MONTERREY, NL (apro).- Familiares de desaparecidos que acudieron con el padre Alejandro Solalinde a un predio donde eran “cocinadas” víctimas en el municipio de García, encontraron hoy presuntos restos humanos enterrados.
Fue en un área boscosa cercana al paraje turístico conocido como Grutas de García, precisamente en un rancho abandonado, donde unas diez personas que buscaban vestigios de ejecutados efectuaron excavaciones, y detectaron osamentas.
El arqueólogo José Evaristo Reyes Gómez, quien dijo haber trabajado diez años en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, fue quien analizó más de una decena de pequeños fragmentos óseos extraídos en ese momento del subsuelo, algunos de ellos calcinados que, a su entender, podían corresponder a seres humanos.
“Veo que es un hueso por su porosidad. Al principio creí que era madera, pero este, por ejemplo, es un hueso largo. Por las características y el contexto, es muy probable que sean humanos, pues coincide con las cocinas que aquí había”, dijo.
Los familiares explicaron que, de acuerdo con información que tienen, a ese lugar, convertido en campo de exterminio, eran llevadas personas que luego de ser asesinadas eran descuartizadas y colocadas en tambos de 200 litros donde se les disolvía en ácido o se les incineraba con aceite, un procedimiento que en el argot criminal se conoce como “cocinar”.
Leticia Hidalgo, presidenta de Fuerzas Unidas por Nuestros desaparecidos de Nuevo León (Fundenl) organismo que invitó a Solalinde al recorrido, explicó que con anterioridad, en ese mismo punto, peritos de la Procuraduría estatal habían encontrado restos óseos de por lo menos unas 50 personas, de las cuales la mitad fueron ya reconocidos, con su filiación respectiva, y entregados a sus familiares.
La activista dijo que estos restos nuevos encontrados hoy difícilmente podían ser evidencia válida, pues fueron levantados sin presencia del Ministerio Público, ni peritos oficiales, aunque con el recorrido que se hizo, en presencia de los medios, hay una constancia de que ahí todavía hay restos.
Para emprender la búsqueda de hoy, los integrantes de Fundenl partieron del centro de la ciudad hacia el municipio de García, ubicado en la zona poniente de la zona metropolitana y llegaron al estacionamiento de las Grutas a las 13:40 horas.
A partir de ahí efectuaron un largo recorrido por brechas, a lo largo de dos kilómetros, escoltados por dos patrullas de Fuerza Civil, con ocho policías armados.
Detrás de la construcción arruinada y sin techo, que alguna vez fue una hacienda, los familiares emprendieron una búsqueda rudimentaria con palas, para remover la tierra y localizar evidencias de despojos humanos.
Solalinde, con guantes de látex, se unió a las pesquisas y encontró una prenda de vestir, parecida a un pantalón, que guardó en una bolsa, con la esperanza de que fuera analizada. Junto a él se encontraba el sacerdote José María Guerrero, activista de Cadereyta, que esparció agua bendita en el lugar.
Luego de una breve búsqueda de carácter simbólico, los familiares desplegaron una serie de cartulinas con letras que formaban las palabras “Sin Olvido”, junto a una cruz metálica que colocaron en el hueco donde encontraron los huesos.
Por su parte, el sacerdote radicado en Ixtepec Oaxaca, donde preside el albergue Hermanos en el Camino, envió un mensaje de consuelo a los familiares y reprochó a las autoridades de México, que han sido omisas e indolentes frente a este fenómeno criminal de las desapariciones.
“Espero que esta caminata compartida sea el inicio de una nueva etapa de búsqueda. No será búsqueda de dolor, si no efectiva, de restos, de verdad en este campo de exterminio. Buscamos justicia en un país corrupto con autoridades corruptas. Mientras los zetas y polizetas y otros carteles coordinados, exterminaban a los hijos de nuestra sociedad, había autoridades que fingían que no pasaba nada.
“Esto es un reto para todas las familias en búsqueda que están articuladas en toda la República mexicana. Tenemos que abrir los ojos, esta es una lacra nacional, este gobierno panista de Calderón y el corrupto de Peña Nieto, nos han causado este dolor y este crimen que es el crimen máximo que puede causar un ser humano a otro”, dijo.
Hidalgo explicó que con su presencia en este paraje desolado de García demandan a las autoridades judiciales de Nuevo León que continúen con la búsqueda de los desaparecidos para que les hagan justicias y que estos presuntos crímenes de los que fueron objeto no queden inmunes.
“Queremos conocer la verdad de lo que le pasó a los que hoy nos hacen falta, nuestros hermanos, hijos, nietos, hermanas, todas las personas que nos arrebataron con violencia, injusticia e impunidad que hoy por hoy reinan y gobiernan Nuevo León”, dijo con la voz quebrada por la emoción.
Solalinde y Guerrero elevaron un Padre Nuestro y un Ave María, antes de emprender el regreso.
A las 16:00 horas la búsqueda simbólica terminó.