CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Un fuerte despliegue policial se realiza en Estambul, en busca del atacante armado que abrió fuego indiscriminado en una popular discoteca, matando a al menos a 39 personas e hiriendo a otras 65. Mientras las autoridades insisten en que fue un solo atacante, algunos testigos hablan de hasta tres personas. Supuestamente uno de los atacantes iba vestido de Papá Noel; abrió fuego con armas automáticas desde la puerta del local, mató al policía de guardia y luego entró en el club. “Treinta y nueve personas han perdido la vida, 21 de la cuales han sido identificadas. Se está trabajando ahora en la identificación de las 18 víctimas restantes. Entre los muertos hay 16 extranjeros”, informó el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu. El gobierno de Israel informó de una joven israelí de 18 años muerta en el atentado, mientras que el canal Al Arabia señala que entre los fallecidos hay dos tunecinos. En el momento del ataque había entre 500 y 800 personas celebrando la llegada del 2017 dentro del local. Muchas intentaron huir presas del pánico, y otras se lanzaron a las aguas del Bósforo. Es el primer atentado terrorista de 2017 y el vigésimo que ha sufrido Turquía en el último año, con un balance cercano a los 300 muertos. El dueño de la discoteca, Mehmet Koçarslan, aseguró al diario Hürriyet que los servicios secretos estadunidenses ya habían avisado de posibles ataques una semana antes y que se habían tomado medidas adicionales de seguridad a orillas del Bósforo. El diario citó a testigos diciendo que los atacantes gritaban en árabe cuando abrieron fuego en el club Reina.