MUME, arte público de primer nivel

lunes, 11 de septiembre de 2017 · 13:21
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En un boscoso valle de los Alpes austriacos, en el pequeño poblado de Stuhlfelden (Campo de sillas), el artista mexicano Oscar Cueto (1976) instaló el pasado viernes 1º de septiembre un sugerente Museo Mexicano al que dio el nombre de MUME. Emplazado en una de las tradicionales y pequeñas cabinas de madera que, colocadas en lo alto de una estructura, utilizan los cazadores para observar, disparar y resguardarse (denominadas “hochstand” o “hochsitz”),  el MUME tiene su origen en una narrativa ficticia vinculada con la migración, el anticolonialismo y la ética social. Inspirado en la conocida novela inglesa de Robinson Crusoe, Oscar Cueto se autodefinió como el protagonista de una historia en la que, tratando de cruzar la frontera de México a Estados Unidos, apareció en un lugar desconocido que resultó ser Stuhlfelden. Convencido de que el otro es una ilusión ya que el yo es en tanto ellos y viceversa, el conocido dibujante y crítico del sistema artístico decidió compartir con los austriacos su origen y entorno, a través de testimonios fotográficos de prácticas artísticas de 15 creadores que, en su mayoría, pertenecen a su misma generación. Seleccionados discrecionalmente sin rigor temático, los artistas enviaron registros de acciones (Marcela Armas, Iván Abreu), esculturas tecnológicas (Iker Vicente), intervenciones museísticas (Álvaro Verduzco),  dibujos (Iván Villaseñor),  prácticas conceptuales (Mónica Mayer y Víctor Lerma como Pinto mi Raya) y  fotografías (Mauricio Alejo), entre otros. Esparcidas en los espacios interiores y exteriores de la cabina, las obras –entre las que destacan la conocida fotografía de la escultura de almohadas de Alejo, el registro de la intervención de arte público Exhaust que realizó Armas en 2009 con la intención de materializar el lugar que ocupa la contaminación en la Ciudad de México –y que consistió en el proceso de inflar con el escape de 6 vehículos una columna de la misma forma y tamaño que tienen las que sostienen el segundo piso del Periférico–, y el mensaje de Pinto mi Raya “Yo no celebro ni conmemoro guerras”, no funcionan tanto como protagonistas sino como elementos que permiten la existencia del MUME. Organizado y financiado por el simposio artístico, internacional e interdisciplinario Ortung que promueve el estado de Salzburgo con el apoyo de la comunidad de Stuhlfeld, el MUME es un ejemplo de arte público dirigido al disfrute de la comunidad. Ubicado en el emblemático valle de Dechantkögerl –un lugar que la misma comunidad nominó como el lugar más bello y energizante del poblado–,  el Museo Mexicano sale al encuentro de senderistas y cazadores enriqueciendo la oferta turístico-cultural del Tirol. Construido en el contexto de la edición 2017 del Ortung-Stuhlfeld, el MUME, diseñado como evento de un solo día, se ganó una permanencia más larga gracias a la afectividad de su recepción. Presente durante la próxima temporada otoñal de caza, el Museo Mexicano es un ejemplo de un arte público inteligente y sensible que, sin grandes costos ni resonancias mediáticas, logra establecer conexiones emocionales entre lo contemporáneo del yo mexicano y la tradición del ellos austriacos. Algunas imágenes pueden verse en http://www.oscarcueto.com/interiores/obra/RECENTWORK.html Este texto se publicó el 10 de septiembre de 2017 en la edición 2132 de la revista Proceso.

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