MADRID (apro).— En un hecho inédito, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, compareció este miércoles ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga el caso Gürtel, la trama de corrupción dentro del Partido Popular (PP), donde insistió que él desempañaba tareas políticas y no tenía conocimiento de las finanzas de la formación política, aspecto donde se centran las pesquisas del financiamiento ilegal de su partido. A lo largo de casi dos horas que duró comparecencia, Rajoy negó conocer la existencia de una caja B del PP, donde se gestionaban los sobornos del 3% pagados por grandes compañías constructoras a cambio de contratos de obra pública en los ayuntamientos de dicho partido. Pese a una carrera de casi 30 años en el PP y haber ocupado casi todos los cargos de responsabilidad, insistió que su labor era política y que ni llevó ni estuvo al tanto de las cuentas del PP, ni siquiera cuando dirigió campañas electorales. La polémica por la declaración de Rajoy quedó servida porque, a pesar de que la hizo como “como ciudadano español” y no como presidente del gobierno, según se cita en el auto de comparecencia del tribunal, se le concedieron una serie de canonjías como llegar en su coche blindado de vidrios polarizados hasta el estacionamiento de la sede de la Audiencia en San Fernando de Alcalá y establecer un radio mayor de seguridad. Además, permitirle que se declarara en una mesa supletoria colocada a un lado del tribunal y no enfrente de éste, como ha sucedido con los otros testigos citados; y las catorce intervenciones del presidente del tribunal, Ángel Hurtado, para declarar preguntas improcedentes, algunas que ponían en aprietos a Rajoy. En sus respuestas, Mariano Rajoy negó haber recibido “sobresueldos en negro” provenientes de dicha caja B, como lo ha acreditado la investigación judicial. Fue cuestionado por el abogado del PSOE madrileño, Wilfrido Jurado, sobre los famosos mensajes telefónicos (SMS) que envió a su extesorero Luis Bárcenas, para animarle a dar la cara en el procedimiento de investigación abierto en su contra, “Luis, sé fuerte. Mañana te llamaré”, le escribió. Se limitó a contestar que tiene por costumbre “contestar a la gente” que le envía SMS. “Podría haber contestado esa frase u otra. ´Hacemos lo que podemos´ significa que no hacemos nada que pudiera perjudicar al proceso”, acotó y advirtió que nunca llamó a Bárcenas. La importancia de este hecho es que los SMS los envió el 18 de enero de 2013, dos días después que la prensa publicara que Bárcenas tenía cuentas ocultas en bancos de Suiza. Y aunque aseguró que se enteró que Bárcenas tenía cuentas en Suiza por la prensa, la realidad es que el gobierno español recibió esa información de las autoridades helvéticas tres meses antes. El mandatario fue cuestionado por un viaje de placer que hizo con su familia a Canarias, tras su derrota en las elecciones generales de 2004, pagado por la compañía del intermediario Francisco Correa, a lo que contestó que “hasta donde sé” el viaje lo pagó el PP. Sin embargo, el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, no permitió al abogado de una de las acusaciones populares insistir a Rajoy para que precisara si revisó el origen del pago de su viaje de placer. La trama Gürtel, que se inició en 2009, se ha dividido en cinco piezas separadas, siendo la de hoy Gürtel primera etapa, que se restringe a los años 1999 a 2005 y que afecta en particular las actuaciones irregulares con la venta de predios en dos ayuntamientos madrileños, Majadahonda, Arganda del Rey y Pozuelo de Alarcón. El mandatario dejó casi toda la responsabilidad en el otro extesorero, Álvaro Lapuerta, de 89 años y con demencia senil, y en la expresidenta del PP en la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Al responder a una pregunta, señaló que recordaba “perfectamente” el encuentro que sostuvo a finales de 2004 con el entonces tesorero Álvaro Lapuerta y Aguirre en la que el primero le trasladó las irregularidades que los proveedores (Correa) cometían al utilizar el nombre del PP para hacer negocios en los ayuntamientos antes citados, que luego se convirtieron en el epicentro de la corrupción de la trama Gürtel. Aseguró que en la reunión, que no duró más de cinco minutos, instruyó a Aguirre a que atendiera el tema y tomara las decisiones más convenientes. Asimismo, el mandatario insistió en que a fines de 2004 fue él quien decidió cortar las relaciones de Francisco Correa con el PP, porque estaban usando el nombre del PP para sus negocios, sin embargo, estos empresarios mantuvieron sus actividades con el PP en Valencia y Madrid. También respondió a las preguntas sobre una reunión que mantuvo en 2010 con su extesorero, la esposa de éste y otro alto directivo del PP central, en la que Bárcenas pidió que le mantuvieran el coche oficial con chofer y una oficina para gestionar su documentación, cosa que Rajoy considero “razonable”. Tras su comparecencia, Rajoy fue arropado por los principales dirigentes del PP en un evento contra la violencia de género, donde se dijo satisfecho con el resultado de su comparecencia. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, pidió la dimisión de Rajoy por considerar que con verse obligado a comparecer ante un tribunal judicial, arrastra la imagen de España. A su vez, el dirigente de Podemos, Pablo Iglesias, criticó a Rajoy, consideró que no pueden seguir al frente del gobierno de España, y que se le debe echar del poder.