Filosas, guerreras, polémicas: las arqueras mexicanas

sábado, 6 de agosto de 2016 · 20:43
El tiro con arco –particularmente el femenil– es una de las mayores esperanzas olímpicas para México. Todas las seleccionadas han tenido resultados extraordinarios, y son de las pocas atletas nacionales con opciones reales en pos del oro. Su camino, sin embargo, ha sido duro. La mayor referente del equipo, Aída Román, desató la polémica al acusar al director de la Conade, Alfredo Castillo, de tratar a los deportistas como delincuentes, y la más joven, Ana Bayardo, coqueteó con el alcohol. Eso sí, todas se han sobrepuesto al apoyo escaso y a las grillas entre funcionarios. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Ana Gabriela Bayardo, integrante de la selección femenil de tiro con arco, es sincera: “Soy muy amiguera desde siempre. No te voy a decir que soy alcohólica, porque no lo soy, pero sí me gusta tomar porque tengo edad para hacerlo. Depende de la situación”. Bayardo, una de las tres arqueras que representarán a México en los Juegos Olímpicos de Río 2016, explica que no bebe mientras estudia o entrena, sino sólo en su tiempo libre. De adolescente se iba de juerga por rebeldía: salía de casa sin pedir permiso o avisar a sus padres, por más que le advirtieran de los riesgos de la ciudad donde vivían: Tijuana, Baja California. “Todos sabíamos que estábamos pasando por una mala situación”, expresa Bayardo. Ana Gabriela tiene 22 años. Nació en Tijuana el 18 de febrero de 1994, y se recuerda como una niña “muy llorona”. Sus padres se separaron en 2009 y, un año después, comenzó a viajar a las concentraciones en la Ciudad de México. Al estar lejos de su casa, apunta, no resintió en gran medida el divorcio de sus progenitores, como sí le pasó a sus hermanos. Pero se volvió rebelde. “Siempre he sido una persona muy alegre, que le gusta mucho estar activa. Todas esas cosas se salían de los límites. De hecho, muchas cosas pasaron porque mi papá no puso límites”. El tiempo cura las heridas, resume. “Con el transcurrir de los días todos maduramos. De hecho, mis padres viajarán juntos a Río de Janeiro, pero la verdad no quiero que se reconcilien. Así estamos bien”, y ríe. Fragmento de la entrevista que se publica en la edición 2075 de la revista Proceso, ya en circulación.

Comentarios