CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- En un informe sin novedades y falto de contundencia para marcar su despedida como jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera rindió su quinto y, todo parece indicar, último informe de actividades al frente de esta capital. En una hora con 15 minutos –de los cuales dedicó 10 a agradecer la presencia de sus invitados especiales y otros más guardó silencio para escuchar las más de 45 veces que le aplaudieron–, el aún mandatario local enlistó los que, dijo, fueron los logros más importantes no sólo del último año, sino de sus cinco años de gestión. “Soy partidario de una visión ciudadana de la política”, afirmó pulcro, sonriente, de traje negro y corbata en diferentes tonos de gris, en la tribuna de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), acompañado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en representación del presidente Enrique Peña Nieto. [caption id="attachment_503565" align="alignnone" width="1200"] Mancera rinde su Quinto Informe de Gobierno. Foto: Octavio Gómez[/caption] Al iniciar su discurso, Mancera expresó su solidaridad a las víctimas del sismo del pasado 7 de septiembre en el país. Luego, nombró como logro de su gobierno la Constitución Política de la Ciudad de México, pero omitió reconocer el trabajo de la Asamblea Constituyente y las labores previas para lograr la Reforma Política en el Congreso de la Unión. El mandatario capitalino mencionó “una de las situaciones más difíciles” de su cargo: la ocupación de los maestros disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el Zócalo capitalino. Dijo que aunque fue un conflicto nacional, mantuvo abiertos los canales de comunicación y no obstante “el desgaste político”, logró que “la ciudad no se llenara de sangre”. Y siguió: “Esta ha sido mi forma de actuar desde entonces. Leal a mis principios, coherente con los compromisos que adquirí con la ciudadanía, mismos que me trajeron a este encargo que reviste orgullo pero también mucha responsabilidad, hechos y no cálculo político”. Pese a las continuas fallas del servicio y las molestias de los miles de usuarios, Mancera Espinosa defendió el alza a la tarifa del Metro –de tres a cinco pesos– al inicio de su administración, pues dijo que con ello se emprendió un “ambicioso” plan de mantenimiento”. Al contrario, añadió: “La tarifa del Metro, que se oiga bien, y su pago ha dejado de ser utilizado discrecionalmente por el gobierno central para fines ajenos al propio Metro”. Incluso, dijo que ya comenzó la ruta para que el Metro pueda hacer sus propios trenes. El mandatario local destacó acciones en el sistema del Metrobús, la Ecobici, la renovación de taxis y microbuses. Lo mismo hizo en cuanto a tareas relacionadas con el medio ambiente, la emisión de “bonos verdes” y las plantas de biogás termovalorización. [caption id="attachment_503566" align="alignnone" width="1200"] Mancera a su llegada a la Asamblea Legislativa. Foto: Sara Pantoja[/caption] En un tono de queja, mencionó el tema de las contingencias ambientales y el endurecimiento de las medidas para prevenirlas por las que, dijo, “parte de mi gestión se vio manchada por decisiones del ámbito federal… Y aunque mi gobierno cargó con esa culpa, hoy reitero que fue lo mejor”. Ya en sentido triunfalista, enumeró también la creación del Reglamento de Tránsito Metropolitano, los programas sociales para niños, jóvenes, adultos mayores, grupos vulnerables y mujeres. En este rubro, aseguró que la Ciudad de México “es una ciudad libre de violencia contra las mujeres”, pero no hizo ninguna mención en específico de casos como el feminicidio de Lesvy Berlín Osorio Rivera o los de las cuatro mujeres víctimas del multihomicidio de la colonia Narvarte. Especial mención hizo de los programas “Médico en tu Casa” y la construcción de clínicas especializadas; así como el “Abogado en tu Casa” y los programas sociales que forman el sistema de “Capital Social”. Ahí, el