Juan Gabriel: La génesis de sus canciones

martes, 6 de septiembre de 2016 · 10:39
El mayor ídolo de la canción popular mexicana, Juan Gabriel, a quien su colega Armando Manzanero situó en la cima junto a Agustín Lara y José Alfredo Jiménez, murió de un infarto el 28 de agosto en Santa Mónica, California, Estados Unidos, a los 66 años. En 1994, tras ocho de no grabar, recibió al reportero de Proceso. Fue la oportunidad para que comentara el origen de sus canciones, a lo que siempre se negaba; con reticencia, accedió: “Son válvulas de escape y encierran parte de mi personalidad, así como la personalidad de alguien a quien vaya dirigida”. LOS CABOS, BCS.(Proceso).– A las 10 de la mañana del 23 de junio de 1994 era la cita con Juan Gabriel en la suite presidencial del Western Regina, un nuevo y flamante hotelazo cuya propiedad, según rumores, pertenecía al expresidente Carlos Salinas de Gortari, frente al Mar de Cortés. A las 9 y media salí a la playa para revisar los apuntes que preparé la noche anterior con versos de las letras de la oncena de canciones de su reciente álbum Gracias por esperar (BMG/Ariola), tras ocho años de no grabar. Como presagio celeste a mi entrevista con El divo de Juárez interpreté aquel anillo colorido, circundando el sol sudcaliforniano de verano, y una vez que su ayudante caradura me abrió la puerta de la alta habitación en el edificio lujoso diseñado por el arquitecto Javier Sordo Madaleno, coloqué mi grabadorcita de microcasét sobre una mesa de la amplia estancia. En no más de dos minutos, Juanga apareció sonriente, fresco y repuesto, vestido con túnica hindú de seda, entonando una paráfrasis de “La noche de mi mal”, de José Alfredo Jiménez: “Proceso (en lugar de ‘por eso’) fue que me viste/ tan tranquilo/ caminar serenamente/ bajo un cielo más que azul…” Buen comienzo, pensé. El ídolo irradiaba algarabía: –Siéntese y dígame, ¿de qué me quiere usted preguntar? Yo le contesto. Bueno, respondí naïve, yo deseaba saber cómo había escrito cada pieza de Gracias por esperar, y si podría desglosarlas a la manera de John Lennon en la plática para Playboy de diciembre de 1980, “poco antes de que lo asesinaran en Nueva York, ¿recuerda?, aquí traigo mis apuntes…” –Ay, mire usted, Roberto –con voz fastidiada me paró en seco–… Yo escribí esas canciones hace tanto tiempo que sinceramente ni me acuerdo. Su retiro durante ocho años, dijo, se debió a que habían terminado los problemas con BMG para recuperar su patrimonio ante la Sociedad de Compositores y la Asociación Nacional de Autores. Se puso entonces a hablar del albergue para niños (la Casa Hogar SEMJASE) que fundó en Ciudad Juárez, Chihuahua, por 1987; la necesidad de que la infancia en México tuviera educación y sana alimentación, que por eso él era vegetariano, en fin: cosas que le interesaban, pero previamente publicadas por la prensa nacional. Me sentí bateado. Por instinto de sobrevivencia periodística me aferré a mi plan original; mas de pronto, Juanga tomó la grabadorcita, tapó el micrófono y volteando a la puerta donde su asistente caradura, exclamó de mí: –¡Qué terco es! “Mire… ‘Pero qué necesidad’ la escribí en Los Ángeles, California, cuando estuve viviendo allí, por cierto que se me cayó mi casa con el temblor y yo dije: ‘Bueno, ¿pero qué necesidad?’. No por eso la escribí, pues ya la había escrito antes. La escribí hace como un año, si me hubiera preguntado usted hace un año, Roberto, le hubiera contestado mejor. No, no recuerdo.” Nacido para triunfar Mencionó que su verdadero nombre es Alberto, que tiene 7 letras, y que nació un 7 de enero; que cada canción de Gracias por esperar corresponde a cada letra de su nombre artístico: Juan Gabriel. Y que había decidido presentar su disco con luna llena en Los Cabos el 22 de junio de 1994, “porque yo siempre he sido un lunático, mi primer nombre fue Adán Luna, Adán por ser el primero y, además, porque significa ‘nada’.” Se declaró orgullosamente mexicano: “Entre mexicanos no debe de haber problemas, pero competir conmigo mismo es leal, en el arte no debe de haber competencia. Porque yo no me enamoro mejor que el señor José Alfredo Jiménez ni que el señor Armando Manzanero. Todo mundo tiene su lugar y lo debe conservar.” El éxito, recalcó, es merecimiento propio, “pero es muy importante ser agradecido, como yo lo estoy con todos mis intérpretes”. En ningún momento Juan Gabriel dejó de hablar de “usted” al reportero (“así es como hablamos allá en el norte”), amable aunque siguió reticente: “La verdad es que las canciones las hice hace uno o dos años porque sentía la necesidad de