Gran Bretaña: Laborismo y desafío electoral

viernes, 29 de abril de 2016 · 20:53
LONDRES (apro).- El Partido Laborista de Jeremy Corbyn, que se opone a los planes de austeridad del gobierno conservador y apoya la permanencia de Gran Bretaña dentro de la Unión Europea (UE), se encamina a sufrir en mayo próximo la peor derrota electoral en la oposición en 34 años. La agrupación opositora perdería en las elecciones municipales del 5 de mayo al menos 170 concejales y el control en un gran número de alcaldías en Inglaterra, de acuerdo con un análisis elaborado por el profesor y politólogo inglés John Curtice, uno de los principales investigadores sobre el tema en el país. Los comicios del mes próximo serán el primer gran examen en las urnas para Corbyn, quien asumió la jefatura de su partido en septiembre pasado tras una aplastante victoria interna impulsada por jóvenes laboristas. Además de convocarse a elecciones para el Parlamento escocés y la Asamblea de Gales --donde se espera que el Laborismo registre amplias derrotas--, también se votará para la renovación de 125 alcaldías en Inglaterra, 40 comisionados de la Policía en Inglaterra y Gales, y cuatro nuevos alcaldes, incluido el de Londres. La oposición considera como “clave” los comicios del 5 de mayo, ya que una victoria en Inglaterra será esencial para que el Laborismo logre derrotar a los conservadores en los comicios generales previstos para 2020. El sondeo del profesor Curtice, analista que enseña ciencias políticas en la Universidad de Strathclyde (Escocia) y que además es presidente del Consejo de Votación británico, reveló que el partido de Corbyn se encamina a una derrota histórica en las elecciones municipales, como también importantes retrocesos en Gales y Escocia. De acuerdo con ese análisis, que fue encargado por el matutino Daily Telegraph, el Laborismo perderá al menos 170 bancas de concejales en Inglaterra, en tanto que los liberales democráticos y el euroescéptico Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) no registrarán cambios sustanciales desde las pasadas elecciones municipales. Incluso si el Partido Laborista obtiene los mismos votos que los conservadores a nivel nacional, terminará perdiendo 120 escaños de concejales, mientras que si queda a cuatro puntos de los “tories”, podría perder hasta 220 bancas. En caso de que la agrupación de Corbyn pierda 170 escaños, ese será el peor resultado laborista en oposición desde 1982, cuando el partido perdió 225 bancas bajo el gobierno de Margaret Thatcher. Según el sondeo de Curtice, el Laborismo se encamina a perder además el control de alcaldías clave como las de Cannock Chase, Crawley, Redditch, Rossendale y Southampton, históricamente en manos laboristas. Los escaños de concejales habían sido renovados por última vez en 2012, cuando el Laborismo registraba un amplio apoyo tras una fuerte oposición a las políticas económicas neoliberales del ministro de Hacienda George Osborne. “Teniendo en cuenta que los laboristas siguen detrás de los conservadores en los sondeos, y cuando faltan pocas semanas para los comicios, todo indica que será casi inevitable que el Laborismo pierda escaños de concejales el 5 de mayo”, declaró Curtice. “Un resultado semejante confirmará que Corbyn aún no encontró la fórmula necesaria para que el Laborismo pueda regresar al poder (desde 2007)”, agregó. Los principales partidos en la oposición han ganado en promedio 434 bancas de concejales en elecciones municipales desde 1974, cuando se introdujeron las actuales jurisdicciones electorales. Además, los nuevos jefes de partido suelen obtener avances en sus primeros comicios municipales. Así sucedió cuando Michael Foot logro 989 bancas de concejales para el Laborismo en 1981, tras su primer año al frente del partido. En Gales, un bastión histórico del Laborismo por su lucha contra el cierre de minas y mejoras en los derechos de los trabajadores, la agrupación registra los niveles de apoyo más bajos desde 2010. Un sondeo de la consultora YouGov para el canal ITV concluyó en abril que los laboristas obtendrían 33% de los votos, una caída de dos puntos en sólo dos semanas, delante del nacionalista Plaid Cymru (21%), de los conservadores (19%), del UKIP (15%), y de los liberales democráticos (8%). De acuerdo con el profesor Roger Scully, politólogo de la Universidad de Cardiff, el Laborismo se quedaría con 28 escaños en la Asamblea de Gales, delante del nacionalista Plaid