De pieles (I)

martes, 4 de abril de 2017 · 14:44
OAXACA, Oax. (Proceso).- Esta historia es de cómo se inició mi tía Felícitas como zapatera: el abuelo Benjamín, quien también era conocido como Ta Min Gola (el señor Benjamín viejo), tenía un pequeño taller en Ixtepec, en el Istmo de Tehuantepec; llegó a tener dos o tres ayudantes. En esa época muy poca gente del pueblo usaba zapatos, si acaso huaraches. El abuelo elaboraba zapatos para las fiestas y para las esposas o novias de los militares así como las botas de ellos. Ta Min Gola le hacía y reparaba sus botas a Lázaro Cárdenas cuando era el jefe de la base militar de Ixtepec, en el Istmo. Trabajaba haciendo zapatos, sobre todo para la gente de fuera, no tanto para los istmeños. La tía Felícitas fue una mujer muy inteligente, muy curiosa y muy especial, para mí fue una persona que me enseñó mucho, es la única zapatera que conozco, yo diría que mi tía Felícitas era una especie de zapatera prodigiosa. Las mujeres no hacían zapatos, se dedicaban a otras cosas, ella le pidió a Ta Min Gola que le enseñara el oficio, él le dijo que era trabajo para hombres, que era muy pesado, que mejor se fuera a la cocina. Pero mi tía no se dio por vencida, a la hora de la comida el abuelo abandonaba el taller donde estaban las herramientas, el pegamento, pieles, leznas y clavos. Mientras el abuelo y los trabajadores se alimentaban la tía Felícitas se iba robando pedazos de piel, clavos, hilos; en la noche cuando todos dormían, ella comenzaba a trabajar en un lugar apartado donde nadie la veía. En Ixtepec el 30 de septiembre celebran a San Jerónimo, es una fiesta muy grande y hacían un baile muy importante que era para la gente pudiente, los comerciantes y quizá militares; los del pueblo no participaban porque no tenían zapatos. La tía Felícitas se hizo un par de zapatos y le dijo a su papá que quería ir al baile, él le respondió que no podía ir, porque no tenía zapatos, Insistió mucho en asistir y en la víspera le volvió a decir a su papá que iría al baile, pero el abuelo Benjamín le dijo que no la dejarían entrar, que se quedaría atrás a ver a los que estaban bailando. La tía Felícitas le enseñó a su papá los zapatos que había hecho y se fue, caminó descalza como ocho cuadras hasta el centro, porque sus zapatos eran tan frágiles, porque estaban recién terminados; entonces, cuando llegó al baile, se puso los zapatos y bailó. A medio baile se descosieron y se deshicieron todos, pero ella ya había estado bailando en la pista. Cuando volvió a su casa solo dijo: yo bailé. Ta Min Gola le dijo: eres tan testaruda que te voy a enseñar a hacer zapatos. Cuando murió el abuelo ella se quedó al frente del taller; cuando era la patrona, ya había más gente que usaba zapatos. La conocí en la década de los 40, tenía varios trabajadores centroamericanos, como Julio que era de Guatemala y Ramiro de El Salvador. Creo que su taller es lo que a mí me hizo pintor, sin querer, sin saberlo, porque como se hace un zapato se hace un cuadro: mides, cortas, pones color, hay proporciones, un orden, se pega algo o se despega, toda la parte artesanal de la pintura está muy cerca de la elaboración de un zapato. [caption id="attachment_480866" align="aligncenter" width="702"]De pieles, de Francisco Toledo. De pieles, de Francisco Toledo.[/caption] * * * Hay mujeres que salen en la noche a hacer daño, esas mujeres se quitan la piel, la doblan y la guardan debajo de las piedras o en los árboles, salen todas las noches transformadas en cochinos. La historia que contaban mi mamá, Doña Flor, es de una mujer que estaba casada, y para que su marido no se diera cuenta que salía de noche, ponía la mano del metate junto a él en el petate, para que la abrazara. Ella salía todas las noches, generalmente se sabe quiénes son esas mujeres, les tienen un poco de miedo, porque son como brujas, les llaman: bidxaa. Un vecino envidioso vio dónde escondió la piel y lo que hizo fue echarle sal; cuando la mujer regresó a ponerse la piel, no podía hacerlo porque le picaba todo, así que no pudo convertirse en humano y se quedó como marrano, hasta la fecha se dice que anda en el pueblo. * * * “¿Pues con qué motivo ha hecho Alejandro un viaje tan largo para venir aquí?” Y de Calano alcanzó a Taxiles para que fuera a ver a Alejandro. Su nombre era Esfines; pero como saludaba a los que le hablaban en lengua india, diciendo Calé en lugar de Dios te guarde, los griegos le llamaron Calano. Dícese que se presentó a Alejandro este emblema y ejemplo de poder y la autoridad, que fue poner en el suelo una piel de buey seca y tostada, y pisando uno de los extremos, comprimida en aquel punto, se levantó por todas las demás partes: hizo lo mismo por todo alrededor, y el suceso fue igual, hasta que puesto en medio la detuvo, y quedó llana y dócil: queriendo con esta imagen significar que el imperio debía ejercerse principalmente sobre el medio y centro del reino, y no haberse ido Alejandro a tanta distancia. ________________________ Del libro, “Vidas Paralelas”, de Plutarco * * * Algunos peces, principalmente los selacios, proporcionan un cuero muy buscado. No solamente se utiliza su piel sino también el estómago. Se da el nombre de zapa o galuchat al cuero procedente de ciertas especies de peces, principalmente las lijas y las rayas. Su piel está recubierta de asperezas en forma de granos redondos que desaparecen al elaborarla. Se cree que la mejor zapa proviene de una raya de gran tamaño del género trygon. El centrophorus granulosus proporciona la zapa de grano pequeño; para hacer esta clase de cuero también se utiliza la piel de otros peces, que es más resistente y tiene asperezas menos salientes; en este caso se llama zapa de grano grueso. También se llama zapa al cuero de tiburón. * * Sexos.