Impacto de meteorito coadyuvó en formación de la vida, revelan científicos

viernes, 18 de noviembre de 2016 · 22:11
MÉRIDA, Yuc. (apro).- El Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) dio a conocer hoy los avances de la expedición científica que protagonizó un equipo internacional de investigadores realizó en abril y mayo pasados en el cráter de Chicxulub, la huella que dejó un meteorito que impactó la Tierra hace 65 millones de años y presuntamente extinguió buena parte de la vida en el planeta, como la de los grandes saurios. El agujero tiene un diámetro aproximado de 200 kilómetros, que abarca desde la costa de Dzilám de Bravo a la de Celestún, y una profundidad de 2.5 kilómetros. El CICY fue el encargado de divulgar aquí el resultado del primer análisis de las muestras obtenidas en el cráter durante la expedición, que antes se publicaron en la revista Science, en el que se informa que el equipo concluyó que “los grandes impactos de asteroides deforman las rocas de tal manera que pueden producirse hábitats para la vida temprana”. Se explica que el estudio se basa en los primeros análisis de los núcleos recuperados del cráter entre abril y mayo pasados en la costa de la península de Yucatán, donde los especialistas lograron perforar hasta mil 335 metros por debajo del fondo marino. El informe añade que “los análisis sugieren que el impacto que se produjo hace 65 millones de años deformó las rocas anulares del pico del cráter de tal manera que las hizo más porosas y menos densas de lo que cualquier modelo había predicho”. “Los organismos simples pudieron prosperar gracias a las rocas porosas que proporcionaron los nichos y los nutrientes necesarios por el agua circulante, que habría sido calentada dentro de la corteza terrestre”, dice el texto, y abunda: “En su etapa temprana, la Tierra fue constantemente bombardeada por asteroides, y el equipo ha inferido que este bombardeo también debió haber creado otras rocas con propiedades físicas similares”, lo que, en parte, puede explicar cómo se originó la vida en el planeta. Expone que el estudio “también confirmó un modelo sobre la conformación de los anillos de pico en el cráter de Chicxulub y cómo se pueden formar anillos de pico en cráteres en otros cuerpos planetarios”. También destaca que el nuevo trabajo del equipo confirmó “que el asteroide que creó el cráter de Chicxulub golpeó la superficie de la Tierra con tal fuerza que empujó rocas, que en ese momento estaban a diez kilómetros bajo la superficie, más abajo aún y luego hacia fuera. “Estas rocas entonces se movieron otra vez hacia adentro de la zona del impacto y luego hasta la superficie, antes de colapsar abajo y hacia fuera otra vez para formar el anillo de picos. En total, las rocas se movieron una distancia total de 30 kilómetros aproximadamente en cuestión de unos pocos minutos”, resalta. Y cita una declaración de Joanna Morgan, autora principal del estudio y profesora del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College del Reino Unido: “Es difícil de creer que las mismas fuerzas que destruyeron a los dinosaurios también pueden haber jugado un papel mucho antes en la historia de la Tierra, como los primeros refugios para la vida temprana en el planeta. Esperamos que más análisis de las muestras del núcleo proporcionarán más ideas sobre cómo la vida puede existir en estos entornos subterráneos”. Asimismo, adelantó que los siguientes estudios que realizará el equipo internacional “comprenden la adquisición de una serie de medidas detalladas de las muestras de los núcleos recuperados para refinar sus simulaciones numéricas”, esto con la idea de localizar evidencias de formas de vida, ya sea antiguas o modernas, en las rocas del anillo de picos. Además apunta que los investigadores “quieren aprender más acerca de los primeros sedimentos que se depositaron en la parte superior del anillo de pico, lo que podría decir a los investigadores si fueron depositados por un tsunami gigante, lo que les proporcionará información sobre cómo la vida se recuperó y regresó a estas zonas estériles generadas después del impacto”. Se recuerda que la “Expedición 364 Cráter de Chicxulub K-Pg” se realizó entre abril y mayo pasados a bordo del buque/plataforma Myrtle, que fue posicionado a 30 kilómetros de la costa de Sisal. “A lo largo de las semanas de la expedición, el equipo recolectó 303 núcleos de rocas del cráter de impacto de Chicxulub, y alcanzó una perforación de mil 335 metros por debajo del fondo marino”, dice el reporte, e indica: “Los núcleos recuperados fueron escaneados en los Laboratorios Weatherford en Houston, Texas, para después ser enviados al Programa Internacional de Investigación del Océano (IODP, por sus siglas en inglés) en Bremen, Alemania, donde las muestras se dividieron, fueron descritas, fotografiadas y analizadas por el comité científico en el que participaron varios investigadores mexicanos”. Precisa que en México la expedición fue realizada por el Consorcio Europeo para la Investigación de Océanos (Ecord) como parte del IODP. La expedición también contó con el apoyo del Programa Internacional de Perforación Científica Continental (ICDP). Y señala que la expedición fue posible gracias al apoyo y la asistencia del gobierno de Yucatán, de organismos del gobierno federal mexicano y de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre ellos Jaime Urrutia Fucugauchi y Ligia Pérez Cruz, así como Mario Rebolledo Vieyra, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY).

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