SALTILLO, Coah. (proceso.com.mx).- La administración de Rubén Moreira acumula al menos dos demandas ante ante la Procuraduría General de la República (PGR) por “espionaje telefónico” a candidatos durante la pasada campaña electoral. Armando Guadiana, candidato de Morena a la gubernatura, sufrió al menos tres intercepciones de sus conversaciones telefónicas privadas, dos de ellas filtradas anónimamente y una a través de canales oficiales. El morenista documentó que una de sus conversaciones fue difundida por la cuenta de correo oficial difusionsegob@gmail.com, el pasado 1 de junio, en el que se emitió un comunicado titulado “Por blindaje electoral, cierran instalaciones de Desarrollo Social del estado”. El correo fue enviado con cinco fotos y un video adjuntado, en el que venía una conversación personal entre Guadiana y su esposa Lupita Mandujano, quien lo regaña e insulta por descuidar a su hijo. El video con la llamada termina con una foto del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador y Armando Guadiana, con la frase: “Estos son los candidatos de Morena, todos son lo mismo”. En respuesta, el candidato de Morena interpuso el pasado 13 de junio la demanda penal ante la PGR que se registró como FED/COAH/SALT0000499/2016. Además una denuncia ante la FEPADE que se registró con el folio 00001456. Por su parte, Guillermo Anaya, candidato de una coalición encabezada por el Partido Acción Nacional (PAN), sufrió la intervención de algunas de sus llamadas, que se hicieron públicas a través de Youtube. Entre otras, se filtraron conversaciones entre el senador Luis Fernando Salazar y el candidato del PAN: Además, otras llamadas con Simón Gutiérrez, que se presentaron de manera editada: Los candidatos denunciaron que las intervenciones fueron realizadas desde un centro de cómputo ubicado en un edificio privado que se localiza en la esquina del Boulevard Venustiano Carranza, muy cerca del Boulevard Luis Echeverría. Según los candidatos, el centro de cómputo habilitado para intercepciones telefónicas es operado desde hace dos años y medio por David Aguillón Rosales, director de la Fundación Colosio.