CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, dio por cumplido el mandato de mitigación de impacto ambiental por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en la zona del exlago de Texcoco. Sin mencionar las denuncias sobre la depredación en la zona de Teotihuacán por obras que complementan el proyecto, la dependencia federal informó en un comunicado que con la conclusión de la primera etapa del Programa de Reforestación de la zona del exlago de Texcoco, se da cumplimiento al mandato de mitigación de impacto ambiental en dicha obra. Acompañado del director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), Federico Patiño Márquez y la subsecretaria de Transporte, Yuriria Mascott Pérez, el polémico titular de la SCT aseguró que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) obliga a sembrar por lo menos 240 hectáreas de árboles. No obstante, informó que la dependencia logró la reforestación de 500 hectáreas con especies como Tamarix (pino salado) que, según dijo, es la única que puede crecer en los terrenos de la nueva terminal aérea debido a los nutrientes del suelo. El funcionario adelantó que sembrará 500 hectáreas más en la zona. El funcionario aseguró que en la manifestación se establecieron “diversas acciones, todas ellas acatadas por el GACM” para mitigar “los impactos generados por la obra en el aire, el suelo, la hidrología superficial, la geología y geomorfología, en la flora y la fauna, el paisaje, así como en la población y los trabajadores”. Agregó que, con las obras del proyecto, la SCT da empleo a más de 40 mil trabajadores, incluidos habitantes cercanos a la región del NAICM, mediante el Programa de Empleo Temporal (PET). El director del GACM, Federico Patiño, dijo que con estas acciones “se cumple en tiempo y forma” el resolutivo de la MIA consistente en la reforestación de 240 hectáreas, al sembrarse 265 mil árboles. El responsable del Medio Ambiente del GACM, Alejandro Virches, añadió que para cumplir con las hectáreas establecidas se forestaron 143 hectáreas de pináceas en el Parque Nacional Izta-Popo, hecho que aumentó el volumen de árboles que van a captar agua para los mantos freáticos de la Ciudad de México.