hacerlas; pero enfocar a quién se las hice, o por qué las hice, pues no. Son vivencias. De la que sí le puedo contar porque no se me va a olvidar nunca es ‘Qué bello es vivir’, se la hice a mi niño el más grande, Iván. Va a cumplir siete años. Capricornio, como yo, es del primero de enero.” Mira qué bonita está la luna, es por ti./ Porque ayer que vine tú no estabas/ No la vi, no la vi… –La canción abridora es “Vienes o voy”: Un día más te doy de plazo,/ ni un día más./ ¿Cómo ves? –Pero las canciones –Juan Gabriel escabulléndose– no son sino una válvula de escape. El amor es hacia los padres, hacia los hijos, los hermanos, hacia los amigos. Es una forma más del sentir de nosotros, las canciones no son tampoco como para escudriñarlas como usted quiere. Tengo muchas ganas de verte,/ de amarte, de darte/ y hacerte lo que a ti te gusta más… “¿No le digo que hace un año, dos años que ya hice esta canción? Es recordar, una forma de llamar la atención auditivamente, porque así lo requiere el verso y me gusta jugar con los versos. Ya es cuestión de la persona cómo lo tome… Pero claro que si lo enfoca en una forma erótica como usted lo hace (ríéndose), pues ya cada quien lo puede tomar como quiera.” De vuelta, sorprendió al reportero: –¿De qué signo zodiacal es usted, Roberto? –Géminis, Juanga. –¿Y con cuál de los dos estoy hablando? –Con el periodista –y agregué inventando: “ascendente Escorpión”. –¡Ah, con razón usted se va por el lado del erotismo! “Yo soy vegetariano, por eso me conservo tan bien, me agrada cocinar. Yo aconsejo que la gente sea vegetariana, porque me consta que la gente que es vegetariana goza de buena salud. La estabilidad emocional depende de cómo combinar bien los alimentos. Pero mis mejores amigos son carnívoros. “Para mí mis amigos no tienen errores, porque el amigo soy yo. Si el amigo es usted, yo a usted lo voy a querer como es, como vaya-venga-sea-diga-haga y deshaga. Si uno está esperando que este sea mal amigo porque yo le di y le dije y no me dio, eso es puro interés.” El video “Pero qué necesidad” es un llamado a la hermandad, con niños y gente de varias razas con Juan Gabriel. El videasta Pedro Torres muestra una imagen de Nelson Mandela y otra de Yaser Arafat estrechando la mano de Isaac Rabin con Bill Clinton al centro. Iba a incluir el saludo de paz entre el subcomandante Marcos y Salinas, “pero no se dio” Es difícil aceptar que me tenga que quedar algún día sin usted/, pero así que ser tendrá,/ yo quisiera que jamás,/ pero mía usted no es. “El mundo es de todos y no hay por qué hacer esas enormes diferencias, sobre todo, si hay gente de por medio como son los niños que no se pueden defender. Nadie más puede entender a un niño, a menos que usted haya estado como yo, internado.” Producida por Gustavo Farías, la grabación reciente de Juan Gabriel tiene ritmos varios: “Vienes o voy” está en lo que se denomina musicalmente house, y “Pero qué necesidad” colinda en balada hip-hop, con lentas subidas de medio tono en secuencias del beguine. “Se me dio muy fácil esta canción, yo nací con estas cualidades para componer, y me gusta desenvolverme dentro de ellas porque es parte de mi profesión y lo debo hacer lo mejor que yo puedo. Conforme me he ido haciendo mayor (nació en 1950) he ido aprendiendo y componiendo mejor. Estoy vigente a pesar de no haber grabado un disco en ocho años Me gusta jugar con los tiempos, los contracantos; me gusta jugar con la música. La música es un desahogo, un sentir para llenarme, para comunicarme, para estar presente.” Hoy canto y vivo contento/ porque ahora ya puedo decir que por fin/ ya no vivo por vivir… “Cuando uno quiere a otra persona usa el enamoramiento y se da cuenta que vale la pena, uno ve más bonito todo. Entonces, uno usa esa expresión, por decir, ‘¡qué padre que estamos juntos!’. Yo me enamoro cada vez que lo necesito, yo soy así, y no necesariamente tiene que ser apasionamiento, el amor es querer a la gente como es, quererse uno, aceptarse, lo otro es pasión.” Versos sencillos –El rock “Cariño mío” es de ruptura amorosa: Parece que el mundo se me está acabando,/ que todos y todo están contra mí porque te vas… “Es una manera de expresar. En ningún momento me he sentido mal por lo que se me ha dicho de mi vida con calumnias, porque francamente estoy muy seguro de mí mismo, ni me he sentido bien cuando me dan las adulaciones aquellas de que yo soy el mejor, porque si me creyera eso no sé dónde estaría. Jamás he sentido de que todo se me derrumba. “El silencio de la casa/ a mis ojos hará llorar./ Y al estar junto a la mesa ver vacío tu lugar/ sentiré