'Trainspotting”: A 20 años de su nacimiento  

jueves, 14 de abril de 2016 · 20:22
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace una semana, Ewan McGregor declaró públicamente que había recibido el guión con la secuela de Trainspotting, con lo cual da esperanza a lo que hace varios meses eran rumores. Y hace un par de días, el escritor Irvine Welsh publicó una novela más, relacionada con los amigos-junkies escoceses. La obra se llama The blade artist y ahora no habla sobre Mark Renton, sino sobre el violento Francis Begbie. Todo esto durante el 20 aniversario de la cinta. Trainspotting, de Danny Boyle, basada en la novela homónima de Welsh, está en cartelera mexicana con los junkies conocidos y amados por un público considerable, que de alguna manera provocó que los distribuidores pensaran que era una buena idea ponerla en cartelera. Mark (Ewan McGregor), Sick Boy (Johnny Lee Miller), Tommy (Kevin McKidd), Begbie (Robert Carlyle) y Spud (Ewen Bremner) han regresado para enfrentarnos con su triste realidad, un mundo que parece no tener sentido y que se hace más llevadero gracias al deprimente universo de las drogas --principalmente heroína-- en el que está inmersos. Mark, quien cuenta la historia, es uno de los personajes más lúcidos, el que más probabilidades tiene de salir adelante. Sin embargo, cada esfuerzo por dejar la heroína resulta inútil debido a una sencilla razón: el pasado lo hace retroceder, es como un hoyo negro que lo succiona. Por supuesto, ahí se encuentran sus amigos, un grupo de desempleados que vive del gobierno y sólo para la droga. Trainspotting es el avistamiento de un mundo mejor mientras se está atrapado en el fango. No se dice en la película, pero una actividad del grupo es ir a las vías del tren para ver cómo pasa por su ciudad… ¿Simboliza la esperanza que se acerca a nosotros? ¿El deseo de escapar? ¿O las oportunidades de cambio que pasan frente a uno sin ni siquiera detenerse? Mark y sus amigos no tienen nada… A veces ni siquiera la esperanza de que pueden encontrar algo mejor, así que se dedican a sobrellevar sus días de la mejor manera que pueden, ante una realidad abrumadora. Y la única manera es tomar las riendas de su destino y cortar de tajo con su mundo. Sin embargo, el pasado, tarde o temprano, nos alcanza. Esa es la tragedia de estos personajes de los 90, cuyo sentimiento de desesperanza es similar al de muchos jóvenes del mundo occidental. El meollo del asunto radica en cómo darle la vuelta a ese fantasma que se niega a desaparecer. Muchos alrededor del mundo, sin importar la edad, fracasan en este intento, pero algunos cuantos logran salirse con la suya.

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