CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) aseguró un predio en la cabecera municipal de Huehuetoca, donde se ubica una lumbrera en cuyo interior se hallaron restos óseos. El hallazgo lo hizo personal municipal que realizaba maniobras de limpieza en el lugar informó la dependencia mexiquense, por lo que ordenó las diligencias correspondientes para recuperar los restos que fueron encontrados a 30 metros de profundidad. En un comunicado la PGJEM precisó que ya han sacado 12 bolsas de plástico con restos óseos y prendas de vestir, así como diversos residuos sólidos. La dependencia estimó que los restos hallados pudieron haber sido arrojados a la lumbrera hace seis meses por lo menos pues se encuentran en alto grado de descomposición. Por ello indicó que, en la medida de lo posible, se recabarán los perfiles genéticos, y de acuerdo con las circunstancias de degradación de las muestras biológicas y las particularidades de cada uno de los restos, serán confrontados con información de la plataforma de la Unidad de Gestión de Personas Desaparecidas o No localizadas del Instituto de Servicios Periciales de la Procuraduría estatal. Fue el pasado martes 9 cuando trabajadores del ayuntamiento de Huehuetoca, hallaron restos humanos dentro de un pozo de extracción de agua ubicado en la antigua estación de trenes de la localidad, donde realizaban labores de limpieza. Tras el hallazgo la zona fue rodeada con una cinta plástica amarilla, pero quedó sin resguardo, por lo que, después que se recuperaron los primeros restos, trabajadores del ayuntamiento volvieron a la zona y continuaron las excavaciones de “mantenimiento” en el pozo. Al hacerlo destruyeron evidencia que aún se preservaba ahí, denunciaron familiares de personas desaparecidas en el Estado de México, quienes se percataron de los hechos. “Los trabajadores (del ayuntamiento de Huehuetoca) sacaron del fondo del pozo una montaña de tierra, que cubrieron con cal, por el olor que desprendía”, denunció Nancy Rosete, madre de Elvis Axel Torres Rosete, un joven de 17 años desaparecido en 2010 en el Estado de México. Comentó que preguntaron a los trabajadores qué iba a pasar con todo lo que habían sacado del pozo, y les respondieron que nada, que era “basura”. “Nos alarmó mucho porque, si en ese pozo habían localizado restos humanos, todo lo que había en la zona debía preservarse sin alteración, para continuar la búsqueda con arqueólogos y antropólogos forenses”, reprochó la mujer.