mandatario local reconoció que “todo trabajo es perfectible”, pero la ciudad está destacando y atrae las miradas en el mundo. Los anuncios A la mitad de su informe, cuando ya los invitados empezaban a distraerse con sus teléfonos celulares, pedían agua a las edecanes o bromeaban entre ellos, Miguel Ángel Mancera lanzó el primer anuncio: que en los próximos días ordenaría la basificación de 10 mil burócratas de la administración capitalina que llevan 10, 15 y 20 años de servicio. El anuncio provocó que el líder del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno capitalino, Juan Ayala, se pusiera de pie y al viejo estilo líder sindical le agradeciera con las palmas abiertas, mientras cinco señoras le echaban porras desde lo alto del recinto “¡Mancera presidente! ¡Mancera presidente!”. [video width="848" height="480" mp4="//www.proceso.com.mx/media/2017/09/mancera-saluda-perredistas.mp4"][/video] Perredistas reciben al jefe de gobierno. Video: Sara Pantoja Después de eso, Mancera reiteró que su lucha por el incremento al salario mínimo “no ha terminado. No vamos a desmayar en este esfuerzo”. Como otras novedades, aunque sin fecha precisa, anunció que en las próximas semanas dará a conocer el proyecto de la nueva central de bomberos y dará mil nuevas plazas a policías capitalinos. También mencionó que en un mes se echará a andar una planta hidráulica que dotará de agua a Iztapalapa. El exprocurador capitalino hizo mención aparte de la inseguridad en la capital de la que a diario se quejan los habitantes y de la que él mismo, dijo, ha sido “víctima en carne propia”. Aseguró: “Tengo claro que en los últimos meses han ocurrido eventos que trastocan el orden y la percepción que guarda la ciudadanía sobre la misma, nunca lo he desdeñado, nunca lo he ocultado. Este es un tema fundamental para la gobernabilidad”. Luego, destacó cifras a manera de probar el “trabajo sostenido” que lleva su administración: en 2012 se cometían 48 mil delitos de alto impacto y al cierre de 2016 se registraron 28 mil, lo que significa que en cinco años disminuyó la actividad delictiva 41.5%y 48.4 menos de los registrados en el 2016. Y reprochó: “Es que luego se nos olvida, pero hay que recordar las cifras”. Mancera Espinosa dijo que refrendó el compromiso de coordinación con el gobierno del Estado de México en temas de seguridad, pero luego machacó con que la capital tiene presiones extraordinarias porque se le evalúa como si los policías locales sólo cuidaran a nueve millones de habitantes, cuando en realidad son 20 millones por la población flotante. Recordó que en la ciudad hay más de 88 mil policías bajo un mando único que operan con siete mil 800 unidades “de última generación”. De paso, comentó: “no le regateamos a los municipios si podemos ayudarlos”, en referencia a las patrullas que ha donado en Tabasco y Chihuahua. [video width="848" height="480" mp4="//www.proceso.com.mx/media/2017/09/muestras-apoyo-mancera.mp4"][/video] Muestras de apoyo a Mancera afuera de la Asamblea Legislativa. Video: Sara Pantoja Convicciones  Tras más de una hora de discurso, Miguel Ángel Mancera reiteró el lema de su campaña por el Quinto Informe, al decir que “han sido cinco años de hechos, no de cálculos políticos”. Y entonces vino lo que parecía ser una despedida de la jefatura de gobierno: “Estoy convencido de que lo que hice y las decisiones que tomé fueron pensando en el desarrollo sustentable de nuestra ciudad,  en el recuento de lo realizado siempre he colocado el interés de los demás, por encima del propio”. Calificó como “invaluable privilegio” servir a la Ciudad de México “acompañando de la gente, porque es claro que nada se puede hacer sin el concurso de la sociedad”, aunque su administración ha sido de las que más oposición vecinal han tenido. Según dijo, desempeñó el ejercicio de gobierno “con convicción, decisión y deseo de servir; he desempeñado mi tarea para la ciudad y lo seguiré haciendo por México”, aunque