CIUDAD DE MÉXICO (apro).— Debido a que la homosexualidad “es una desviación”, la Iglesia católica “considera pecado grave la relación sexual homosexual”, por lo que exhorta a todos los homosexuales a vivir “en continencia y castidad”, señaló la arquidiócesis primada de México. En el reciente editorial de su semanario Desde la fe, publicado este domingo 31 de julio, la arquidiócesis vuelve a rechazar la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto con la que intenta legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo y su derecho a adoptar hijos. Titulado “¿Por qué la Iglesia se opone a la iniciativa del Presidente que promueve el ‘matrimonio igualitario’?”, el editorial señala que este rechazo se sustenta en el Catecismo de la Iglesia católica, el cual textualmente señala que las relaciones homosexuales “no pueden recibir aprobación”. El editorial indica que también el apóstol San Pablo –uno de los fundadores de la Iglesia-- rechazó tajantemente las prácticas homosexuales porque van “contra la naturaleza” y son una “infamia de hombre con hombre”. San Pablo además condenó “al infierno” a todos los que practican estos actos contra natura, al señalar que “ni los afeminados, ni los homosexuales… heredarán el Reino de Dios”, advierte Desde la fe. El semanario de la arquidiócesis agrega: “Los angloparlantes llaman a los heterosexuales ´straight´, es decir ´rectos´, término aceptado por los propios homosexuales, que implica que la homosexualidad es una desviación. “Todo ser humano tiene desviaciones, por ejemplo hacia la ira, el rencor, la avaricia, la gula, la lujuria, etc. y lo que necesita es que se le ayude a corregirla, no que se le propicie caer en ella”. Por lo anterior, Desde la fe recalca que “la Iglesia considera pecado grave la relación homosexual”. Señala que “muchos creyentes homosexuales que se casan terminan por alejarse de Dios. Como Adán y Eva, sabiéndose en pecado, se esconden de su Señor, ponen en riesgo su salvación”. Indica que el mismo Papa Francisco, cuando declaró que él no era nadie para “criticar” a los homosexuales, no estaba aprobando sus relaciones sexuales, sino más bien invitándolos a “acercarse a Dios, y a experimentar la dicha y la paz de amoldar su vida a la voluntad divina”. De ahí que Desde la fe les pida a los homosexuales “que vivan en continencia, en castidad”, para poder ganar la Gracia de Dios. “A quien tiene una desviación sexual –dice el semanario--, la Iglesia quiere ayudarle a controlarla, no a entregarse a ella”. La Iglesia –agrega—acoge a los homosexuales “con respeto, compasión y delicadeza”. Y el solo hecho de que Peña Nieto quiera legalizar estas uniones, no significa que dejen de ser pecaminosas. Señala: “Que el Estado vuelva algo legal no lo hace moral”. El pasado 17 de mayo, el presidente Peña Nieto presentó su iniciativa para modificar la Constitución y el Código Civil Federal, a fin de legalizar los matrimonios homosexuales. Desde entonces, la arquidiócesis de México –encabezada por el cardenal Norberto Rivera-- ha venido rechazando esta iniciativa a través de su publicación. El director de Desde la fe, el sacerdote Hugo Valdemar, en una entrevista con el semanario Proceso, confirmó que estas editoriales reflejan la molestia no solo de la Arquidiócesis de México, sino también de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Y aseguró que desde la época de Plutarco Elías Calles –quien promulgó leyes anticlericales— nunca antes se había dado un encontronazo tan fuerte entre la Iglesia y el Estado. En la entrevista –publicada en la actual edición de Proceso, número 2074--, Hugo Valdemar asegura que Peña Nieto “traicionó” a la Iglesia, le dio “una terrible puñalada por la espalda”, pues el mandatario le había prometido a la jerarquía católica del país que seguiría la agenda del Papa Francisco en estos temas.