'Dos son familia”: Derbez en francés

viernes, 21 de julio de 2017 · 16:28
MONTERREY, NL (apro).- Dos son familia (Demain tout commence, 2017) es el inusual remake de una cinta mexicana hecha en Francia. Basada en el mega hit “No se aceptan devoluciones” que, en el 2013, colocó a Eugenio Derbez como el histrión más actualmente reconocido del cine nacional, la cinta dirigida por Hugo Gélin es una apuesta ganadora, al presentar un drama universal sobre las responsabilidades de la paternidad, pero también sobre cómo el amor puede transformar a una persona. El viaje trasatlántico de América a Europa le viene bien al comediante mexicano, que aparece acreditado como guionista, mostrando un argumento que es sencillo, directo y listo para ser aceptado por el público de cualquier lugar. Tiene momentos de sentimentalismo predecible, aunque funcionan bien. Aunque la anécdota es prácticamente idéntica, con incidentes y personajes muy similares, hay una gran variación en el tono. La película que se hizo en México es una comedia con humor marca Derbez y un final devastadoramente triste. La de Francia, en contraste, si bien mantiene algunos toques festivos, es decididamente un drama formal que lleva a un desenlace que es igual, aunque acorde con toda la permanente sensación de melancolía. Por ello, el desenlace aquí es mucho menos rudo. En los pasajes de humor, pese a todo, se ve la firma del creador de Ludovico P. Luche y El Lonje Moco, con aportaciones de comicidad que han de resultar nuevas en el Viejo Continente. Samuel (Omar Sy) recibe a una bebé, Gloria (Gloria Colston) que supuestamente procreó en una relación casual. La mujer los abandona a los dos y, en territorio extraño, debe emprender una lucha desesperada, primero por sobrevivir, y luego por estabilizarse. Como en la versión original, el protagonista sufre un choque cultural, esta vez al pasar de Marsella a Londres, sin conocer el idioma del destino. Durante toda la película se habla en inglés y en francés. Sy es un actor afroamericano reconocido en el cine europeo. Solvente en su papel de padre inexperto, genera una simpatía instantánea, pues llevaba una vida disipada y comodísima. Simpático y promiscuo, Samuel habitaba un paraíso playero, hasta que la llegada de la nena cambia todo su entorno. El destino lo empuja a pagar con excedentes las comodidades que ha disfrutado en su soltería. Instalado en Londres, aprendiendo a conducirse en una nueva ciudad, se fija, como objetivo generoso, entregarle una buena vida a su hija. De esta forma, el joven calavera se reforma y se entrega decididamente a la paternidad y al trabajo. Se vuelve un hombre ejemplar. Descubre, en la pequeña, una clase de amor que ignoraba. Hasta que regresa la mala madre Kristin (Clémence Poésy), esta vez con el propósito indecente de reclamarla de vuelta. Toda la película es, prácticamente, un álbum de estampas de la vida de un papá soltero y su pequeña hija, quienes llevan una relación genial. El mutuo desamparo los compactó en una relación indisoluble que la dama que llega está a punto de romper. Dos son familia aborda tópicos importantes, como el compromiso dentro de una relación afectiva, en este caso, el del padre hacia la hija. Reflexiona, también, sobre la devastación que puede provocar, en otras personas, una decisión equivocada como la de la mujer que se desentendió de la chica. Aunque es madre biológica, ¿tiene derecho de reclamarla de vuelta? Es un buen drama que, dentro de su tristeza, ofrece esperanza, pues muestra que existe gente buena en el mundo, dispuesta a sacrificar todo por amor.

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