omitió mencionar sus pretensiones de buscar la candidatura presidencial. Y en lo que intentó ser autocrítica, comentó: “No soy perfecto, pero en el defecto de lo humano construyo la superación para servir mejor”. Y agregó: “En estos cinco años de labor se han corregido muchos errores del pasado, se ha puesto el derecho de las personas por encima de los privilegios de las clases, esta no es una ciudad de favoritos, es una ciudad de mujeres y hombres libres”. Aún sin mencionar directamente sus pretensiones presidenciales, comentó: “elgado, quienes s presidentes nacionales del PRD, Alejandra Barrales; del PAN, Ricardo Anaya; y de Movimiento Ciudadano, Dante DMMMMi vocación de servicio no se agota con el término de ningún encargo, mi convicción es la política ciudadana, mi compromiso la democracia participativa; sin compromisos oscuros, sin mirar al pasado, sin ataduras ideológicas o cadenas en el pensamiento”. Remató: “Estoy convencido de que este es el camino, de que esta es la manera en la que vamos a transformar un proyecto de ciudad en un verdadero proyecto de nación —en el que todas y todos tienen cabida—, de que esta es la vía hacia el progreso y hacia la construcción de un México justo, incluyente y próspero para ésta y las generaciones por venir”. El halago como respuesta Acto seguido, lo que sería la respuesta al informe de Mancera, el presidente de la Mesa Directiva de la ALDF y coordinador de la bancada del PAN, Jorge Romero, lo convirtió en una especie de alabanza a su gestión y dijo lo que el primero omitió: “Es muy probable que este haya sido el quinto y último informe de gobierno de Miguel Ángel Mancera”. Sin un ápice de crítica a diferencia del 2015 cuando inició la actual legislatura, el panista apenas mencionó el “delicado” tema de la inseguridad, pero enseguida dijo que no existen los gobiernos perfectos, “los gobiernos de 10”, y reconoció el trabajo del exprocurador capitalino. “En un saldo final, yo sí le extiendo un reconocimiento público por sus cinco años de gobierno al doctor Mancera... El esfuerzo y el sacrificio vale en sí, lo sé, me consta, lo he podido hablar contigo, Miguel, siempre buscaste y quisiste darle a la ciudad el bien”. Y en su característica retórica, le agradeció su trabajo “a nombre de los diez millones de almas que dan vida a esta ciudad”. “¡Presidente, presidente!” Miguel Ángel Mancera repitió el paseo por el recinto legislativo entre abrazos y apretones de manos de sus acompañantes: los gobernadores de Campeche, Tlaxcala, Estado de México, Morelos, Tabasco, Puebla, Yucatán, Michoacán, Durango, así como alcaldes de Ciudad Juárez, Parral y Villahermosa y representantes de Baja California, Nuevo León y Quintana Roo. Lo mismo repartió sonrisas con los presidentes nacionales del PRD, Alejandra Barrales; del PAN, Ricardo Anaya —integrantes del Frente Amplio Democrático (FAD) rumbo a las elecciones presidenciales del 2018— y de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, y agradeció la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Al salir del recinto, el jefe de gobierno hizo un descanso en las escalinatas para escuchar los vítores de las mismas personas que atrás de las vallas metálicas, con sus banderas del PRD o las que decían su nombre en letras rosas, le gritaban “¡Mancera presidente, Mancera presidente!”. Él, ensoñado, sonreía gustoso mientras se llevaba la mano al pecho, al corazón y luego levantaba el puño derecho como en señal de triunfo. Así, arropado por las porras y lejos de las críticas de los millones de capitalinos, el jefe de gobierno prefirió caminar unos metros más sobre la calle Donceles, en vez de subir a su camioneta blindada, pero siempre cuidado por sus guardaespaldas y separado por una valla metálica. Así terminó su Quinto y posiblemente su último informe como jefe de gobierno, pues según ha declarado públicamente, en octubre próximo podría solicitar licencia para separarse del cargo y buscar la candidatura presidencial.