Cambio climático: el planeta en un 'punto de inflexión”

domingo, 19 de noviembre de 2017 · 08:42
LONDRES (apro).- Por primera vez en los últimos cuatro años, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por el ser humano aumentaron en 2017 a 2%, principalmente por el creciente uso del carbón en China a medida que esa economía se expande. De acuerdo con un amplio informe científico publicado de forma conjunta en las revistas especializadas Nature Climate Change, ESSDD y Environmental Research Letters, la tendencia indica que el planeta está comenzado un nuevo periodo de acumulación de CO2. Los científicos sostienen que antes de 2020 es necesario limitar el peligroso aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, si se busca frenar el alarmante calentamiento del planeta. El llamado Proyecto Global de Carbono analizó e informó sobre la escala de las emisiones de CO2 desde 2006. Las emisiones de dióxido de carbono han aumentado en 3% por año desde ese período, aunque ese incremento se detuvo o mantuvo sin cambios entre 2014 y 2016. Las más recientes cifras indican que, en 2017, las emisiones de CO2 generadas por el ser humano aumentaron 2% a nivel global y, de acuerdo con los científicos, aquéllas seguirán aumentando. “Las emisiones globales de CO2 parecen haber recuperado intensidad una vez más luego de un periodo estable de tres años. Esto es muy decepcionante”, afirmó la autora principal del estudio, la profesora Corinne Le Quéré, experta en ciencias medioambientales de la Universidad de East Anglia (Inglaterra). “Las emisiones de CO2 globales generadas por el ser humano ascenderán a 41 mil millones de toneladas para 2017, y por ende se está acabando el tiempo para mantener los niveles de calentamiento por debajo de los 2 grados centígrados, y menos aún para 1,5 grados”, agregó la investigadora. El principal responsable por la tendencia ascendente es China, que generó cerca de 28% del total global de CO2 a la atmósfera. Las emisiones de dióxido de carbono generadas por ese país aumentaron 3.5% en 2017, en gran parte debido a un aumento en el uso de carbón como consecuencia del crecimiento económico. Otro factor importante en China fue que niveles más bajos de agua en ríos provocaron una caída en la electricidad generada en represas eléctricas, algo que a su vez llevó a las autoridades a optar por la generación de energía a partir de plantas de carbón y gas para cubrir la demanda. Por otra parte, las emisiones de CO2 generadas por Estados Unidos siguieron descendiendo, aunque esa caída ha sido menor que la esperada por los expertos. Un aumento en los precios de servicios energéticos llevó a una baja en el uso de gas natural, optándose en ese país por fuentes renovables y generadas a partir de represas hidroeléctricas. El uso del carbón aumentó levemente en Estados Unidos en lo que va de 2017, ya que el consumo del mismo se incrementó 0.5%. Las emisiones de CO2 en India aumentaron 2% este año, una baja considerable de 6% anual registrado en ese país del sudeste asiático en la última década. Los científicos indican sin embargo que este descenso podría ser temporal, al haber sido provocado por un número de factores como la caída del consumo de petróleo y del uso de cemento. En Europa, las emisiones de CO2 registraron un leve decline, al caer 0.2% comparado con un aumento de 2.2% en los últimos dos años. Según la profesora Le Quéré, un problema que sigue sin solucionarse en el mundo es el uso continuo de gas y petróleo, que según ella exacerba el problema del cambio climático. “Hubo muchas variaciones en el uso de carbón, pero la demanda del petróleo y el gas no se ha detenido. Esto es algo bastante preocupante”, continuó la investigadora de la universidad británica. El informe, que fue presentado durante la cumbre climática en la ciudad de Bonn, Alemania, concluyó que, a pesar del Acuerdo Climático de París, los países no están haciendo suficiente para frenar el calentamiento global. “Muchos diplomáticos están trabajando en las reglas y estrategias, pero todo ello es bastante inútil al menos que los países se pongan de acuerdo en un plan concreto de acción climático. Ahí reside el problema central”, declaró el doctor Glen Peters, investigador del Centro Internacional para la Investigación Climática, en Noruega. “Estos países deberían presionar por políticas