MONTERREY,  NL (apro).- El fósil del “Mauriciosaurus fernandezi”, animal descubierto en Nuevo León, fue presentado hoy a la comunidad científica, como un nuevo espécimen que habitó la Tierra hace más de 90 millones de años. El nombre del reptil marino, que mide 1.9 metros de largo, por 1.15 de envergadura de sus aletas, fue nombrado en honor al alcalde panista de San Pedro, Mauricio Fernández Garza, quien respaldó el proyecto paleontológico que descubrió el vestigio en el 2011, en el municipio rural de Vallecillo, ubicado 120 kilómetros al norte de la capital. Durante la presentación de la pieza, en presencia del político nuevoleonés, se explicó que luego de seis años de estudios fue mostrado el animal del orden de los plesiosaurios que, en el caso específico de este espécimen, fue hallado con un esqueleto completamente articulado y una extraordinaria preservación de tres tejidos blandos, lo que permite reconocer y analizar material orgánico que no se ha observado en otros fósiles descubiertos. Al presentar hoy el saurio, se informó que en septiembre del 2011 fueron localizados los restos del reptil en 28 piezas de roca, que luego de su análisis, permitió a los científicos determinar que era un nuevo género y especie, en la clasificación universal. El fósil corresponde a un reptil que vivía en el mar con cuerpo en forma de barril, cola y cuatro aletas, cuello largo y cabeza pequeña como de cisne y una dentadura con piezas delgadas y alargadas que le permitían cazar peces y buscar comida en el sedimento blando del fondo marino somero. Su dimensión es relativamente pequeña, pues los plesiosaurios alcanzaban hasta 15 metros de largo. Los científicos encontraron en el “Mauriciosaurus” partes blandas con escamas milimétricas, dispuestas transversalmente de forma rectangular a trapezoidal, con orden longitudinal. En la solapa, el borde posterior de la piel preserva fibra y escamas, ordenadas en filas y perpendiculares, al borde de salida, con una capa de tejido subdermal, particularmente gruesa en la base de la cola, la cual debe haber contribuido al contorno hidrodinámico en forma de gota del animal, condiciones desconocidas hasta ahora, que permiten a los estudiosos describir sus condiciones de nado. El nombre se decidió en honor al político sampetrino reconocido en Nuevo León como filántropo, promotor cultural y apasionado de la paleontología. “Estas evidencias atípicas lo convierten en uno de los plesiosaurios mejor preservados de México y uno de los más completos en el mundo. Su nombre, ‘Mauriciosaurus fernandezi’, se dedicó al ingeniero Mauricio Fernández Garza, en reconocimiento a su constante apoyo al proyecto paleontológico de Vallecillo”. “El ingeniero Fernández facilitó los fósiles para su estudio a científicos del Museo del Desierto en Saltillo, Coahuila, México y de la Universidad de Heidelberg y el Museo Estatal de Ciencia Natural de Karlsruhe, en Alemania”, según los apuntes difundidos en el acto de presentación. El descubrimiento del monstruo de Vallecillo fue publicado en febrero en el Boletín de la Sociedad Geológica de México. Entre los especialistas que estudiaron el “Mauriciosaurus” estuvieron los doctores Wolfgang Stinnesbeck de la Universidad de Heidelberg, Eberhard Frey, del Museo de Historia Natural de Karlsruhe, en Alemania, y Erik Mulder, del Museo de Historia Natural Twente, en Holanda. También participaron los maestros Arturo González, Héctor Rivera y José Manuel Padilla, del Museo del Desierto, en México. Por su parte, Fernández Garza reveló que se dedicará en un futuro a la paleontología y al impulso de la cultura, por lo que no se reelegirá como alcalde en las elecciones del 2018. “Hay gente que ha especulado y yo, la verdad, no pienso reelegirme. Termino dentro de un año y medio y buscaré trabajar en otros proyectos como sin duda va a ser uno la paleontología. Yo nunca entré pensando que este cuento es de seis años y mucho menos”, dijo. Agregó que se coordinará con la secretaria de Cultura, María Cristina García, para obtener respaldo que le ayude a crear un proyecto de tres museos en el municipio de San Pedro, para preservar el patrimonio paleontológico de México.