El #SNACorrupto

sábado, 5 de agosto de 2017 · 10:00
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El combate a la corrupción y a la impunidad es una prioridad en México porque ambos fenómenos erosionan las instituciones, socavan los principios de legalidad y legitimidad y reproducen al infinito estas prácticas contrarias a la mínima ética pública. En México se hizo una amplia reforma constitucional sobre la materia, de la cual derivó un conjunto de leyes secundarias para desarrollar los preceptos constitucionales, lo que se denomina el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) En otro espacio hice una radiografía del SNA (http://aristeguinoticias.com/1807/mexico/sistema-nacional-anticorrupcion-una-simulacion/), por lo cual no voy a repetirme aquí; antes bien, quiero ampliar algunos puntos que no he expresado del #SNACorrupto. Veamos. Primero. Hay personas que consideran que debemos dar el “beneficio de la duda” al SNA. Es respetable su punto de vista, pero atado a la fe, no a criterios probabilísticos de que el #SNACorrupto pueda cumplir los propósitos programáticos previstos en la Constitución federal. Si, por ejemplo, un hombre y una mujer procrean un hijo, es lógico que nazca un infante parecido a sus progenitores. Ese infante tendrá una estructura genética abrevada de la madre y del padre que le dieron vida. Sería ingenuo pensar que de una mujer y un hombre puede nacer un aguerrido tigre de bengala. Aquí sí entra la fe para ver que se haga el milagro. El estado de derecho no puede por su propia naturaleza apelar a ese vocablo. Por más veces que se espere que eso pase, nunca sucederá porque es contra natura, un atentado a la lógica formal. Segundo. El #SNACorrupto nace de la unión entre varios sujetos obligados que han dado vida a un sistema que los vigile. De entrada, se trata de un conflicto de interés, de ser juez y parte. Por sí mismo es un acto de corrupción que el vigilado nombre al vigilante. ¿Alguien podría creer en serio que de un acto de corrupción fundacional va a nacer un sistema que va cumplir los fines retóricos de la Constitución? ¿Es posible que ese infante recién nacido deje de ser un niño o una niña para que al paso del tiempo se convierta en un tigre de bengala? Bien lo ha dicho el doctor Mauricio Merino: infancia es destino. En efecto, si nace de la corrupción, el destino va a ser igual o peor corrupción. Tercero. No han faltado quienes me preguntan por qué si en otros países se ha seguido un diseño normativo similar al #SNACorrupto, en México no va a funcionar. La respuesta es muy sencilla: en esos países, sobre todos los nórdicos, existen dos ingredientes de los que México carece: a) una activa participación popular en la reproducción de las pautas democráticas como modelo de vida y b) porque en los países de referencia, los políticos tienen un honor que cuidar de manera celosa para darle viabilidad a su carrera política. En México no hay, ya no se diga una abultada participación comunitaria, ni siquiera alguna capacidad de convocatoria activa que se traduzca en seguidores comprometidos de carne y hueso (salvo la asociación Somos Más, que dirige el activo Carlos Augusto Morales, quien tiene una base social apreciable). En el país tampoco los políticos –salvo, como siempre, honrosas excepciones– entienden el vocablo “honor” o “ética pública”, no forma parte de sus sistema nervioso central. Peor aún, si no saben qué son estos dos vocablos, menos van a generar pautas comportamentales tendentes a cuidar esos valores. Aquí al gobernante le llueve sobre mojado, unas gotas más o menos no tienen la menor importancia. Cuarto. De acuerdo con Fernando Belaunzarán fue la “sociedad organizada” la que hizo el diseño institucional del #SNACorrupto y los legisladores tuvieron un papel accesorio de revisión de estilo para generar un sentido de pertenencia. Más aún, Belaunzarán señala que fue la Red por la Rendición de Cuentas la responsable del diseño normativo hoy cuestionado por la afrenta que representa contra la inteligencia de la sociedad entera. No le quito mérito a la afirmación del dirigente de Galileos, pero me resulta difícil creer que eso haya pasado. Y no es para menos: ¿cómo una organización dedicada a la rendición de cuentas va a diseñar un sistema a imagen y semejanza de las necesidades de la simulación de los gobernantes y en perjuicio de la sociedad al darle gato por liebre? Quinto. Es menester, si en verdad hay un interés mínimo razonable, cambiar el #SNACorrupto por otro que carezca del pecado capital de nacer de actos de corrupción en su modalidad de conflicto de interés. En suma, el régimen no puede combatirse a sí mismo mediante su intervención no definitoria, sino definitiva, en la construcción de una entelequia que asegura que todo va a cambiar para que todo siga igual, parafraseando a Lampedusa. Sexto. Un sistema efectivo debería observar al menos las siguientes características: a) eliminar a las dependencias y entidades de los sujetos obligados como parte del comité coordinador del sistema de referencia; b) generar convocatorias públicas, abiertas, sin acompañamientos de la “sociedad civil organizada”, que vela por sus propios intereses apoyando a personas afines y vetando a quienes no lo son; c) integrada la lista de candidatos por el Senado, que se debe limitar, de entrada, a revisar que los aspirantes hayan cumplido los requisitos en donde se establezca que quienes se postulen, acepten voluntariamente someterse a exámenes de control de confianza hechos por expertos independientes del gobierno (estudio de entorno social, examen toxicológico, prueba de polígrafo y prueba del EyeDetect, que en conjunto tienen casi 98% de confiabilidad); d) de la lista de candidatos que hayan pasado los exámenes de control de confianza (y antes, los otros requisitos, por supuesto), el Senado debería proceder a designar vía insaculación a los consejeros, comisionados o como se les denomine, lo que permita contar con experiencia, conocimiento e imparcialidad, generando una estrecha vigilancia de la insaculación para que cumpla su propósito de igualdad de oportunidades sin vinculación directa o indirecta con los sujetos vigilados. Este modelo de selección tiene la bondad de desactivar la política de cuotas y cuates. Mientras no se proceda a llevar a cabo esa cirugía mayor constitucional y legal, el #SNACorrupto nació con una enfermedad terminal, con una ¿larga? agonía, generando un gran costo económico para la sociedad mexicana a cambio sólo de una esperanza de que el infante se convertirá (algún día) en un fuerte tigre de bengala. @evillanuevamx ernestovillanueva@hushmail.com www.oneamexico.org

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