Tras elecciones, "en algunos hay euforia; en otros, tristeza": Peña Nieto

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La percepción del presidente Enrique Peña Nieto sobre la situación que vive el país es que México goza con estabilidad de todo tipo, desde lo social y lo político hasta lo económico. Sin embargo, después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fracasó en su intento de gobernar siete entidades federativas tras las elecciones del 5 de junio, Peña Nieto hizo un llamado para dejar atrás la polarización, el encono y el enfrentamiento. Al clausurar la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer, celebrada en la Expo Bancomer, localizada en Santa Fe, el mandatario también afirmó que en el país “el voto se cuenta y se cuenta bien”. Luego advirtió ante empresarios y funcionarios de alto nivel que, “concluida la elección, es tiempo de dejar atrás la polarización, el encono y el enfrentamiento. Es tiempo del trabajo en unidad y en equipo, en favor de nuestro país”. Sin una alusión directa al descalabro electoral de su partido, el mandatario señaló: “Quienes compiten en democracia, saben que pueden ganar o perder. Mientras en algunos, hoy, hay euforia, en otros hay tristeza y reflexión, pero al final de cuentas lo importante es que ganan los mexicanos, es que gana México”. Flanqueado por Luis Robles Miaja, presidente del consejo de administración de BBVA; Francisco González, presidente de Grupo BBVA; Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, así como por Luis Videgaray, secretario de Hacienda, Peña Nieto no paró ahí y presumió que México cuenta con estabilidad social. “En México, por otro lado, también gozamos de estabilidad social gracias al esfuerzo de varias generaciones de mexicanos por construir un entorno pleno de libertades y derechos”, admitió. De hecho, para el presidente las elecciones de ayer domingo se desarrollaron en un ambiente de orden, tranquilidad y paz, pese a que la Fepade recibió más de mil 300 denuncias de ciudadanos, además del reporte de robo de casillas, venta de votos, detenciones arbitrarias, intimidaciones y agresiones de diferentes actores políticos. El país, según Peña, es un ejemplo de estabilidad macroeconómica, de pujante creación de empleo, con 13 reformas transformadoras que “derriban barreras y abren nuevas oportunidades para las familias”, con un consumo interno que se refleja como “motor de la economía”, además de “la confianza en México y su proceso de transformación”, traducido en inversiones. Sobre la Inversión Extranjera Directa (IED), el exgobernador del Estado de México presumió que en tres años el país ha recibido cerca de 110 mil millones de dólares. “Para dimensionarlo, esto es 60% más que la registrada en el mismo periodo de la administración anterior”, se jactó. Lo que no dijo es que nuestro territorio ha perdido escalones en materia de competitividad y atracción de IED por la elevada corrupción que permea en las altas esferas del poder, la inseguridad, así como por la impunidad, según el reproche de la iniciativa privada. Por si fuera poco, Peña Nieto festinó el crecimiento de la economía cercano a 2.5%, expansión que representa la mitad de lo que el mismo gobierno federal tenía contemplado crecer con la aprobación de las reformas estructurales para este año, es decir, un Producto Interno Bruto (PIB) ubicado en niveles superiores a 5%. De esta forma pintó al país frente a los altos mandos del banco español BBVA Bancomer, un México donde los conflictos sociales, la nula confianza en la clase política y la desigualdad parecieran no existir.

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