"Lágrimas de agua dulce", el hermoso y desgarrador mundo de los niños

sábado, 17 de junio de 2017 · 09:41
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Las máscaras pueden servir para ocultar o para exponer. Sin embargo, en la historia del teatro es eterna la fascinación por lo que puede haber detrás de ella… Y aquello que hace brillar aún más su parte visible. “Lágrimas de agua dulce” es una obra de teatro infantil hermosamente desgarradora, un ejemplo exquisito, y debería programarse en las escuelas, teatros y espacios públicos como parte de la canasta básica para los niños. Escrita por el prolífico dramaturgo mexicano Jaime Chabaud, cuenta la historia de la pequeña Sofía, que irónicamente llora lágrimas dulces en un pueblo invadido por una fuerte sequía. Su extraño don puede saciar a todos los sedientos habitantes, pero poco a poco la niña se vuelve un producto de comercialización. La necesidad y la ambición no sólo no reparan en sus sentimientos, sino que la fuerzan a producir más lágrimas. La lograda dirección está a cargo de Mauricio Pimentel, quien se formó con la maestra Alicia Martínez, especializada en el lenguaje de la máscara de Comedia Dell’Arte y en la investigación del lenguaje de la máscara popular mexicana. El elenco está compuesto por Diana Becerril (Sofía), Iván Blumen (notario/beata 2), Uriel Ledesma (José), Adriana Palmero (Felipe/beata 2), Isabel Raigosa (Mateo/Alcalde), Rocío Ramírez (Sarita/beata 1), Yadira Velázquez (abuela) y Carlos Verduzco (Cura). Con gran habilidad, los actores utilizan su cuerpo haciendo malabares y piruetas por todo el escenario, con una intensa voz juguetona. Se aprecia en cada escena una gran preparación para comunicarse con el público infantil. Todos utilizan máscaras y un vestuario, libre y colorido, que también parece actuar. La escenografía es sencilla y, sin embargo, logra transportar a los espectadores (de todos los tamaños) a una infinidad de lugares. Se musicaliza por medio de piezas tradicionales mexicanas, bellas y festivas, lo que le da el dinamismo necesario para los infantes. Lágrimas de agua dulce trata con valentía una infinidad de temas urgentes en la formación de los niños, como la explotación y el abuso infantil, la ambición, el alcoholismo en los padres, la influencia de los curas en cosas que no les van, etc. Pero lo hace de una manera tan sutil y hermosa que lejos de transmitir miedo empodera a los niños. Tanto por técnica como por tema, es imperdible. La obra se presenta los sábados y domingos a las 13 horas en Casa del Teatro (Vallarta 31, La Concepción, Coyoacán).

Comentarios