- En todas las clases de pieles la de macho es calidad inferior a la de hembra, pues además de ser más pesada es más gruesa y basta. También se distinguen entre sí por la anchura del cuello y de la cabeza, partes que son más fuertes en el macho que en la hembra. * * La figura 432 representa el trazado hecho para cortar botinas para hombre, de cordones y chanclo de una sola pieza. En ella vemos que pueden sacarse 14 pares de cortes. ________________________ [caption id="attachment_480867" align="aligncenter" width="702"]De pieles, de Francisco Toledo. De pieles, de Francisco Toledo.[/caption] Del libro El zapatero moderno, de J. B. Yernaux * * El joven se levantó bruscamente y mostró su sorpresa al descubrir sobre el asiento que ocupada un trozo de zapa colgado de la pared y cuyo tamaño no era más grande que el de una piel de zorro; pero, gracias a un fenómeno inexplicable, al pronto, aquella piel proyectaba en el seno de la profunda oscuridad que reinaba en el almacén unos rayos de luz tan luminosos como si se tratase de un pequeño cometa. –¡Ah! –exclamó–, aquí está la marca del sello que los orientales conocen como el sello de Salomón. –Ya que es usted orientalista podrá leer la sentencia aquí escrita. Las misteriosas palabras estaban dispuestas de la forma siguiente: Que quiere decir: SI ME POSEES, LO POSEERÁS TODO PERO TU VIDA ME PERTENECERÁ, DIOS LO HA QUERIDO ASÍ. DESEA Y TUS DESEOS SERÁN CUMPLIDOS, PERO MIDE TUS DESEOS SOBRE TU VIDA. ELLA ESTÁ AQUÍ. CON CADA DESEO, MENGUARÉ COMO TUS DÍAS. ¿ME DESEAS? TÓMAME, DIOS TE ESCUCHARÁ ¡SEA! * * El círculo de sus días, representado por esta piel, se irá reduciendo según la fuerza y la cantidad de sus deseos, desde el más liviano al más desorbitado. El brahmán a quien debo el talismán me explicó entonces que existiría una misteriosa relación entre los destinos y los deseos del poseedor. El primero de sus deseos es vulgar, yo mismo podría satisfacerlo, pero ya se ocuparán de ello los acontecimientos de su nueva vida. Después de todo usted quería morir, pues bien, su suicidio ha quedado aplazado. ________________________ Del libro La piel de zapa, de Balzac * * * Capítulo XVIII Que habla del dios llamado XIPETOTEC, que quiere decir desollado. Este dios era honrado de aquellos que vivían a la orilla del mar, y su origen lo tuvo en Zapotlán, pueblo de Xalisco. Atribuían a este dios las enfermedades siguientes. Primeramente las viruelas, las apostemas que se hacen en el cuerpo, y la sarna: también las enfermedades de los ojos, como es el mal que precede de mucho beber, y todas las demás que se causan en los ojos: todos los que eran enfermos de alguna de las enfermedades dichas, hacían voto a este dios de vestir su pellejo cuando se hiciese su fiesta, la cual se llama Tlacaxipealiztli, o sea desollamiento de hombres. En ella hacían como un juego de cañas, de manera que un bando era de parte de este dios o imagen del dios Totec, y estos todos iban vestidos de pellejos de hombres, que habían muerto y desollado en esta fiesta, todos recientes y corriendo sangre: los del bando contrario eran los soldados valientes y osados, y personas belicosas y esforzadas, que no temían en nada la muerte, osados y atrevidos que de su voluntad salían a combatir con los otros: allí los unos con los otros se ejercitaban en el ejercicio de la guerra, perseguíanse hasta su puesto, y de allí volvían huyendo hasta su propio puesto; acabado este fuego, aquellos que llevaban los pellejos de los hombres vestidos que eran de la parte de este dios Totec, íbanse por todo el pueblo y entraban en las casas, demandando que les diesen alguna limosna por amor de aquel dios… Tiene vestido un cuero de hombre: los cabellos trenzados en dos partes y unas orejas de oro: esta ceñido con unas faldetas verdes, que le llegan hasta las rodillas, con unos caracolillos pendientes: tiene unas cotaras o sandalias, y una rodela de color amarillo, con un remate de colorado todo alrededor: y tiene un cetro con ambas manos, a manera de cáliz de adormidera, donde tiene su semilla, con un casquillo de saeta encima empinado. [caption id="attachment_480868" align="aligncenter" width="702"]De pieles, de Francisco Toledo. De pieles, de Francisco Toledo.[/caption] ________________________ Del libro Historia general de las cosas de la Nueva España, de Fr. Bernardino de Sahagún * * * Un pectoral de pavor para el capitán Fiallo Ardía el caballero con sus ojeras rotas llameaba su piel e iluminaba la ciudad Moría de hambre el capitán Fiallo acostado en su lecho de una bruta piel de toro y un leño por almohada brasa de muerte y soledad rezos y campanadas esquilas como cementerios del aire Ardía desde el corazón hasta el vientre del valle al que tardíamente había llegado capitán caballero de los pobres… ________________________ Extracto del poema “Un pectoral de pavor para el capitán Fiallo”, de Efraín Huerta Esta colaboración del artista Francisco Toledo se publicó en la edición 2109 de la revista Proceso del 2 de abrild e 2017.

Comentarios

Otras Noticias