IRAPUATO, Gto. (apro).-  Exactamente cinco años después de que salieron de sus comunidades, Venado de Yostiro y Valenciana de Yostiro en este municipio, cuatro migrantes irapuatenses retornaron este viernes, esta vez en un solo ataúd procedente de la Ciudad de México. Los cuatro, Luis Alberto Vargas, Armando Vargas, Gerardo Martínez y Juan Nájera Morales, tenían como propósito cruzar a los Estados Unidos para trabajar en San Luis Missouri. Pero en San Fernando, Tamaulipas, encontraron la muerte a manos de Los Zetas, en la mayor masacre de migrantes mexicanos y centroamericanos ocurrida en territorio mexicano. El ataúd recibido este viernes con  mariachis en las dos localidades que no pasan de los 300 habitantes cada una, contiene los restos identificados por los peritos argentinos que colaboraron en el trabajo forense de la PGR, tras los hallazgos en la bodega el ejido El Huizachal (en agosto de 2010) y posteriormente, en 2011, en varias fosas clandestinas del mismo municipio. Luis Alberto, Armando y Gerardo salieron el 27 de marzo de 2011 hacia el Norte, a sus 20 años. Juan Nájera rebasaba los 40. El autobús en que viajaban fue secuestrado por Los Zetas, que bajaron a algunos de los ocupantes y los asesinaron. Un familiar de los Vargas se quejó de la indolencia de las autoridades estatales y federales, pues fueron los peritos argentinos quienes le ofrecieron un plazo de un año para determinar si los restos correspondían a los cuatro migrantes y  hace dos semanas cumplieron con la identificación. “No hicieron el trabajo que debían hacer”, dijo con respecto a la Procuraduría de Justicia de Guanajuato y su homóloga de Tamaulipas. También se quejó de que el gobierno del estado ya tiene olvidadas a las familias de los cuatro irapuatenses asesinados en la masacre ordenada por jefes del crimen organizado, pues se les estuvo enviando algo de ayuda –como despensas– pero desde hace por lo menos seis meses, no reciben nada.