mal… “La mesa es la convivencia, porque todos los problemas se resuelven en la mesa a la hora de las comidas. Si la otra persona ya no está, entonces se le extraña al ver que su lugar está vacío. Hay canciones que son de 1980, estas canciones no son que me enamoré o se las hice a alguien especial. Ha habido gente amiga, como de mi familia que me sirven de medio para decirles cosas. A mi hermana Virginia le he hecho muchísimas canciones.” –En el bolero-electrónico “Más que amor” canta: No voy a fingir/ al darle a tus labios/ la tierna humedad,/ más suave que un murmullo… –Las canciones que son explicadas, pues dan mucha pereza. Si yo tuviera que explicar cada frase de mis canciones, o cada verso, es porque me tendría que preocupar de que la gente no lo entiende. Son muy claras, tanto que la sencillez a veces es lo más difícil de entender. Si lo que usted quiere es que le detalle cada palabra que puse, lo mejor es que su personalidad pueda mejor detallarlo. “Le digo la verdad: son válvulas de escape y encierran parte de mi personalidad, así como la personalidad de alguien a quien vaya dirigida. Es conjugar música con palabras, pero sin ir al amarillismo o a lo erótico, ¡palabra que no! Y el español encierra mucha profundidad.” Te quiero amar todo el tiempo ahora./ Haz que me desvista la felicidad. –De “Eternamente” y la grupera “Di, ámame más”. Ya que no quiereexplicar su lírica, va la pregunta: ¿Cree en el amor eterno? –El amor verdadero, le repito, es familiar, es amistoso… Mire, Roberto, el que escribe sobre una botella de vino no es forzosamente un borracho. El reggae “Como la luna” lleva coros de trece cantantes negros estadunidenses dirigidos por Stefani Spruill, grupo góspel que acompañó a Juan Gabriel la noche de su presentación de Gracias por esperar. Voy a entregarte más que a un ser,/ voy a hacerte mucho más mujer… “En el amor revuelto con la pasión se vale absolutamente todo. En el momento en que yo dije eso, así lo sentí. Ojalá que uno amara a la gente como a Dios, así habría menos problemas.” Cuestionado del ritmo y blues “Luna tras luna”, Juan Gabriel demandó al reportero “si escudriña así de fuerte a la música anglosajona”. Respondí con la pregunta por qué se jactaba de ser “mexicano y revolucionario” y aclaró: “Creo que todos los mexicanos somos revolucionarios, ya sea que se tome como la de 1910, o se trate de re evolucionar. Lo que necesitamos ahora es que los mexicanos seamos cada vez más pensantes y tomemos conciencia… ‘Imagina’ de Lennon es de las pocas canciones inglesas que sé.” Hoy tengo para ti caricias nuevas/ que guardé luna tras luna/ para estrenarlas en tu ser,/ una por una,/ hasta que jures que jamás te irás de mí. “El compromiso tal vez no sea lo importante en el amor, sino cumplir lo que uno promete. Nadie es de nadie, pero todos somos también de todos. Si uno jura fidelidad a una persona, tiene que cumplirla. Uno debe ser fiel a sus palabras y a sus convicciones. Las canciones son conversaciones, uno puede exteriorizar un lamento o motivando, acentuando, canalizando hacia lo que uno quiera decir con cierto sonido en la voz.” Otra balada, “Muriendo de amor”, termina así: Después de haberte amado/ y de entregarme enamorado,/ ahora me quitas la vida… “Antes de que yo me muriera de amor, ya habían muerto muchos otros, como Charles Aznavour en su bello tema ‘Morir de amor’. La escribí en 1980 y así me sentía. Claro que nadie muere de amor… –Algunos se suicidan por amor. –Cuando se suicidan por amor o es un acto de mucho valor o de cobardía. Morirse de amor es otra cosa. Como Edith Piaf en Nueva York, anunció sus canciones que casi siempre eran trágicas: “Les voy a cantar una canción de una persona que murió de amor”, y “esta es a mi novio (el boxeador) Marcel Cerdan que falleció en un accidente” (28 de octubre 1948). A la tercera o cuarta así, la gente empezó a reírse. Ella se sintió cortada y mal. “Sé que en Estados Unidos es poco común morir de amor. Pero en México nosotros nos enamoramos mucho, y cuando perdemos al ser amado, en ese momento, uno es el que muere de amor, y la otra persona, pues descansa. Los franceses dicen que recordar es morir un poco. Nosotros, que recordar es vivir.” Un bolero finaliza aquel disco grabado en Miami, “Amor”: El amor es triste porque un día se acaba… El amor se aleja, tal como llegó. “Si el amor muere, es que nunca nació. Por eso a la gente se le debe querer tal como es. Amar es la oportunidad de compartir y ser uno solo, entonces sí es amor. Si no lo consigue de esa forma, fue pasión.”

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