CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un bombardeo lanzado por el régimen sirio la noche del miércoles pasado sobre un hospital del barrio de Al Sukari, al este de Alepo, apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), dejó un saldo de 27 personas muertas, entre ellas tres médicos y 14 pacientes. De los pacientes fallecidos tres eran menores de edad y uno de los tres médicos caídos era pediatra. También fallecieron dos guardias del hospital que quedó completamente destruido con el ataque reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que tiene su sede en Londres pero cuenta con una amplia red de activistas en Siria. Según el organismo, hay un número indeterminado de desaparecidos bajo los escombros del edificio ubicado en el barrio de Al Sukari. La defensa civil siria, conocida como los “Cascos Blancos”, confirmó la muerte de 27 personas, entre ellas la del doctor Wassem Maaz, el último pediatra que quedaba en el sector de la ciudad en manos de los rebeldes. Sin embargo otras fuentes afirman que hay hasta 53 muertos. La sala de pediatría del hospital Al Quds recibió el impacto directo del ataque atribuido a las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad. Pr su parte, en su cuenta de Twitter, MSF denunció la destrucción del hospital en el que trabajaban ocho médicos y 28 enfermeras, privando así a los habitantes de la ciudad de ayuda médica. El ataque ocurrió a pesar de que el pasado 27 de febrero entró en vigor un alto al fuego en Siria. Sin embargo, en las últimas semanas las fuerzas Al Assad han incrementado su presión sobre Alepo. Sólo en los últimos seis días, según cifras del OSDH, al menos 139 civiles han fallecido en Alepo, entre ellos 23 menores de edad y 15 mujeres, ante el aumento de las hostilidades entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes. Sólo el martes 35 personas, entre ellas ocho niños, murieron en Alepo durante combates mientras el régimen y la oposición siria en el exilio se acusan mutuamente de no cumplir con los términos del acuerdo de cese de hostilidades.