"Heroínas transgresoras", la locura en la ópera

sábado, 11 de febrero de 2017 · 07:48
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La locura ha sido un tema recurrente en la ópera; grandes autores y conocidas obras la incluyen en su desarrollo y la muestran en los más diversos grados, desde la total que lleva hasta el asesinato y la muerte propia, como sucede en la célebre Lucía de Lammermoor de Donizetti, hasta la transitoria o momentánea como con la Elvira de Puritanos de Bellini. En medio, desde luego, hay otros mil ejemplos, unos verdaderamente abominables y otros que hasta simpáticos pueden resultar. El denominador común de lo que ahora nos ocupa es que, independientemente del grado, la motivación y el desenlace, se trata de la manifestación de la locura exclusivamente en las mujeres y no se aborda ningún personaje masculino. De aquí el nombre del espectáculo, Heroínas transgresoras. Y no es que no existan personajes masculinos orates en la ópera (recordemos simplemente a Nabucco), sino que este espectáculo fue escrito y creado y está cantado y actuado por una mujer, la soprano-actriz Luz Angélica Uribe. Por otra parte, se trata de mostrar que estas locas de la ópera lo son, han llegado a la locura por transgredir las normas y convencionalismos existentes y, sujetas como estaban a un régimen patriarcal, su único camino hacia la libertad fue, trágicamente, la locura. Así, Lucía de Lammermoor, obligada por su hermano y razones de Estado a casarse con alguien al cual no quiere y abandonar al hombre amado, no tiene otra salida que, en la noche de bodas, asesinar al marido impuesto y desembocar en la locura. La Margarita del Mefistófeles de Boito (Fausto de Goethe), se convierte en infanticida de su propio hijo “gracias” a Fausto precisamente y, claro, se vuelve loca. El peso del hombre y la subyugación de la mujer están siempre presentes, y de mil maneras son causa de la locura femenina. Esto es lo que la Uribe quiere decirnos y, por lo tanto, el espectáculo es también, sin decirlo, un alegato feminista y en contra del estado de cosas aún existente. Ocho son las arias (casos) expuestas en estas Heroínas transgresoras que se desarrollan bajo la dirección de Esteban Castellanos y el acompañamiento al piano de Mario Alberto Hernández, y que todos los martes, de aquí a abril, a las ocho y media de la noche, se presentará en el Teatro Helénico. Monólogo operístico interesante, permitirá al público, aunque sea conocedor, saber de una serie de detalles que tal vez le sean desconocidos y aumentar así su acervo y, a los no conocedores, les dará un acercamiento a la ópera desde un ángulo entretenido, corto, de una hora de duración, y distinto al que, naturalmente, se encontraría en una ópera completa. A todos, por supuesto, les llegará el encanto de la música. Con gran economía de medios, prácticamente sin escenografía y solamente con utilería y vestuario mínimo, el espectáculo como buen monólogo que es se desarrolla en base al trabajo actoral y cantábile de la soprano, logrando su cometido de mostrar diferentes momentos operísticos y un tema recurrente en el género que, posiblemente, incite a más de uno a acercarse a eso que a muchos otros vuelve locos, la ópera. Esta reseña se publicó en la edición 2101 de la revista Proceso del 5 de febrero de 2017.

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