Reconocen derechos culturales del pueblo Tohono O’odham

martes, 15 de agosto de 2017 · 14:56
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El pueblo Tohono O’odham --que ha emprendido su propia lucha contra el muro que Donald Trump pretende construir en la frontera norte de nuestro país, por considerar que atentará contra su territorio y etnia desde el punto de vista ecológico y cultural-- recibió un espaldarazo de facto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que acaba de entregarles un peritaje antropológico titulado La peregrinación por la sal en el universo simbólico de la nación O’odham de México y Estados Unidos. No es que el documento elaborado por investigadores del instituto, bajo la coordinación del antropólogo Alejandro Aguilar Zeleny, del Centro INAH Sonora, y la asesoría de Francisco López Bárcenas, director de Capacitación, Vinculación y Extensión Académica de la Coordinación Nacional de Antropología del propio INAH, hable del muro y se manifieste en contra de él, pero representa “un estudio científico y un instrumento jurídico de defensa de los derechos culturales de pueblos indígenas”, porque se desarrolló con base en las disposiciones de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueologicos, Artísticos e Históricos y la Ley Orgánica del INAH, informó esta instancia a través de un comunicado. Ahí se reconocen en favor de la etnia --también conocida en México como los pápagos-- sus derechos de origen y permanencia de sus miembros como habitantes originarios del territorio El Pinacate y Gran Desierto de Altar, “incluida la región de las salinas”. Además de esta conclusión se plantean tres más: “La necesidad y recomendación de que se haga un estudio arqueológico sobre la región, en el que se plantee el proyecto de La Borrascosa; la realización de una consulta libre, previa e informada, con los miembros de los pueblos o´odham sobre lo que representa la realización de un proyecto de salineras; el fortalecimiento de los trabajos, estudios e iniciativas comunitarias para seguir ahondando en lo que representa la ruta de la peregrinación de la sal, así como la incorporación de la relevancia de esa ruta cultural para enriquecer la protección y manejo de las Reservas de El Pinacate y Alto Delta del Golfo.” Según información del INAH, el peritaje fue solicitado oficialmente a la Presidencia y la Secretaría de Cultura, por las autoridades tradicionales del pueblo Tohono O’odham, con el propósito de demandar la protección de sus derechos frente al proyecto de explotación de la Salina La Borrascosa, ubicada en el golfo de Santa Clara. Y es que los miembros de la etnia, que habita tanto en Sonora como en Arizona (de aquel lado en reservaciones indias con sus propias leyes), ha denunciado que el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), otorgó la autorización para la explotación de la salina La Borrascosa. El permiso fue firmado por el delegado de dicha secretaría, Gustavo Adolfo Clausen, el 16 de diciembre de 2016, según informó el diario El Norte. Por su parte, el INAH consigna: “Integrantes de la etnia o’odham han manifestado su rechazo al proyecto para efectuar la explotación de sal en una superficie de 66 hectáreas, parte de su territorio sagrado y que se encuentra en la zona de amortiguamiento entre la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, y la Reserva de la Biósfera de El Pinacate y Gran Desierto de Altar, esta última reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial.” El documento elaborado por los especialistas del INAH fue entregado el pasado jueves 10 a los representantes de la etnia, Alicia Chuhuahua, Julián Rivas y Verlon M. Jose, en una ceremonia realizada en el Museo Schuk Toak de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, a la que asistieron los antropólogos José Luis Perea, director del Centro INAH Sonora, Francisco López Bárcenas y Alejandro Aguilar Zeleny. El estudio destaca que en la nación de los tohono o’odham hay un patrimonio integrado por la lengua, cosmovisión y diversas tradiciones, que se mantiene vivo pese a los procesos de conquista, colonización, evangelización y despojo que ha sufrido su sociedad, asentada en el desierto: “El peritaje considera que el esfuerzo realizado por esta sociedad no sólo debe ser conocido y respetado en el marco de los principios que han dado reconocimiento a esta región, sino en la necesidad de la búsqueda y construcción de un nuevo diálogo y formas de trabajo conjunto, a partir de proyectos y modelos de conservación y protección del patrimonio biocultural, paleontológico, arqueológico, histórico, lingüístico y antropológico que representa la permanencia de esta sociedad, la conservación de su cultura y la protección de sus sitios. “Todo esto lleva a pensar en la importancia y necesidad de ampliar y profundizar los criterios de protección y reconocimiento de las reservas del Alto Delta del Golfo y de El Pinacate y Gran Desierto de Altar, no sólo para incorporar la presencia, historia, cultura y derechos de los O’odham, habitantes originales e históricos de la región.” Le vendría bien un estudio parecido a otras comunidades del país, afectadas por los megaproyectos de explotación minera en territorios donde realizan o realizaban tradicionalmente sus rituales, por ejemplo los rarámuris, wixáricas o las asentadas en Chiapas, por poner sólo algunos ejemplos.

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