CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Xochimilco se volvió un caos, pero no por los daños provocados por el terremoto de ayer, que cobraron ocho vidas, sino por miles de voluntarios que saturaron todas las vialidades de esta delegación al sur de la capital. Pese a que el delegado, Avelino Méndez, asegura que ya no hay personas atrapadas entre los escombros, los llamados de auxilio atrajeron desde temprano a miles de voluntarios, la mayoría jóvenes, que en camiones, camionetas, motocicletas y todo tipo de vehículos trataban de llegar a las zonas afectadas por el terremoto de ayer. El barrio de San Gregorio fue el más afectado por el sismo y muy pronto se ocuparon del rescate los vecinos de Xochimilco, que desde ayer rescataron varios cuerpos entre los escombros de edificaciones que no soportaron la furia de la tierra. Cien bardas de ese y otros barrios se vinieron abajo, 40 escuelas se dañaron, siete templos sufrieron cuarteaduras y 12 domicilios resultaron afectados. Pero lo que tiene en crisis a Xochimilco es la falta de luz eléctrica por la caída de 34 transformadores, lo que impide extraer agua de los pozos y pueda reactivarse el abasto del líquido. La distribución de víveres, sobre todo agua, ha sido clave para las labores de rescate, pero ni a la zona más siniestrada, San Gregorio, es posible acceder. --¡Ya no pueden pasar! --¿Por qué? --Hay demasiada gente. Y sí: La hay de sobra, al menos eso se vio desde temprano hoy, cuando todas las vialidades que conducen a Xochimilco se colmaron de vehículos repletos de voluntarios. Desde el Periférico, casi donde se ubica el también colapsado Tecnológico de Monterrey, decenas, cientos de personas se dirigían a Xochimilco que, según se propagó desde temprano, necesitaba ayuda urgente. A bordo de todo tipo de vehículos, incluyendo camiones de volteo repletos de trabajadores de la construcción, y hasta en pesero y a pie, miles de voluntarios cargados de víveres y herramientas se dirigían a la zona siniestrada de Xochimilco. Las imágenes difundidas en video ayer, cuando se ve las trajineras agitarse con la furia del agua, atrajeron a voluntarios que terminaron por saturar todas las vialidades del centro de Xochimilco. El caos vial llegó hasta Milpa Alta, la otra vía para llegar a San Gregorio, porque hasta allá había que ir para tratar de ayudar a las víctimas del terremoto bajo los escombros que, sin embargo, el delegado asegura que ya no hay. La explanada delegacional y el deportivo Xochimilco estaban colmados de voluntarios venidos de todas las zonas de la ciudad, pero también llegó el momento en que era imposible moverse a alguna parte. Los navegadores se volvieron locos ante el caos vial, saturados calles y callejones de los caprichosos barrios de la delegación. La solidaridad de los capitalinos se desbordó también en Xochimilco, hasta volverlo un caos de tantas ganas de ayudar.