, quedando claro y sin lugar a dudas, que dichos testigos no me conocían y jamás habían tenido tratos conmigo. Por lo tanto, no es aceptable, que para darle relevancia a una nota actual, que puede ser o no de interés para la sociedad, porque detuvieron en España, a un individuo que dicen está ligado al caso del profesor Humberto Moreira, sea cierto o no, si son personajes públicos o no, o si es un asunto mercadeable y digno de publicidad o no, vuelvan a sacar datos que resultaron falsos, que se dieron en el 2012 y los publiquen creando confusión, como si fueran actuales y ciertos, causando así un grave daño moral a mi persona, pues se hace parecer en dicha nota al suscrito como si estuviera "prófugo" por presuntamente proteger a ese grupo criminal a cambio de 300 mil pesos, cuando desde finales del 2012 el asunto fue resuelto y declarado improcedente, por lo tanto ni estoy prófugo ni se determinó relación alguna del suscrito con algún grupo delincuencia!, más aún, en dicho asunto, en la actualidad, ninguno de los que acusó la entonces SIEDO, se encuentra con orden de aprehensión o detenido , pues todos absolutamente fueron liberados y exonerados. Ustedes mismos están enterados de eso y lo publicaron en su revista Proceso. Respecto de lo que sucede en España y que mencionan en su nota, desconozco todo lo que está pasando, no conozco al sujeto que mencionan y jamás he estado en España. La única culpabilidad que tenemos a quienes se nos involucró en aquel entonces, es haber trabajado para el gobierno que dirigió el profesor Humberto Moreira, en contra de a quién iba dirigido ese ataque con fines políticos, por quien se encontraba al frente del ejecutivo federal, el cual utilizó todo el poder del estado, bajo una gran campaña publicitaria de una supuesta guerra contra la delincuencia organizada, ocasionando años de violencia y mandando a la muerte a miles de mexicanos. Esa ola de violencia, sangre y confusión, fue aprovechada por la Federación para utilizarla incluso para sus venganzas políticas, pretendiendo involucrar a diversos personajes en actos ilícitos relacionados con delincuencia organizada, para así cubrirlos de legalidad, miles de personas resultaron afectados, causando un daño moral enorme e irreparable, sujetos al escrutinio, desprestigio, desprecio y odio de la sociedad, perdiendo empleos, bienes y amistades, al hacer enorme publicidad en los medios de comunicación, lo que en mi caso, cobró más relevancia, por ser el hermano del exprocurador, lo cual volvió el asunto altamente mercadeable, lo que inclusive puso en riesgo la vida del suscrito y mi familia, pues cualquier grupo delincuencia! contrario al que ustedes refieren, pudo tomar como ciertos esos hechos, con las consecuencias que esto ocasiona para las personas que pertenecen a grupos rivales, en la lucha de poderes. Situación que se vuelve a repetir en la actualidad, con publicaciones como la que el día de hoy reclamo de su revista y que ocasiona que otros medios locales de igual forma divulguen la nota publicada por ustedes, respaldados por la cobertura que tienen al ser un medio de comunicación, resultando uno culpable ante la opinión pública, desprestigiado y despreciado, sin importar si la autoridad encargada de juzgar ya resolvió. Yo los invito a que cualquiera de ustedes se ponga a pensar el daño atroz y desprestigio al que se somete a las personas con situaciones como esta. Los artículos 60. y 7o. de la Constitución Federal establecen el marco jurídico que a la vez que consagra el derecho a la libre manifestación de las ideas y la libertad de expresión, o derecho a la información, les impone límites consistentes en que la manifestación de las ideas no debe ejercerse en forma que ataque la moral, la vida privada, los derechos de tercero , provoque algún delito o perturbe el orden público; considerando como ataques a la vida privada, toda manifestación o expresión hecha que de cualquier manera circule en la opinión pública donde se expone a una persona al odio, desprecio o ridículo y que pueda causarle demérito en su reputación e intereses. El decoro está integrado por el honor, el respeto, la circunspección, la honestidad, el recato, la honra y la estimación. Se basa en el principio de que a toda persona, por el hecho de serlo, se le debe considerar honorable, merecedora de respeto. La conculcación de este bien se configura en sentido negativo, cuando el sujeto activo, sin fundamento, daña a una persona en su honor o en la estimación que los demás tienen de ella en el medio social en que se desenvuelve y que es donde directamente repercute en su agravio. El honor es un bien objetivo que hace que la persona sea merecedora de confianza. Si una persona sufre una afectación en la consideración que de ella tienen los demás, se debe entender como una lesión a la estima que los demás le profesan, o sea, al trato con urbanidad y respeto que merece. El límite entre la libertad de expresión, sólo puede establecerse mediante la ponderación de los derechos en presencia, para determinar si la restricción que se impone al derecho de información y expresión está o no justificada por la limitación que sufriría el otro derecho a la intimidad. Por último hago de su conocimiento que a la fecha tengo entabladas diversas demandas y emprendí diversas acciones por el daño moral que se me causó y sigue causando, por responsabilidad patrimonial del estado, en contra de la PGR y la antes SIEDO, así como denuncias en contra de diversos exfuncionarios de la antes SIEDO, precisamente por esas acusaciones falsas. Por lo anteriormente expuesto y toda vez que su publicación me está causando graves daños, solicito que: Se hagan las aclaraciones pertinentes, bastas y suficientes, respecto de la nota en donde se me menciona como si estuviera prófugo por presuntamente recibir dinero de un grupo delincuencia! y se haga la difusión masiva de que en mi caso no es exacto porque las acusaciones fueron falsas tal y como ya lo habían dado a conocer ustedes mismos. Atentamente Humberto Torres Charles Respuesta del reportero Señor director: En respuesta al derecho de réplica que dirige el señor Humberto Torres Charles, quisiera señalar que en notas con mi firma difundidas en la agencia Apro el 18, 19 y 21 de marzo pasado (http://www.proceso.com.mx/433919/detienen-en-espana-a-empresario-ligado-al-caso-moreira; http://www.proceso.com.mx/434069/dan-prision-provisional-a-empresario-ligado-al-caso-moreira; http://www.proceso.com.mx/434189/ratifican-auto-prision-provisional-a-empresario-vinculado-al-caso-moreira) referí información que publicamos en la edición 1890 del semanario, del 20 de enero de 2013, en las que se le relaciona con el señor Juan Manuel Muñoz Luévano, detenido hace unos días en España por presuntos delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. Deseo aclarar que por un error atribuible a mí, no cité información que publicamos con posterioridad, en la edición 1945 de Proceso, del 9 de febrero de 2014, en la que mi compañero Arturo Rodríguez refiere que las acusaciones de la Procuraduría General de la República contra el señor Torres Charles, fincadas con la ayuda de sus testigos protegidos, no se sostuvieron, por lo que las actuaciones judiciales correspondientes fueron desestimadas. Sólo quiero precisarle al señor Torres Charles que el trabajo que desarrollo y el propio de la revista no se basan en los criterios de “asunto mercadeable” o “digno de publicidad”, como él refiere, sino por un afán exclusivamente periodístico. Lamento la situación y, por ello, dirijo una disculpa al señor Humberto Torres Charles y a los lectores. Alejandro Gutiérrez Corresponsal en España Nota del Editor Se han hecho las correcciones solicitadas en las notas señaladas de los días 18, 19 y 21 de marzo de 2016.

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