En batalla final con Clinton, se niega Trump a decir si aceptará resultado electoral

miércoles, 19 de octubre de 2016 · 22:47
WASHINGTON (apro).- El tercer y último debate presidencial se desarrolló en un ambiente de mucha tensión y cierta disciplina, donde Hillary Rodham Clinton y Donald Trump se enfrascaron en una serie de ataques personales, contraste de ideas y propuestas gubernamentales. Sin embargo, en este encuentro el candidato republicano se abstuvo de decir si aceptará el resultado de los comicios del próximo martes 8 de noviembre, en caso de que el voto le sea adverso. En el debate de 90 minutos celebrado en la Universidad de Nevada en Las Vegas, y moderado por Chris Wallace, periodista de la cadena de televisión Fox News, los candidatos presidenciales se confrontaron y atacaron, extrañamente, de una manera disciplinada. Por primera vez en esta contienda presidencial, Trump –el candidato republicano– y Clinton –la abanderada demócrata– evitaron perder la calma en todo el evento y evitaron que éste se convirtiera en un show de sátira política. Los momentos más tensos del debate fueron cuando Wallace cuestionó a los candidatos sobre el tema de la capacidad que se requiere para ser presidente de Estados Unidos, y las denuncias de nueve mujeres sobre presuntos ataques y acosos sexuales a las que fueron sometidas por parte de Trump. “Las historias son falsas, creo que su campaña las orquestó, las preparó para denunciarme. Las denuncias son totalmente falsas, por eso no me disculpé con mi esposa. A las que me acusan ni siquiera las conozco”, buscó justificarse Trump sobre el tema. Clinton confrontó a su contrincante en este sentido, exponiéndolo como un hombre que minimiza y no respeta a las mujeres. “Su defensa ante las acusaciones ha sido destacar que las mujeres que lo acusan no son atractivas. ‘Obsérvenla, no lo creo’, fue lo que dijo de una las mujeres que lo acusaron durante un evento de campaña. ‘Mírenla, no sería mi primera elección’, dijo de otra”, fustigó la candidata presidencial demócrata. “Es un acto criminal, ya tuvieron sus 10 minutos de fama, todo es mentira y ficción”, reviró Trump. Las acusaciones de abuso y ataque sexual de nueve mujeres contra Trump, y la grabación en la que se escucha al republicano hablar de las mujeres como objeto sexual, han apabullado la aspiración presidencial del también magnate de la industria de la construcción. En las últimas encuestas sobre la tendencia electoral a escala nacional y en los estados que pueden definir los comicios del 8 de noviembre, Clinton se ha consolidado como la favorita, a quien le atribuyen que obtendrá unos 360 votos de los 538 sufragios que están en disputa. Para ganar la Presidencia de Estados Unidos se requieren 270 votos del Colegio Electoral. Al abordar el asunto de la capacidad para ser presidente, Clinton dijo que Trump es el menos capacitado de los dos, porque nadie que promueve una política de divisiones sociales y que incita a la violencia puede asumir el Poder Ejecutivo. “Si eres presidenta, este país estará en un tipo de desastre”, se defendió Trump, quien no pudo evitar mostrar un rostro con muecas de incomodidad y enojo. En los últimos días y frente a lo que muestran las encuestas sobre la tendencia electoral, Trump se ha defendido asegurando que existe una conspiración entre la prensa y el gobierno para arrebatarle la presidencia, y que ya se lleva a cabo un “fraude electoral” con ese objetivo. No obstante, el candidato presidencial republicano no ha presentado una sola evidencia de sus denuncias, aunque se mantiene firme en sostener que existe la conspiración y la realización del fraude. El moderador del debate preguntó a Trump que, en caso de perder las elecciones ante Clinton, si aceptará el resultado y reconocerá a la ganadora, a lo que el republicano condicionó: “Lo analizaré en su momento… se los diré en el momento, los mantendré en el suspenso”. Trump en ese momento acusó a los medios de comunicación de Estados Unidos de ser entidades corruptas y deshonestas que “están envenenando la mente de los votantes”. Cuando tocó el turno a la candidata demócrata, ésta dijo a su contrincante que cuando las cosas no le salen como él quiere, siempre denuncia complots o conspiraciones en su contra. El tercer y último debate más disciplinado entre Trump y Clinton, respecto de los dos anteriores, abordó los temas de la Suprema Corte, el aborto, inmigración, política exterior, economía, la deuda del país, los programas de salud y creación de empleos y armas. Sobre el tema migratorio y sus propuestas para abordarlo desde la Casa Blanca, Trump habló nuevamente de la fuerza de deportación para sacar a los indocumentados y construir un muro en la zona limítrofe con México. “Hillary quiere dar amnistía a los indocumentados”, comenzó diciendo Trump, para luego machacar: “Vamos a construir el muro, necesitamos el muro”. El candidato republicano aseguró que por las políticas de fronteras abiertas, como las que promueve Clinton, las drogas y los criminales siguen entrando por México. Sin hablar de la demanda y consumo, culpó a los mexicanos de la crisis de consumo de heroína que afecta en este momento a su país. En contraste, Clinton aseguró que ella no dividirá a las familias, y que está a favor de la seguridad fronteriza. “Trump quiere construir el muro en la frontera, entonces por qué cuando fue a México a reunirse con el presidente de ese país (Enrique Peña Nieto) no lo dijo estando allá, e inició una guerra en la plataforma de Twitter, con la respuesta del presidente mexicano, quien dijo que no pagarán por la construcción del muro”, asestó la candidata demócrata. “El presidente de México es un buen hombre”, apuntó Trump, quien se quedó callado cuando Clinton le dijo que él ha contratado la mano de obra barata de los inmigrantes indocumentados. Que así lo hizo para la construcción del edificio Tower Trump, en Nueva York. En los demás asuntos del tercer debate, Clinton y Trump presentaron ideas y propuestas totalmente diferentes, sobre el aborto, la elección de jueces de la Suprema Corte, la creación de empleos, los derechos a la portación y venta de armas, la relación con Rusia y la lucha internacional contra el terrorismo. En los primeros análisis del tercer y último debate, los expertos políticos y medios de comunicación coincidieron en afirmar que Clinton fue la vencedora de la contienda, y que la determinación de Trump de no aceptar públicamente la concesión de su derrota, en caso de que así ocurra el 8 de noviembre, terminará socavando su aspiración a ser presidente de Estados Unidos.

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