CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los universos electrónicos de la banda Pet Shop Boys cubrieron la noche del martes al Palacio de los Deportes por cerca de dos horas, en un recorrido por sus clásicos y nuevas rolas. Poco después de las 21:00 horas apareció sobre el escenario Neil Tennant con su astral forma de vestir, así como Chris Lowe, dándole duro inmediatamente a los sintetizadores, en un paseo por sus éxitos y su reciente discografía llamada Super (2016). Precisamente de su nueva placa discográfica se escuchó Inner Sanctum, en un emotivo arranque que puso a sus fans mexicanos a bailar al mando del carismático vocalista Tennant, quien se entregó de principio a fin. Una producción sencilla y minimalista cobijó al dúo originario del Reino Unido, fundado hacia 1981, repartiendo altas dosis de beats con su característico sonido electro pop y synthpop. Como telón de fondo contaron con una enorme pantalla rectangular, donde el arte digital hizo gala en conjunto con una potente iluminación de rayos láser, dando así una atmósfera tecnológica envolvente que se reforzó con temas como Opportunities (Let’s Make Lots of Money), The Pop Kids, In The Night y Burn. Neil Tennant y Chris Lowe cautivaron a sus fieles seguidores que tararearon cada una de las canciones que repartieron para su show, convirtiendo al Domo de Cobre en una pista de baile al estilo ochentero. Después se pudo sentir Love is a Bourgeois Construct y New York City Boy, mismas que encendieron los ánimos colectivos, siendo esta última una de las más aclamadas de la velada reviviendo las nostalgias. Cuando ya pasaba una hora de espectáculo se pudo oír Love Comes Quickly, Inside a Dream, West end girls y The enigma, en una entrega de inagotable energía tanto de músicos como de espectadores. Vinieron las memorables It´s a Sin, Left To My Own Device” y Go West, con la cual parecía culminarían su presentación, con un tono amable en todo momento y declarando su amor a México. Totalmente satisfecho, Pet Shop Boys dio cerrojazo final con Domino Dancing y Always on my mind, dejando en absoluta catarsis a todos los presentes que abandonaron el recinto poco después de las 23:00 horas. (crónica solicitada a César Muñoz Valdez para nuestros lectores de Apro y proceso.com.mx>