concretas, pero todo esto se demora más y más”, continuó. El documento coincidió con una solicitud firmada por 15 mil 364 científicos de 184 países del mundo, en la que alertaron a la humanidad de los peligros cada vez mayores del cambio climático. La misiva indicó que la situación es ahora mucho peor que en 1992, cuando unos mil 700 científicos firmaron una carta similar alertando por los problemas del calentamiento del planeta. “La humanidad enfrenta la amenaza existencial de un consumo exacerbado de recursos limitados por parte de una población que crece cada vez más rápido. Tanto los científicos, aquellos con influencia en los medios de prensa como también los ciudadanos de a pie, no están haciendo suficiente para combatir el problema”, agregó la solicitud. Según este documento, si el mundo no toma rápidamente medidas concretas, “verá una pérdida catastrófica de biodiversidad y una creciente miseria humana”. Sólo el agujero de ozono decreció desde los últimos 25 años, y de acuerdo con los científicos internacionales ello puede servir como ejemplo acerca de que, si se toman acciones conjuntas, es posible conseguir cambios positivos para el planeta. “Pero el resto de las amenazas ha empeorado, y no queda mucho tiempo hasta que esos cambios ya no puedan ser revertidos. Muy pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de este trayecto peligroso, y el tiempo se acaba. Debemos reconocer, en nuestro día a día y a partir de nuestras instituciones de gobierno, que la Tierra y toda la vida que acoge es nuestro único hogar”, continuó la carta. Los científicos advirtieron además de una serie de “calamidades para la humanidad” en caso que siga aumentando el calentamiento del planeta, incluyendo la deforestación, las sequías, la extinción masiva de especies, “zonas muertas” en océanos y la falta de acceso a agua limpia. La misiva, dada a conocer a través de la revista científica BioScience, fue encabezada por un editorial del ecologista estadounidense William Ripple, profesor de la Universidad del Estado de Oregón. “La humanidad ha recibido un segundo llamado de alerta. Estamos poniendo en peligro nuestro futuro al no reducir nuestro intenso consumo demográfico y geográficamente desbalanceado, y al no percibir el rápido aumento de la población como factor principal detrás de muchas amenazas ecológicas e incluso de la sociedad”, explicó Ripple. “Al no limitar adecuadamente el crecimiento de la población, revaluar el papel de la economía basada en el crecimiento, reducir los gases de invernadero, incentivar energías renovables, proteger el hábitat, recuperar ecosistemas, reducir la polución, frenar la desfaunación y combatir especies invasoras, la humanidad se aleja de tomar las medidas urgentes para salvaguardar nuestra biosfera en peligro”, aseveró el investigador. El profesor Ripple y sus colegas crearon un organismo independiente llamado Alianza de Científicos Mundiales, que tendrá como objetivo dar a conocer preocupaciones específicas acerca de la sustentabilidad medioambiental y el destino de la humanidad. La carta utilizó datos y estadísticas de agencias gubernamentales, organizaciones sin fines de lucro e investigaciones científicas para concluir que el impacto medioambiental generado por el ser humano “provocará un daño sustancial e irreversible” al planeta. Este documento concluyó que, en los últimos 25 años, la cantidad de agua limpia disponible por persona en el mundo se redujo en 26%, en tanto que las llamadas “zonas muertas” en océanos --donde poco o nada vive debido a la polución y falta de oxígeno-- aumentó 75%. Los científicos agregaron que, al menos 120 millones de hectáreas de bosques desaparecieron, en gran parte por la deforestación provocada para tierras de cultivo. Indicaron además que mientras la población humana aumentó 35% en los últimos años, el número de mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces en todo el mundo se redujo 29%. Todo ello sumado a un aumento significativo tanto de emisiones de CO2 en la atmósfera, como también de las temperaturas globales. “Los que firmamos esta carta no estamos dando una falsa alarma. Estamos mostrando evidencia fehaciente a partir de señales obvias que, de forma irrefutable, indican que vamos por un camino cada vez más insostenible”, concluyó.

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