Cymru, con 13 bancas, de los conservadores, con 10, del UKIP, con siete y de los liberales democráticos, que obtendrían sólo dos. “Aunque los laboristas están a la cabeza, deben estar muy preocupados debido a que el apoyo popular se les está escapando de las manos”, destacó Scully. El periódico inglés Daily Express tituló el pasado 25 de abril: “Los laboristas rebeldes afilan sus cuchillos ya que Corbyn se prepara para una ‘masacre’ en las elecciones locales”, indicando que la derrota del Laborismo podría ser la peor en muchas décadas. Los moderados laboristas demandan por su parte una rápida mejora para su partido y tienen previsto cuestionar la labor de Corbyn en caso de una derrota en las urnas, incluso si el laborista Sadiq Khan se convierte en el próximo alcalde de Londres, como señalan todas las encuestas. Al respecto, el laborista Kevan Jones, exministro de Defensa en la sombra, sostuvo que si el Laborismo pierde 170 bancas en las alcaldías inglesas, “muchos cuestionarán el liderazgo de Corbyn y su fórmula de conducción”. “Esta sería una noticia muy mala para el Partido Laborista y una tragedia para cientos de concejales laboristas que han trabajado muy duro. Una derrota semejante tendrá que ser asumida como responsabilidad por parte del liderazgo nacional”, agregó. Un exministro laborista que prefirió mantener su anonimato, dijo al Telegraph que la votación del 5 de mayo “será el gran examen para el ‘experimento Corbyn’”.   “Esta es la oportunidad para que Jeremy demuestre sus tácticas y estrategia. Si hay pérdida de escaños, muchos cuestionarán su liderazgo”, concluyó. Corbyn, de 66 años y que es parlamentario laborista desde 1983 por la circunscripción electoral de Islington (norte de Londres), ha tenido que hacer frente desde septiembre pasado a muchas críticas de la prensa conservadora y de ciertos sectores “blairistas” del Laborismo, quienes lo acusan de ser “demasiado izquierdista” y de haber dividido a su partido. Su estilo sobrio en las sesiones semanales de preguntas y respuestas al primer ministro en el Parlamento y su abierto rechazo a la monarquía le ganaron burlas de parte de la bancada oficialista. Lo cierto es que Corbyn buscará mejorar las perspectivas electorales de su partido, con una plataforma que aboga por el fin de las políticas de ajuste y austeridad del gobierno conservador, además de priorizar la protección de los derechos de los trabajadores. El veterano político socialista, que está casado en terceras nupcias con la abogada mexicana Laura Alvarez, se opone a los aranceles universitarios y a la privatización de la salud y la educación, busca renacionalizar los ferrocarriles británicos, abolir el programa nuclear Trident, y sacar a Gran Bretaña de la OTAN. Según Corbyn "la austeridad no es por necesidad económica, sino una decisión política”. El jefe laborista también se metió de lleno en el debate por el futuro del Reino Unido en la UE, afirmando que su objetivo será transformar a Europa en un bloque “más socialista y progresista”. Corbyn considera que una Gran Bretaña dentro de la UE “será mejor para los derechos de los trabajadores y aquellas familias más vulnerables”. Y por ello aboga por una “Europa realmente social”, con más transparencia y controles, un fortalecimiento de los derechos de los trabajadores y más poderes para que los gobiernos “apoyen emprendimiento públicos y detengan las presiones para privatizar los servicios públicos”. “Hay una justificación socialista muy fuerte para permanecer en la Unión Europea, del mismo modo que hay una poderosa justificación socialista para reformar y cambiar de forma progresista a Europa”, subrayó el jefe del Laborismo. De acuerdo con Corbyn, existe “la tentación de culpar a la UE, o peor aún, a los extranjeros” de los problemas que tiene el Reino Unido. “Es el gobierno el que falla a la gente. No es Europa el problema, sino un gobierno conservador aquí en Gran Bretaña que no reconoce la importancia estratégica de sectores como el de producción del acero para nuestra economía, para la creación de fuentes de trabajo e inversiones”, sostuvo. El próximo 5 de mayo, los electores británicos decidirán en las urnas si Corbyn es el líder que el Laborismo precisa para que el partido regrese al poder en los próximos cuatro años o si, por el contrario, la agrupación opositora está necesitada de un nuevo jefe político para renovar el bloque.

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