CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) expresó su rechazo absoluto a la pena de muerte porque su aplicación no garantiza la impartición de justicia. Esa medida no es factor de contención real de la delincuencia, ni la solución a los problemas de inseguridad pública, subrayó en un comunicado. En ocasión del Día Mundial contra la Pena de Muerte, que se conmemora el 10 de octubre, el organismo reiteró su petición al gobernador de Texas, Greg Abbott, y a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de ese estado, para que se conmute la pena capital decretada contra el mexicano Rubén Cárdenas Ramírez, programada para el próximo 8 de noviembre, por otra sentencia de prisión. En el texto de tales peticiones, solicitó a las autoridades de esa entidad estadunidense tener presentes los preceptos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, así como el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, que reconocen el derecho a la vida y que nadie será sometido a torturas, ni penas crueles, inhumanas o degradantes. El organismo destacó que no se opone a la imposición de penas, sino que se pronuncia porque dichas acciones se realicen dentro del Sistema Internacional de Derechos Humanos, al que el sistema jurídico mexicano se acoge. El derecho a la vida representa el bien supremo del ser humano, por lo que la pena de muerte “es una medida que no garantiza la impartición de justicia”, añadió. Asimismo, resaltó su compromiso de continuar con los esfuerzos que protejan los derechos fundamentales de los mexicanos en el extranjero. De acuerdo con Amnistía Internacional, 140 países miembros de Naciones Unidas son abolicionistas de esa pena, de los cuales 98 la han anulado totalmente, como nuestro país; siete sólo para delitos comunes y 35 sólo en la práctica, ya que no la ejecutan, no la practican y no la imponen, pero no la han abrogado.