'Epitafio”: Los demonios de los conquistadores

domingo, 28 de agosto de 2016 · 10:36
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desde pequeño me han llamado la atención las historias de la Conquista… El choque de dos mundos, la violencia, la tragedia de un imperio que se tambalea y mientras otro se erige en el nombre de la corona española y de Dios. Dos visiones encontradas, cada uno con dioses distintos que de alguna u otra forma necesitan de sangre humana para poder existir. Siempre he creído que la Conquista sería una película espectacular, conmovedora y atroz. Bueno, pues, la cinta Epitafio de Rubén Imaz está lejos de eso. Y no es porque no haya escenas de acción tipo Hollywood, sino porque es una historia realmente aburrida que parte del lugar común en donde los conquistadores que hablan en nombre de Dios son los malos, y los indígenas, en contacto con la naturaleza, son los buenos y los más sabios. La historia gira en torno a tres miembros del ejército de Cortés: el conquistador Diego de Ordaz (Xabier Coronado), quien junto a Gonzalo (Martín Román) y Pedrito (Carlos Triviño) son enviados a explorar el Popocatépetl, con la intención de encontrar algo de vital importancia para Cortés. En un principio, los encamina un grupo de indígenas que les advierte que no vayan por esa ruta porque hay demonios que seguro los llevarán a la muerte. Pero como no es Star Trek, o sea, no hay un traductor universal, pues ni uno ni otro se entienden. Entonces los españoles, siguiendo la órdenes de Cortés y el mandato divino —porque si Dios está con ellos, pues quién contra ellos—, siguen su encomienda. Así que ahí se van... por supuesto, en el camino se confrontarán con ellos mismos y con la naturaleza (o quizá, los demonios del volcán) que los pondrá en su lugar. En plena jornada, los caminantes nos cuentan las atrocidades que hicieron con los indígenas que se les han enfrentado, y cómo salieron triunfantes con la ayuda de Dios. Pláticas aburridas que no generan emoción alguna porque son un lugar común; están hechas para que veamos lo salvajes que eran los españoles. Y de pronto, también se avientan discursos religiosos para que veamos de qué se trata el catolicismo (por cierto, discurso sumamente pobre y superficial). Y bueno, por supuesto, nos preguntaremos: ¿dónde está su Dios? , cuando las condiciones del lugar amenacen su vida. Los personajes terminan siendo unos malos de caricatura que merecen ser castigados por la naturaleza, al parecer más fuerte que su Dios. Su fervor religioso parece haberles quitado el sentido común, a lo que uno se pregunta: si tan imbéciles y malos eran, ¿cómo pudieron haber ganado? Y si los indígenas tan sabios, ¿cómo perdieron la batalla? Al final, todo es un sin sentido… Ni se entiende la importancia de la misión, ni se entiende la razón de ser de los personajes, que parecen unos loquitos hablando de matanzas y predicando a quién sabe quién (quizá a la naturaleza misma) la fe católica, con un discurso tan pobre que dan lástima. Y no sólo eso; al final, parece que efectivamente ni la misma naturaleza los podía parar, es decir: entonces Dios sí los escucha, ¿o qué es lo que nos quiso decir el cineasta? No hay reflexiones profundas, ni batallas internas que alcancen a tocarnos. Epitafio es una cinta que tenía los elementos para ser algo interesante y quedó como una historia aburrida y sin sentido, en medio de hermosos parajes nevados.

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